¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Agosto 24 de 2020 – Llamado de San Miguel al Pueblo de Dios. Mensaje a Enoch.
Os daréis cuenta de la existencia del Cielo, Purgatorio, e Infierno
“¿Quién cómo Dios? ¡Nadie como Dios!
Pueblo de Dios, preparaos para la llegada de los días de la Gran Purificación, donde vuestra fe será puesta a prueba y donde vosotros seréis purificados hasta brillar como crisoles. La creación y todas las criaturas, serán purificadas, sólo así, podréis mañana entrar en los Nuevos Cielos y en la Nueva Tierra, el Paraíso que el Altísimo le tiene preparado a su Pueblo Fiel.
Simiente de mi Padre, sólo si estáis preparados espiritualmente, podréis resistir los días de angustia, sufrimiento y purificación, que se os avecinan; os digo, que nunca antes se ha visto en la tierra tribulación alguna como la que está por llegar. Dejad ya de preocuparos por las cosas de este mundo, dejad los afanes y carreras, porque bien sabéis que muy pronto todo pasará; preocupaos más bien por la salvación de vuestra alma, que es el mayor tesoro que debéis cuidar. Todo lo que conocéis y poséis, dejará de ser en fracciones de segundo, para dar paso a una nueva existencia, a una nueva creación. La tribulación que está por llegar os transformará por la Gracia de Dios en hombres nuevos, toda vuestra miseria y pecado desaparecerá en la purificación. En los Nuevos Cielos y en la Nueva tierra, seréis seres espirituales de naturaleza semejante a la de los Ángeles.
Preparaos Pueblo de Dios para la llegada del Aviso; el día ya está cerca, más cerca de lo que pensáis; en la eternidad os está esperando el Tribunal Supremo; estáis avisados mortales, para que este día no os coja por sorpresa. Esta experiencia espiritual transformará vuestra vida, en la eternidad veréis al Único y Verdadero Dios, Uno y Trino, Señor de señores y Dios de dioses; os daréis cuenta de la existencia del Cielo, Purgatorio, e Infierno; sentiréis en vuestra alma el fuego purificador del Purgatorio, o el fuego abrasador del infierno, con el cual son atormentadas las almas condenadas. Todo depende del estado en que se encuentre vuestra alma al momento de la llegada del Aviso. Sólo unos pocos serán llevados al cielo, la inmensa mayoría de la humanidad de estos últimos tiempos, será llevada a uno de los Purgatorios o al infierno.
Apresuraos pues hermanos a hacer una buena confesión de vida y a reparar por vuestros pecados; buscad un Sacerdote y confesadlo todo, para que vuestra alma en su paso por la eternidad no sufra. ¿Qué estáis esperando humanidad pecadora, para reconciliaros con Dios? Mirad, vuestras almas están en peligro de perderse eternamente; vuestra permanencia en este mundo está llegando a su fin, si continuáis pecando y pecando. ¿No habéis pensado en esto? De seguir pecando lo que os espera en la eternidad es la muerte eterna. Recapacitad hermanos rebeldes, os queda muy poco tiempo; escuchad los mensajes del Cielo y ponedlos en práctica, porque ellos os llaman a la conversión. No sigáis endureciendo vuestro corazón para que no tengáis de qué lamentaros mañana cuando lleguéis a la eternidad, porque ya será muy tarde para vosotros.
Quedad en la Paz del Altísimo, Pueblo de Dios.
Vuestro Hermano y Servidor, Miguel Arcángel.
Dad a conocer Pueblo de Dios, los mensajes de salvación a toda la humanidad.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."