¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
6 de octubre 2017
LLAMADO URGENTE DE SAN MIGUEL Y LOS ARCÁNGELES Y ÁNGELES DEL REINO DE DIOS A LA HUMANIDAD
Muchas almas se van a perder con la llegada del Aviso
“Muchas almas se van a perder con la llegada del Aviso
¿Quién como Dios?. Nadie como Dios. Aleluya, Aleluya, Aleluya
Que la paz del Altísimo esté con todos vosotros, hombres de buena voluntad.
Hermanos mortales, grandes batallas estamos librando contra las huestes del mal. El pecado y la maldad de esta generación han fortalecido el reino de la oscuridad.
Nos duele ver tantísima maldad que como cizaña ha crecido en el corazón de la inmensa mayoría de esta generación ingrata y pecadora.
¡Qué necios e insensatos sois, preferís la muerte a la vida! Continuáis dándole la espalda al único que puede salvaros, nuestro Amado Padre.
El cielo llora con vuestra actitud, porque mi Padre no quiere vuestra muerte, si no que viváis eternamente.
Hermanos, está llegando el tiempo de vuestro paso por la eternidad y la inmensa mayoría de la humanidad, no está preparada para este acontecimiento.
El Aviso va a coger a muchas almas en pecado mortal y se van a perder eternamente, porque no van a resistir tan grande impacto.
Pobres almas, vagan por este mundo sin Dios y sin ley, el tiempo se les está acabando; si no vuelven a Dios lo más pronto posible, se van a perder con la llegada del Aviso.
En el Nombre del Altísimo os hacemos un llamado: Prostitutas, ladrones, adúlteros, fornicarios, impuros, homosexuales idolatras, mentirosos, alcohólicos, hechiceros, brujos, ocultistas y pecadores en general.
¡Recapacitad, porque de seguir como vais, vuestras almas se van a perder en vuestro paso por la eternidad!
Cuando os sorprenda el Aviso, vuestras almas no van a ver la luz de Dios, si no la oscuridad del reino de las tinieblas.
Mortales, estaréis en la eternidad entre quince y veinte minutos de vuestro tiempo terrenal; dependiendo del estado de vuestra alma, iréis al lugar que os corresponde, por el tiempo señalado.
Los que vayáis al purgatorio, sentiréis el fuego que purifica las almas y veréis allí, el estado en que se encuentran muchos de vuestros familiares.
Muchas almas tibias van a acompañar a las almas pecadoras al infierno; allí sentirán los tormentos y el fuego que quema y no se extingue con el cual son castigadas las almas condenadas.
Mi Padre quiere mostrarle a las almas tibias el infierno, para que cuando regresen por su gracia a este mundo, tomen conciencia y se definan.
Almas tibias y almas pecadoras, os preguntamos: ¿Si resistiréis estar en el infierno, por el tiempo que dura el Aviso?
Pensad y recapacitad, porque está en juego vuestra vida y el tiempo se os está acabando.
Hermanos, todo pecado mortal debe ser confesado y reparado, sino reparáis, el pecado no queda totalmente perdonado.
Debéis de reparar por todos los pecados mortales, antes de que os coja el Aviso, para que no os lamentéis en vuestro paso por la eternidad.
¡Oh humanidad pecadora, corred a poner vuestras cuentas en orden y a reparar por todos los pecados mortales; porque el día del Aviso está cerca y muchos no lo vais a resistir!
No andéis mortales haciendo planes a corto y largo plazo; preocupaos más bien por la salvación de vuestra alma, porque la vida en este mundo es un soplo.
Vosotros sois sombra y polvo, lengua y vanidad; hoy estáis, mañana ya no estáis.
Dejad de preocuparos por las cosas de este mundo, porque bien sabéis que este mundo muy pronto pasará.
Vivid mejor para agradar a Dios y atesorad los tesoros del cielo que os darán mañana el gozo de la vida eterna.
Que la paz del Altísimo, permanezca en vosotros, hombres de buena voluntad.
Vuestros Hermanos, Miguel Arcángel y los Arcángeles y Ángeles del Reino de mi Padre.
Dad a conocer nuestros mensajes a toda la humanidad, simiente de Dios.”
Fuente: mensajesdelbuenpastorenoc.org








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."