¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Mayo 20 2019
Llamado urgente de Dios Padre a Su Pueblo Fiel.
Mensaje a Enoch.
Mis Ángeles harán sonar sus trompetas
“Paz a vosotros Pueblo mío, Heredad mía.
Shemá, Israel:
El tiempo de mi Misericordia está por llegar a su fin; ya las milésimas de ésta, han comenzado su conteo regresivo. Todo lo creado ha entrado en su etapa final de transformación. ¡Pobre humanidad que continúa en su maldad y pecado, dándome la espalda y no la cara, porque si no se arrepiente a tiempo, no va a tener un nuevo amanecer! Bolas de fuego por la conmoción del universo, están por entrar en la órbita de vuestro planeta y muchas de ellas por mi Voluntad, castigarán el pecado y la maldad de las naciones impías.
Escuchad Pueblo mío, que habitáis alguna de estas naciones: Mis Ángeles harán sonar sus trompetas en ellas, 7 días antes de que venga el castigo. Esta será la señal que os indicará que debéis salir de estas naciones, así como lo hizo Lot con su familia. De no abandonarlas, corréis el riesgo de morir al paso de mi Justicia. ¡Humanidad pecadora de dura cerviz, despertad porque vuestra salvación está en juego! Sabed que la vida en vuestro mundo es muy corta y pasajera, no hay riquezas materiales con la cual se pueda comprar o prolongar. Sólo los que cumplen mis Preceptos y ponen su confianza y esperanza en Mí, podrán alargar sus días y ver mañana la aurora de un nuevo amanecer.
Escuchad Israel, Pueblo mío, el tiempo de tragedia se aproxima; corred a poner vuestras cuentas en orden, que vuestra mayor preocupación sea alcanzar el gozo de la salvación. Escuchad: Adúlteros, lujuriosos, impuros, fornicarios, homosexuales, prostitutas, ladrones, estafadores, calumniadores, idólatras, mentirosos, alcohólicos y demás pecadores que camináis por este mundo sin Dios y sin Ley. Ninguno de vosotros si continúa en el pecado, podrá heredar el Reino de los Cielos.
Entended insensatos que no quiero vuestra muerte, sino que viváis eternamente; es por eso que como Padre os pido que volváis a Mí, antes de que descargue sobre vosotros mi Brazo Justiciero. Atended a mis últimos llamados y dejad vuestro pecado, maldad y sordera espiritual, para que mañana podáis vivir eternamente. Mirad que ya se está alejando la Barca de mi Misericordia y con ella vuestra esperanza de vida; ¿qué estáis esperando para subir a ella? Ya el sol está en el ocaso y muy pronto entrará la noche, cuando esto ocurra ya no habrá quien os escuche y pueda salvaros.
¡Oh mi Sión, ¿qué va a ser de ti, cuando llegue la noche?; ¡ya los corceles de las naciones y sus hombres se alistan para la guerra; muchas madres entre sollozos se disponen a despedir a sus hijos, que quizás no volverán! ¿Qué será de la Hija de mi Pueblo, cuando llegue la guerra? será mancillada por el enemigo y su honor pisoteado. ¡Oh, mi Israel, haced luto por vuestros valientes que no volverán; vestíos de Sayal y cubrid con ceniza vuestra cara; entonad cánticos lastimeros, porque los días de tragedia y de dolor ya se acercan! La paz y la alegría de mi Pueblo, en llanto y luto se convertirán.
Todo está por cambiar, lo que hoy conocéis mañana ya no estará; en fracciones de segundo todo se desestabilizará; pasaréis de la alegría a la tristeza, de la paz a la desesperanza, y de la luz a la oscuridad. Sólo los que teman al Señor y confíen en Él, podrán mantenerse firmes en las duras pruebas que están por comenzar.
Quedad en mi Paz, Pueblo mío, Heredad mía.
Vuestro Padre, Yahvé, Señor de la Creación.
Dad a conocer mis mensajes en todos los confines de la tierra.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."