¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Enero 25 de 2015 – Llamado urgente de María Rosa Mística a los hijos de Dios
Oración por la liberación y sanación de vuestro árbol genealógico
“Hijitos, que la paz de Dios esté con todos vosotros y mi protección maternal os acompañe siempre.
Orad mis niños por la liberación y sanación de vuestro árbol genealógico.
Pedidle al Padre que os libere de las cargas de vuestros antepasados, para que no sigan afectando vuestra vida presente. Haced oración, ayuno y penitencia y el Rosario de las llagas de mi Hijo, introduciendo en ellas vuestro árbol genealógico paterno y materno.
Ofreced 33 Santas Misas en honor a los años de vida de mi Hijo en este mundo, pidiéndole al Padre Celestial por la sanación y liberación de vuestro árbol genealógico. No olvidéis que las Santas Misas deben ser seguidas, sin interrupción; en el momento sublime de la elevación, debéis de entregarle al Padre por los méritos de la Pasión, Muerte y Resurrección de su amadísimo Hijo, vuestras generaciones paternas y maternas, para que sean sanadas por el poder de la Sangre de mi amado Hijo.
Hijitos, pedidle a mi Hijo que el poder de su Sangre, libere vuestras generaciones paternas y maternas de toda maldición de: envidia, resentimiento, rechazo, odios, frialdad espiritual, maldiciones ancestrales, impurezas sexuales, adulterios, fornicaciones, abortos, homosexualismo, ruina material y espiritual y ocultismo en todas sus formas. Estas maldiciones son afines a todas las generaciones y han sido las causantes de tanta ruina material y espiritual en vuestras generaciones.
Entregad también todas las enfermedades que han padecido vuestras generaciones paternas y maternas, para que todas estas maldiciones de enfermedades sean canceladas y vuestro árbol genealógico quede limpio y podado de toda mala hierba. Os digo hijitos, que toda la ruina y miseria de las generaciones tiene como origen el campo intergenérico. Acordaos que Dios no quiere veros sufrir.
Él, os creó libres y os bendijo para que fuerais prósperos, porque todas sus obras son buenas. Es el pecado y el alejamiento de Dios lo que ha traído la miseria a vuestras generaciones y por ello entraron las maldiciones que han pasado de generación en generación, sin que nadie las hubiera liberado con la oración. Pedid discernimiento al Santo Espíritu de Dios para que os muestre en qué generaciones hubo miseria espiritual y así podáis con la oración y las Santas Misas, liberar vuestro árbol genealógico.
Hijitos, si hubo antepasados vuestros que practicaron ocultismo, brujería, hechicería, espiritismo o cualquier otra forma de ocultismo, todas las generaciones han cargado y cargan con esa maldición de ocultismo. Si hubo maldiciones ancestrales de vuestros tatarabuelos, bisabuelos o abuelos, sobre algún descendiente, todo esto os está trayendo ruina y debe ser liberada esta maldición para que no siga pasando de generación en generación.
Os regalo hijitos esta poderosa oración para que rompáis todas las maldiciones; hacedla con fe, pedid mi santa intercesión y sellaos y sellad con la Sangre de mi Hijo, vuestras familias y árbol genealógico y ya veréis cómo os iréis sanando y liberando de estas cadenas que han mantenido atadas las generaciones.
Oración de rompimiento de maldiciones
Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración).
Vuestra Madre, María Rosa Mística.
Dad a conocer mis mensajes hijitos de mi corazón.”








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."