¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Julio 02 2018
Llamado urgente de Jesús Sacramentado a Su Pueblo fiel.
Mensaje a Enoch.
La tecnología de este mundo está por caer
“Hijos Míos, mi Paz sea con vosotros.
Mis pequeños, la tecnología de este mundo está por caer; aprovechad y desde ahora almacenad toda la información del cielo, porque se acercan los días en que vuestra tecnología desaparecerá. Es urgente que guardéis cuanto antes la información celestial, porque la vais a necesitar para los días de tribulación que están llegando. Haced uso de los medios tecnológicos y guardad todo lo que el cielo os está enviando a través de sus mensajeros, porque dentro de muy poco tiempo ya no vais a disponer de la tecnología de este mundo.
La conmoción del universo va a interrumpir todas las comunicaciones en vuestro planeta; la tecnología que hay en el espacio va a desaparecer por las rocas de fuego que chocarán contra ella. Vuestro mundo va a quedar incomunicado, las economías caerán, las comunicaciones colapsarán y todo lo que lo que gira y se mueve por la tecnología quedará inservible. La humanidad va a retroceder miles de años y todo volverá a comenzar como al principio.
¡Pobres de aquellos que han puesto su fe y confianza en las cosas materiales y en los dioses de la tecnología humana, porque verán caer a sus ídolos! Solo Mis hijos fieles que han puesto su fe y confianza en Mí, podrán superar esta prueba. Millones de seres humanos van a enloquecer al ver desaparecer sus economías; otros me echarán la culpa y se apartarán de Mí; otros tantos no lo soportarán y optarán por quitarse la vida y al hacerlo, perderán su alma.
Hijos Míos, no tengáis apegos en este mundo, porque bien sabéis que muy pronto pasará. No pongáis vuestra fe y confianza en las cosas muertas, porque todo esto es vanidad de vanidades. Buscad mejor los bienes del cielo, porque ellos os darán la Vida Eterna. Que vuestra mayor riqueza sea el amor, que lo único que debáis sea amor y que Dios sea vuestro mayor tesoro, para que mañana seáis irreprochables y se os diga: Venid benditos de Mi Padre, heredad el Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo (Mateo 25, 34).
Preparaos pues Mis pequeños, porque muy pronto todo en este mundo se paralizará; el dios de la tecnología humana tiene sus días contados. ¡Oh humanidad ingrata y pecadora, se acerca el fin de uno de vuestros dioses más amados! ¡Qué tristeza siento al ver que a Mí, vuestro único y verdadero Dios, me despreciáis e ignoráis, por seguir a los dioses de este mundo!
Vuestros dioses son hechura de la mano del hombre y son tan limitados como sus creadores.
Venid a Mí, yo soy vuestro único y verdadero Dios Uno Y Trino, que os está esperando en el silencio de sus sagrarios; soy un Dios de vivos, no de muertos. Venid a adorarme y a platicar conmigo, no tengáis miedo. Venid a visitarme hijos Míos, pues me siento muy solo, vuestra compañía mitiga mi soledad y mi dolor; si venís con fe y con corazones contritos y humillados, os aseguro que de Mi Casas no saldréis defraudados. Pedidme, pedidme y en la medida de vuestra fe, os concederé lo que me pidáis, si es para vuestro bien y salvación de vuestra alma.
Os amo Mis pequeños y quiero transformar vuestras vidas, para que viváis alegres y llenos de mi Espíritu Santo y nada ni nadie os robe mi paz. Acercaos pues con fe y confianza, porque el Amor de los Amores os está esperando para daros su bendición, su paz y vida en abundancia.
Vuestro Maestro, Jesús Sacramentado.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, hijos míos.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."