¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(CEV) “Los Quadernos 1945-1950”, p. 375
Dice El Ángel Azarías: “La gente cree que la misión del Ángel de la Guarda termina cuando muere el que dicho ángel custodia.
No siempre es así.
La misión cesa, y es lógica consecuencia, cuando muere el pecador impenitente y esto es un supremo dolor para el ángel custodio del que no se arrepintió.
En cambio, muda en jubilosa y eterna gloria cuando muere un santo, que pasa de la Tierra al Paraíso sin pausas purgativas.
Y para los que pasan de la Tierra al Purgatorio para expiar y purificarse, la misión continúa tal cual, como protección que intercede por quien le ha sido confiado y al que ama.
Entonces nosotros, los ángeles custodios, rezamos con caridad por vosotros ante el trono de Dios y, junto con nuestras oraciones de amor, presentamos los sufragios que os dedican parientes y amigos en la Tierra.
¡Oh!, no puedo decir totalmente todo lo vivo, activo, dulce, que es el vínculo que aún nos une a vosotros, los purgantes.
Como madres que atisban el regreso de la salud en un hijo que estuvo enfermo y ahora está convaleciente, como esposas que van contando los días que las separan de la reunión con el esposo prisionero, así estamos -nosotros.
Ni siquiera por un instante dejamos de observar la amorosa Justicia divina y vuestras almas que se purifican entre las llamas del amor. Y nos colmamos de júbilo al ver al Amor cada vez más apaciguado con ellas y a ellas cada vez más dignas de su Reino.
Y cuando la Luz nos ordena: “Quítale fuera de allí para traerle aquí”, más veloces que una flecha nos precipitamos para llevar un trocito de Paraíso, que quiere decir fe, esperanza, consuelo para los que aún permanecen expiando, allí en el Purgatorio, y estrechamos a nosotros el alma amada por la que hemos obrado y sufrido, y subimos con ella mientras vamos enseñándole el hosanna paradisiaco.
Los dos instantes dulces en la misión de los Custodios, o mejor, los más dulces, son: cuando la Caridad nos dice: “Desciende porque ha sido engendrado un nuevo hombre y debes velar por él como sobre una gema que me pertenece”, y cuando podemos subir con vosotros al Cielo. Mas el primero es menos dulce que el segundo.
Los demás instantes de júbilo son vuestras victorias sobre el mundo, sobre la carne y el demonio.
Y así como temblamos por vuestra fragilidad desde el momento en que os tomamos bajo nuestra custodia, del mismo modo siempre palpitamos tras una victoria vuestra, porque el Enemigo del Bien vigila siempre para abatir lo que construye el espíritu.
Por eso, el instante en que entramos con vosotros en el Cielo es jubiloso y perfecto en ese júbilo, pues nada puede destruir lo que ya se ha cumplido. […] “
Maria Valtorta:
Los cuadernos. 1943; 1944; 1945



Los Cuadernos recogen escritos sobre temas ascéticos, bíblicos, doctrinales, de crónica autobiográfica, además de descripciones de escenas evangélicas y de martirios de primeros cristianos.





Dios Padre: «



“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”




"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."