¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Jesus dice: (CEV Los Quadernos 1943) “Habéis leído en mi Evangelio el envilecimiento del hijo pródigo que ha malgastado en vicios las riquezas recibidas del padre y se reduce a cuidar cerdos. Pero ¿pensáis que esto sea la mayor bajeza?
En verdad os digo que si os fuera concedido subir a mi presencia con vuestro cuerpo y vuestros vestidos y uno de vosotros subiera, por la muerte que os lo lleva, con su vestido más sucio de porquero que muriendo hubiera caído en medio a la pocilga cubierta de suciedad, no causaría tanto asco a los celestes habitantes de mi Reino y nò suscitaría mi indignación cuanto lo hace el aparecer del alma de un apestado por los vicios carnales.
El primero tendría una suciedad que desaparece y que no es juzgada con rigor: fruto de su penoso trabajo atrae, más bien, sobre el honesto mayoral la bendición divina.
La segunda es una suciedad que no desaparece: lepra del alma, la ha cubierto de gangrenas fétidas que la han corroído sin límite en el tiempo. Por los siglos de los siglos el vicioso impenitente tiene su alma digna de Satanás. Y cuando digo “vicioso” no aludo solamente a ciertas formas de vicio que vosotros mismos juzgáis tales. Las juzgáis así y de todas formas las practicáis porque sois necios que no sabéis reaccionar a los estímulos del mal. No tenéis en vosotros mi Fe.
Si la tuvierais venceríais la carne. Pero no la tenéis y el sentido predomina sobre el alma.
Cuando digo “vicioso” aludo también a vuestros ocultos pecados de sentido, por los que hacéis del matrimonio una prostitución y destruís el motivo por el que fue creado.
Dios no hizo hombre y mujer para que llegaran a cansarse y sentir náuseas en sus vicios. Los ha hecho por una altísima razón.
Cuando ha dicho: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza y démosle una ayuda para que no esté solo”, con su divino Pensamiento ha supuesto que además de la parte espiritual e intelectiva, que os hace semejantes a Dios, fuerais semejantes a El en el crear otras vidas.
¿Os dais cuenta de la sublime semejanza que os ha dado Dios? La de crear otras criaturas: creadores vosotros también, hombres y mujeres que os casáis, creadores de hombres como el eterno Dios.
Y bien, ¿qué habéis hecho con tal misión?
Renegáis contra la culpa de Eva, vosotras, mujeres, cuando sufrís; maldecís la culpa de Adán, vosotros, hombres, cuando trabajáis.
Pero la Serpiente ¿no está aún entre vosotros, en el interior de vuestras casas, y no os enseña con su rastrero y baboso abrazo y susurro la inmoralidad que os hace repudiar vuestra misión creadora? Y ¿no es vicio éste de adherir al sentido hasta la náusea y de negarse a la paternidad y a la maternidad?
Sed continentes si teméis no tener vestidos y alimentos para los recién nacidos.
La castidad no es exclusividad de los vírgenes. La virginidad es la máxima esencia de la castidad, y está depositada en el corazón de los elegidos para seguir al Cordero y para hablar un lenguaje concedido sólo a ellos.
Pero si el candor de los vírgenes se tiñe con el fulgor que emanan el Verbo de Dios y la purísima Madre del Verbo, la estola de los cónyuges santos que supieron ser castos se dora con la luz que emana del más casto, bueno y santo de los cónyuges: mi padre putativo que es ejemplo de todas las virtudes conyugales.
Sed castos en el interior de vuestras casas como fuera de ellas. Pensad que para Dios nada hay escondido. Dejad a los hijos de Satanás ciertos delitos ocultos.
No seáis inferiores a las bestias que comprenden la belleza del procrear y que saben imponerse un freno cuando la estación adversa negaría nutrición a sus pequeños.
Amaos y amadme pensando no en el pequeño día de aquí abajo, sino en el día eterno, y haced que sea para vosotros de Luz plena.
Benditos desde ahora, cónyuges, que sabéis ser santos y vivir en mi Ley.
En vuestro hogar toman asiento los ángeles y no rehusan velar vuestro reposo, porque nada de vosotros ofende a estos luminosos espíritus que ven mi rostro y, bienaventurados por su Luz, no pueden mirar lo que está en absoluta antítesis con la Luz.
Y vosotros, cónyuges que no sois tales, volved al recto camino. Vuestras riquezas no aumentarán negando el surgimiento de una vida.
Éstas, como en una criba sin fondo, se escaparán por mil regueros, porque otros vicios y pecados asaltarán vuestros haberes y seréis pobres en el mundo y en el Cielo por vuestra culpa.
Recordad mis mandamientos y mis palabras. A quien vive en Dios, Dios provee».
Maria Valtorta: Los cuadernos. 1943; 1944; 1945



Los Cuadernos recogen escritos sobre temas ascéticos, bíblicos, doctrinales, de crónica autobiográfica, además de descripciones de escenas evangélicas y de martirios de primeros cristianos.








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."