¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Jesús dice: (Jesús Nuestro Maestro, Vol. 1) “Mis hijos, soy su el Jesús de Merced. Soy el Camino, la Verdad y la Vida, porque soy el Hijo del Dios Viviente.
Hoy ustedes Me llaman, Me cuentan de su amor, quieren mi Palabra, y estoy aquí solamente para ustedes.
Quiero mostrarles mi manera de ser, mi camino.
Quiero desvelar mis secretos, señalarles el Cielo.
Les he dicho que soy el Camino porque les he dado una muestra de como deben vivir.
El camino de mi seguidor debe ser una vida recta, porque, basado en mi ejemplo, tiene que hacer de mi enseñanza la practica.
El cumplir con la Ley de Dios le corresponde a todos los hombres, hasta los paganos; pero los cristianos tienen que cumplir con ella a la perfección.
La Ley proviene de los Mandamientos, lo cuales dicen muchos que observan pero que, con frecuencia, sólo observan aquella parte que conforma con su manera de ver las cosas y voluntad inclinada hacia lo malo.
Pero el dividir la Ley, y observarla sólo en parte, es igual que violar la Ley en sí.
Imítanme a Mi, hijos, y háganlo de tal manera que, al verlos a ustedes, puedan descubrirme a Mi.
¿Será tan difícil poner tanta caridad en sus vidas, tanta humildad?
Y, no obstante, si adquieren esas dos virtudes, ya están en buen punto.
Soy la Verdad, les he dicho. Amen la verdad, tómenla y defiéndala. Sean en la verdad, y para poseerla acostúmbrense a decir la verdad siempre.
Aunque la prudencia debiera acompañarles siempre, no se dejen engañar por el respeto humano, que les hace temer ser ridiculizado o burlado.
Llamar al pan, pan y al vino, vino. Dejen que S. Juan Bautista sea su maestro y les capacite para pronunciar lo “ilegitimo”, especialmente cuando una conducta inmoral, disfrazada de falsa piedad, podría hacer daño espiritual a toda la comunidad.
Defiendan la moralidad, defiendan su Credo y el mio, defiendan los Sacramentos—canal y medio de gracia—, para que ellos no se conviertan en esa navaja de dos filos que pude herir mortalmente a cualquiera que la use.
Sean veraces y fuertes, y para serlo, traten de imitarme a Mi en todo.
Eliminen de su conducta todo lo que sea malo o pueda ser mal ejemplo; entonces usen hasta la correa, en el sentido moral, contra quienes regatean con la fe y mi religión.
¡Yo soy la Vida!
La Vida viene de Dios; la vida natural que sus padres les dieron se confirma con la vida del alma que Dios les dio y da continuamente.
Pero esta vida del alma se nutre continuamente con alimento divino.
Me he hecho Comida; por lo tanto puedo llamarme Vida.
Aprovecharse de esta comida, recibirla con deseo y amor, quiere decir crecer en la vida del alma.
Todo se hace posible, puedes realizarlo todo con mi ayuda; puesto que ese Dios que escudriña los corazones de los hombres, también ve los deseos que los animan.
Veo personas que, siendo amantes de la Verdad, quisieran dispersarla hasta las tierras más lejanas.
Veo almas, enamoradas de la Eucaristía, hacer de esta preciosa comida el suspiro de sus corazones, y que quisieran hacer, de esta su ansiedad, participes a todos los hombres.
Pues bien, hijos, su Dios ama al hombre de grandes deseos: les aseguro que encontrarán personas humildes que, sin haber salido de sus países, serán compensados en el Paraíso como pioneros de la Cristiandad.
Vamos, ¡coraje! Si la semilla que tiran momentáneamente no florece, no se atormenten.
Transformen sus vidas siempre más en Mi, hasta que yo pueda operar en ustedes, y déjenme hacerlo.
Hijos, después de los truenos aterradores y temerosas golpeteadas de granizos, aparece muchas veces el arco iris.
Actúen de tal manera que las humillaciones bien aceptadas puedan corresponder a esa parte que el Señor les guarda como una contribución a mi trabajo y, en sus días llenos de preocupaciones y desdichas, esperen confiados al arco iris.
Los bendigo a todos y los amo tanto.”
 
 Jesús Nuestro Maestro (Ingles)
Mensajes inspirados por Jesus a Carmela Negri Carabelli. Permiso del CENACOLO DELLA DIVINA MISERICORDIA, Centro di spiritualità, Viale Lunigiana 30, 20125 Milano, Italia, que tiene todos los derechos.




 
 

 
“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”

 

"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)" 
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)." 
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
 
 
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."