¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Octubre 18 2018
Llamado de Jesús de La Misericordia a Su Pueblo Fiel.
Mensaje a Enoch.
Grandes señales celestiales muy pronto aparecerán en el firmamento
“Hijos míos, mi Paz sea con vosotros.
Mi pequeño Instrumento, grandes señales celestiales muy pronto aparecerán en el firmamento y todos los habitantes de la tierra las apreciarán. Está llegando el tiempo de las manifestaciones celestes y el cielo espera que estas señales, os sirvan para que recapacitéis, toméis conciencia, volváis a Dios, y os preparéis para su segunda venida.
Hijos míos, fenómenos celestiales nunca antes vistos por ojo alguno, vais a presenciar; debéis de estar preparados, porque junto a estas maravillas celestes, también fuego del cielo caerá. La transformación del universo se os mostrará y vuestros ojos verán la grandeza de Dios, que se os manifestará; los colores y matices del universo, las estrellas, los planetas y muchos otros fenómenos celestiales por espacio de un tiempo, adornarán la bóveda celeste; son señales que os envía el cielo, anunciándoos que este mundo que conocéis muy pronto pasará, para dar inicio a unos Nuevos Cielos y a una Nueva Tierra.
Ruidos y estruendos en el cielo vais a escuchar; no entréis en pánico, todo hace parte de la transformación del universo; conservad la calma y orad, abandonándoos en la voluntad de mi Padre, para que todo se dé conforme a sus designios. El cielo y la tierra han comenzado su etapa de transformación y muchos de sus cambios, afectarán vuestro planeta; por lo tanto, estad preparados y conservad la calma; cuando la tierra comience a moverse, lo que debéis de hacer es orar y alabar la Gloria de Dios y todo irá pasando.
No tengáis miedo mis pequeños, acordaos que todo esto debe cumplirse como está escrito: cielo y tierra pasarán, más mis Palabras no pasarán; leed Mateo 24, las señales precursoras y meditadlas, para que comprendáis mejor lo que está sucediendo ya, y lo que está por suceder. Mis pequeños, todos estos cambios en el universo, afectarán vuestro planeta, haciendo que la tierra comience también a transformarse. Las aguas del mar van a agitarse y muchas regiones costeras sufrirán sus embates; el sol será uno de los cuerpos celestes que más transformación sufrirá; por lo tanto, debéis de protegeros de sus rayos para que vuestra piel no sufra quemaduras que desencadenen en cáncer.
Protegeros con la ropa adecuada para estos cambios, porque vais a tener días de intenso calor y noches de intenso frío, en todo el planeta. La escasez de alimentos se aproxima y el agua va a ser más escasa que el oro de Ofir, en muchos lugares del planeta. Son los días en que la tierra dará malos frutos por los cambios que sufrirá; por eso hijos míos, os anuncio con anticipación todo esto, para que os preparéis y así podáis sobrellevar los días de escasez que se aproximan en vuestro mundo.
Tened reserva de agua, almacenadla en canecas bien tapadas, lejos de los rayos del sol. Tened provisión de víveres y productos no perecederos; tened a la mano el Manual con los Remedios Naturales, que el Cielo os envío a través de mi Madre y Madre vuestra. Buen ropaje, ligero y fresco, para los días de calor y abrigos y mantas, para las noches de frío intenso. Acatad pues mis pequeños estas instrucciones, permaneced en la fe; orad y confiad y todo pasará como un sueño para vosotros.
Mi Paz os dejo, mi Paz os doy. Arrepentíos y convertíos porque el Reino de Dios está cerca.
Vuestro Maestro, Jesús de la Misericordia.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.”








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."