¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(O1.2.52) – Extractos de Revelaciones del Cielo a Robert Brasseur, Canadá.
§1. El hombre se volverá cada vez más sórdido…
§2. El hombre destruye lo que Yo he creado
§1
(Lectura: 2 min.)
1. El hombre se volverá cada vez más sórdido…

«Queridos hijos, Yo soy la Luz del mundo.
Creé la Tierra con amor y ternura.
Pero hoy en día, muchos de Mis hijos no se dan cuenta de la importancia de haber sido concebidos por Amor…
He creado al hombre a Mi Imagen, porque deseaba que este ser encontrara en sí mismo la alegría que Yo mismo siento como Padre.
Pero, por desgracia, para recuperar esta belleza, debo reconstruir esta obra maestra transformándola radicalmente. El hombre no ha sabido reconocer esta grandiosa obra que es su creación; por lo tanto, debo proceder. Ha llegado el momento en que todo debe cumplirse.
En los próximos meses, las inclemencias del tiempo se intensificarán y el mal se propagará muy rápidamente.

El hombre se volverá cada vez más sórdido y ya no controlará su odio. Nada puede detener estos flagelos excepto Mi Poder..
Solo aquellos que estén unidos al Cielo podrán disfrutar de la paz interior, porque la oración será el arma más poderosa.
Queridos hijos, este tiempo de Grandes Tribulaciones ya está a sus puertas. Ustedes tendrán que guiar a Mis hijos, les traerán alivio; sanarán los corazones heridos, y Yo, su Papá, estaré a su lado para realizar grandes milagros en el corazón de Mis hijos.
A través de ustedes paso, y a través de ustedes realizo lo que muchos deberían hacer, pero no hacen.
Queridos hijos, gracias por escucharme, les amo y les bendigo.
Su Papá, lleno de compasión por todos Sus hijos, así como por todos aquellos que les son queridos».
§2
2. El hombre destruye lo que Yo he creado
«Queridos hijos, que su luz ilumine a Mis hijos, que actualmente están en la oscuridad, para que puedan recibir esta luz. Muchos aún no han comprendido la importancia de unirse a Mi Divinidad.
El mal los corroe por todas partes y nada les muestra que ese camino los conduce al abismo. Cuántos se sentirán decepcionados cuando lleguen ante Mí al final de su vida…
¡Un número incalculable de Mis hijos se precipitan al abismo!
La muerte por inyección es un SACRILEGIO, porque ninguno de Mis hijos puede destruir lo que Yo he creado.
La muerte por inyección les causa sufrimiento, pero también la pérdida de su alma en los tormentos del infierno.
Este tiempo de Grandes Tribulaciones que comienza es el resultado de esta dimensión infernal que conduce al hombre a su propia destrucción.
Así es como el modernismo provoca la decadencia del cuerpo humano y el alma sufre las consecuencias.
El hombre destruye lo que Yo he creado y, con su decadencia, contraviene lo que Yo le he pedido:
EL AMOR Y LA ENTREGA DE SÍ MISMO.
Mi Corazón de Padre sufre enormemente al ver la destrucción de aquel a quien había creado con tanto Amor:
EL HOMBRE.
Queridos hijos, si supieran toda la importancia de sus noches de oración, se quedarían atónitos. ¡Con cada sacrificio ofrecido a Mi Divinidad, ustedes salvan un gran número de almas!
Queridos hijos, unidos a Mi Divinidad, transforman los corazones y les aportan perseverancia en su lucha.
Gracias por escucharme. Les bendigo a ustedes y a todos los que están cerca de su corazón.
Su Papá, que les colma de todo Su Amor».
Fuente Robert Brasseur





Dios Padre: «



“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”




"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."