¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
03 de setiembre del 2025 – Mensaje de San Miguel Arcángel a Luz de María
§1: Les aseguro la protección de todas las Legiones Celestiales
§2: Hijos, ¡prepárense y oren!
§3: Comentario de Luz de Maria

(Lectura: 3 min.)
§1
«Hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, vengo a ustedes por Voluntad Divina.
Como Jefe de los Ejércitos Celestiales:
Les aseguro la protección de todas las Legiones Celestiales si son criaturas de amor y obran y actúan como verdaderos hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo. (Ef. 5)
Viven un momento de Misericordia Divina para que se acerquen a Nuestro Rey y Señor Jesucristo, a Nuestra Reina y Madre y se dispongan a ser criaturas renovadas.
Son amados de la Casa Paterna y el Deseo Divino es que ningún alma se pierda (I Tim. 2, 4-6).
Dedíquense a entregarse a Nuestro Rey y Señor Jesucristo y a amar a Nuestra Reina y Madre. Mantengan la Fe firme, la Esperanza siendo una llama ardiendo y la Caridad como estandarte en cada paso de su vida (I Cor. 13).
§2
Amados de Nuestro Rey y Señor Jesucristo:
La naturaleza estremece el Cinturón de Fuego y activa otras fallas tectónicas en la tierra.

Hijos, ¡prepárense y oren!
Oren, hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, oren, la Tierra se estremece en uno y otro lugar.
Oren por Canadá, hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, oren, oren, oren.
Oren por Estados Unidos, hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, oren, oren, oren.
Oren por México, hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, oren, oren.
Oren por América Central, hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, oren fuerte.
Oren por Sudamérica, hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, oren, oren.
Oren por Japón, hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, oren, oren, oren.
Oren por Filipinas, hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, oren, oren, oren.
Oren, hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, oren, oren por Indonesia.
Oren, hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, oren por Nueva Zelanda.
Oren, volcanes se activan, hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo.
Les convoco a la oración, hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, oren, oren, oren.
No es un llamado más… ¡Es un llamado!
Mirarán Hacia Arriba Y Se Sorprenderán. No Pierdan La Fe.

Les llamo a mantener la fe en la Trinidad Sacrosanta, el amor y la veneración hacia Nuestra Reina y Madre.
Recuerden que la luna se teñirá de rojo [1] simbolizando la sangre, anticipando la guerra y acelerando los movimientos tectónicos en la Tierra.

Les bendigo,
No se encuentran solos, ¿por qué temen?
San Miguel Arcángel».
Ave Maria Purissima,
concepita senza peccato
Ave Maria Purissima,
concepita senza peccato
Ave Maria Purissima,
concepita senza peccato
§3
Comentario de Luz de Maria

“Hermanos, Nuestro amado San Miguel Arcángel nos alerta fuertemente sobre eventos que vamos a enfrentar y ante los cuales debemos prepararnos. En especial nos alerta sobre el Cinturón de Fuego del Pacífico, cuyos principales puntos de referencia por donde pasa los ha mencionado solicitándonos oración. No solo nos debemos centrar en esos países, sino en los que se encuentran sobre fallas tectónicas que se pueden activar con sismos fuertes.
San Miguel Arcángel nos anticipa un evento que veremos en el cielo; es estremecedor por eso nos llama a no perder la fe y a recordar que Dios es Dios y nosotros Sus hijos.
San Miguel Arcángel me ha permitido una visión en la cual miré países demasiado afectados por los terremotos, quedando sin energía eléctrica y con los daños en las infraestructuras que sabemos ocurren en la mayoría de los países donde suceden terremotos. Se me permitió mirar otros países con fallas tectónicas grandes ser también estremecidos.
Es un momento fuerte en todo aspecto, por ello somos invitados a la conversión y a ser criaturas de fe. Estamos en un momento especial en donde la fe debe ir por delante. Amén.”
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Fuente: Revelaciones Marianas








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."