¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Hace años que muchos estiman al ermitaño de Asís, Massimo Coppo, como un alma especial y profética.

Varios testimonios hablan de curaciones que ocurrieron tras su oración; de personas que llegaron con dudas y salieron convertidas. Pero él nunca quiso publicidad, solo hablaba en privado a quienes lo buscan con sinceridad hasta que llegó la ascensión del Señor en 2025.
Y ese día rompió su silencio en la plaza de San Pedro y dijo cosas que fueron proféticas. Advirtió sobre lo que va a pasar en la Iglesia y el mundo y cómo debemos prepararnos, y el corazón de muchos estremeció porque reconocieron la voz del Cielo sobre lo que se viene.
Massimo Coppo no es sacerdote ni escritor, es un monje ermitaño, vive en la colina de Asís. Como San Francisco dejó todo para vivir en Soledad, penitencia y silencio. Él es parte de la comunidad familia de Belén creada en el pueblo de Asís hace más de 40 años.
Se hizo famoso cuando apareció para rezar por el Papa en la plaza de San Pedro en 2013 cuando estaba el cónclave anterior, descalzo y con una apariencia mendicante.

En el cónclave de 2025 apareció de nuevo y dijo que caminó desde Asís para rezar por el nuevo Papa.
«Quiero un nuevo pontífice para los pobres y que se acerque a ellos, que hable de la eternidad, del infierno y del retorno de Cristo».
Y a eso agregó:
«Estoy andando aquí para hacer penitencia por la iglesia, para rezar desde esta mañana, para Dios que tenga piedad de Su Iglesia, que está en una situación muy difícil, que es un escándalo lamentablemente.
Y unos días después apareció inesperadamente en la fiesta de la Ascensión de 2025 y dio un mensaje cargado de fuego:
«Cristo volverá no será secreto, será visible, la Iglesia debe pasar por Su Pasión, no hay escapatoria, no hay punto medio, será una gran separación y será una gran sorpresa».
Y también sentenció:
«La Iglesia ya no habla del Juicio como si nunca fuera a pasar.»
Y luego dio un mensaje sobre el futuro que se resume en cuatro advertencias:
- El clero será causa de escándalo.
- La Iglesia se sostendrá por los laicos fieles.
- Dios enviará una Advertencia visible y simultánea.
- La Purificación vendrá antes del Reino.
Estas no son advertencias nuevas, solo que ahora las repite alguien que no había hablado de esto, y lo tomó la prensa internacional, aunque el clero católico lo sigue ignorando.
Y estas mismas cuatro advertencias fueron entregadas antes hace un siglo y medio a una mística francesa (Marie Julie Jahenny) en una aparición de uno de los santos más poderosos que haya tenido la Iglesia.

Hablamos de San Vicente Ferrer, dominico, predicador del siglo XIV, que evangelizó en Francia, Italia, España, Inglaterra; y predicaba con tal poder que lo seguían multitudes por semanas.
Él hablaba en su lengua natal, pero todos lo entendían en su idioma, y Dios le dio carismas excepcionales: curaciones, conversiones masivas, y según fuentes históricas, resucitó a 28 personas.
Una de esas resurrecciones fue clave. Cuando algunos se burlaban, porque (San Vicente Ferrer) decía que Dios lo había llamado el cuarto ángel del Apocalipsis. Él pidió traer un cadáver que llevaba 4 días de muerto; y al resucitarlo lo primero que dijo aquel hombre fue:
«Este es el ángel del Apocalipsis».
Entonces en 1878 San Vicente Ferrer se apareció a María Julie Jahenny y le entregó un mensaje que suena como copia exacta del ermitaño de Asís.
1. El clero será causa de escándalo.

En su mensaje a Marie Julie Jahenny San Vicente dijo:
«La fe de los pastores ya no es pura, su caridad está contaminada. El clero se convertirá en causa de escándalo. Si no se convierten, si no ajustan su vida a la fe verdadera, Dios los convertirá en instrumentos de escándalo».
Y el ermitaño de Asís dijo algo similar con otras palabras:
«Muchos dentro de la iglesia ya no creen; la cruz ha sido reemplazada por el consenso; y los que debían anunciar el juicio lo han silenciado».
Ambos apuntan al mismo problema. El mal no entra desde afuera sino de dentro; y ese mal ya se ha manifestado
2. Segundo la Iglesia se sostendrá por los laicos fieles
Dijo San Vicente en aquella aparición a Marie Julie Jahenny:
«Dios se consuela mil veces más en los fieles del mundo, que muchos de sus ministros, que no lo aman ni lo obedecen.»
San Vicente aclaró que hablaba de los laicos que viven en gracia, en silencio, y en fidelidad. Y el ermitaño también lo dijo:
«Dios no mide por jerarquía, los fieles serán tomados, los tibios quedarán. El sostén de la Iglesia no está en lo visible, está en las almas escondidas que rezan, que sufren, que callan, y que están sosteniendo el edificio por dentro, mientras por fuera se desmorona.»
3. Dios enviará una Advertencia visible
Esta es quizás la advertencia más explícita. Ambos San Vicente y el Ermitaño hablan de una intervención Divina visible global y simultánea. San Vicente dijo:
«Dios enviará una Advertencia seria será vista en todas partes al mismo tiempo será el escándalo convertido en Castigo y el Castigo en Acto de Misericordia».
Y el ermitaño sin nombrarlo también describió el Aviso que tantos místicos han anunciado:
«Cristo volverá y será una gran sorpresa. Será como un trueno. Nadie podrá Ignorarlo. Será el momento de la gran separación».
Estaba hablando de lo que la Virgen dijo en Garabandal. Un temblor que iluminará la conciencia del mundo. Un juicio personal anticipado. Y ese llamado de Dios separará definitivamente a quienes lo siguen y a los que lo persiguen.
4. La Purificación vendrá antes del Reino


La parte más difícil de los cuatro mensajes es que el Reino (de Cristo) viene, pero, solo después de la Cruz. San Vicente lo advirtió:
«Dios permitirá un tiempo de esfuerzo terrible, pero será breve después Su Voz adorable pronunciará el fin y dará a los que han sufrido la paz y el gozo».
Y el ermitaño lo dijo más directo
«La Iglesia debe vivir Su Pascua, como su Señor. No hay escapatoria, no hay punto medio.

Significa que la promesa del Reino, un tiempo de paz, justicia y Presencia Divina, no llegará sin antes pasar por un tiempo de tribulación. Lo cual significa que la Era de Paz prometida llegará luego de una Gran Tribulación que oficiará como purificación. Y hoy estamos entrando en el Gólgota de la Iglesia. Y como en la Cruz de Cristo, pocos quedarán cerca, solo los más fieles.»
Este mensaje no es nuevo, ni exclusivo de estos dos hombres. El Cielo lo viene repitiendo desde hace siglos con todos sus matices:

- En La Salette, Roma perderá la fe.
- En Fátima, Rusia es el instrumento de castigo.
- En Garabandal, vendrá una Iluminación de Conciencia antes del Castigo.
- En Akita, fuego caerá del cielo y tras el fuego el Triunfo del Inmaculado Corazón de María.
El Cielo ha estado hablando permanentemente sobre esto, y no para sembrar miedo, sino para despertar la conciencia dormida. Y hoy el ermitaño de Asís vino a decirnos nuevamente que la Iglesia atraviesa su Pasión, y que el mundo atraviesa su juicio, y los fieles deben tomar una decisión: seguir como si nada o responder al llamado.
El ermitaño dijo:
«Los fieles serán tomados, los tibios quedarán, y todo será como un rayo en el cielo. Los fieles serán iluminados por la presencia de Dios y los tibios lo negarán. Todo este proceso será muy rápido en medio de un mundo y una Iglesia que se desmoronan para renacer».
Bueno, no es momento de esperar señales porque la señal ya fue dada. Y entonces ahora queda lo más difícil para los hombres: creer y actuar.
Fuente: Canal de video, Foros de la Virgen María








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."