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(M14.15.17.25) Extractos de mensajes del Cielo a Christine, Francia
§1. La naturaleza se rebelará contra vosotros
§2. Permaneced en silencio y cultivad la paz en vuestro interior
§3. ¡Preparaos! ¡Convertid vuestros corazones, creed en el Evangelio!
§1
1. La naturaleza se rebelará contra vosotros
El Señor: «Mi Misericordia es infinita pero el hombre no la mide y Mi castigo se acerca. Porque sois sordos a Mis llamadas, porque continuáis vuestra sordera y vuestro ágape, porque vivís sin el don de Mi amor, para vosotros dado, la naturaleza se rebelará contra vosotros y seréis privados de sus beneficios».
§2
2. Permaneced en silencio y cultivad la paz en vuestro interior
El Señor: «Sólo hay una senda que conduce al buen camino, la del silencio y el abandono a Mi Voluntad.
El que entra en el mundo encuentra la perdición, pero no la ve porque el mundo le atrae y le ciega con placeres insustanciales.
La felicidad, hijos, está en el silencio y el abandono, la verdadera felicidad, donde el alma madura en el Sol de Mi Corazón. En el fondo del silencio reina la paz, la verdadera paz, la que acerca al hombre a Mi Corazón para que Yo lo restaure y santifique, porque Yo mismo lo santifico con Mi Presencia.
Hijos, se dice que, en los últimos tiempos, los hijos de los hombres se divertirán, olvidando Mis preceptos y negándose a ver que el despertar será doloroso.
- Hay quien llora y quien ríe; risa y llanto se mezclan y entremezclan, pero ¿dónde está entonces el silencio que lleva y trae el Corazón?
- El hombre siempre se apresura a olvidar las pruebas pasadas, pero ¿qué le traerá el mundo, diversiones pasajeras?
No es fácil vivirlo en profundidad, porque sólo en el silencio despliega sus alas y, como un manto, cubre al amado que lo ha acogido.
Orad, con el corazón vuelto hacia la única Belleza, la única Perfección, la Virgen Madre y, en silencio, dejad que vuestro corazón se regocije con el Suyo. Llevad a Ella vuestro abandono y Ella llevará en vosotros la flor del perdón, la flor de la entrega».
§3
3. ¡Preparaos! ¡Convertid vuestros corazones, creed en el Evangelio!
El Señor: «¡Cuántas veces tendré que advertiros y deciros:
“¡Preparaos! ¿No sabéis el día ni la hora en que vendrá el Hijo del Hombre»?
Pero no oís, permanecéis sordos a Mis llamadas, seguís con vuestras vidas, despreocupados de Mi Palabra que os llama al arrepentimiento para que mañana, en la Hora Suprema que se acerca rápidamente, estéis preparados para acogerme en vuestras casas para salvaros.
Veis claramente que los días son menos luminosos, que las horas parecen acortarse, pero seguís sin comprender, permanecéis lentos y sordos a Mis llamadas.
¡Convertid vuestros corazones, creed en el Evangelio! ¡El Señor viene!
- ¿Me acogeréis con gran alegría, seguiréis negándome o estaréis ocupados sin hacer nada?
Hijos, que vuestros corazones celebren sin cesar, porque el Señor viene, ¡el Señor que Yo soy desciende de Su Trono de Gloria para venir a llevaros con Él y salvaros!
Hijos, el tiempo se acaba, las horas se acortan, la luz se apaga, la noche se acerca silenciosa y los ojos de vuestro corazón permanecen ciegos.
Ved el Cielo con el ojo de vuestra alma y aguardad Mi Venida con gran alegría y sabiduría.
Preparaos, que vuestros corazones estén listos, que vuestras almas se purifiquen y Yo os llevaré Conmigo a la nueva Morada.
Las tormentas se levantan, los trastornos de la Tierra la sacuden, ¡la Hora se acerca!
- ¿Estaréis preparados para acoger a Aquel que viene, que es vuestro Señor?
- Hijos, ¿seréis capaces de oír Mi voz que os llama?
- ¿Vendréis a visitarme antes de la última hora?
Se acerca la Hora suprema de la gran sacudida y vuestras almas permanecen inertes.
- ¿No oís el canto de las palomas llamándoos a venir a Mis Sagrarios para recoger vuestros pensamientos y glorificar Mi Santo Nombre?
Preparaos mientras aún hay tiempo, porque vendré como un ladrón, a una hora que no conocéis, y os sorprenderé.
- ¿Estaréis preparados entonces o permaneceréis sordos?
Hijos, abrid bien los oídos de vuestros corazones porque vengo a purificar vuestros hogares y a traeros el Nuevo Amanecer.
- ¿Estaréis preparados para oír Mi voz que os llevará a Mi Morada o permaneceréis sordos a Mis llamadas?
Fuente: Messages du Ciel à Christine