¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
7 de mayo del 2025 – Mensaje de San Miguel Arcángel a Luz de María
§1: Esta generación ofende tanto a la Trinidad Sacrosanta
§2: La Iglesia e Nuestro Rey y Señor Jesucristo padecerá fuertemente
§3: Permanezcan fieles a la adoración al Santísimo Sacramento del Altar

“Amados hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo: Vengo a ustedes por Orden de la Trinidad Sacrosanta.
§1
Esta generación ofende tanto a la Trinidad Sacrosanta que las mismas ofensas caen de nuevo a la tierra… y cuanto van a enfrentar será más fuerte a raíz de la desobediencia.
Amados de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, permanezcan atentos al sol [1], este se encuentra alterado por una erupción solar demasiado fuerte, y ante la defensa de la Tierra debilitada en su magnetósfera, ha penetrado en la Tierra manteniendo las fallas tectónicas en movimiento. Mantengan la alerta debido a que el sol emanará erupciones solares hacia la Tierra y esto influye en esta.
La naturaleza continúa liberando su fuerza sobre la Tierra, los elementos: agua, tierra, fuego, aire, se levantan contra la humanidad. Hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, el astro sol se levanta y ustedes padecen por ello…

La frialdad humana lleva a cada uno de ustedes a no apetecer la fraternidad ni la convivencia (Rom. 12, 9-10).
Deben cambiar para que sean más de Dios que del mundo.
§2
Hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, se encuentran en un momento álgido, profundamente decisivo para la práctica de las Enseñanzas que Nuestro Rey y Señor Jesucristo dejó establecidas.
La Iglesia de Nuestro Rey y Señor Jesucristo va a ser zarandeada luego del cónclave, la división persistirá y el dolor iniciará después.

La Iglesia e Nuestro Rey y Señor Jesucristo padecerá fuertemente, pasará por el crisol y los hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo son confundidos…
La humanidad vive en una constante lucha de poder, la que es percibida con asombro por el Pueblo de Nuestro Rey y Señor Jesucristo.
La Iglesia camina tras las huellas de Nuestro Rey y Señor Jesucristo y Sus Enseñanzas. Los Mandamientos entregados por Nuestro Padre en el Monte Sinaí son para siempre, para todos los tiempos y para todos Sus hijos (Ex 20,1-17).

¡Sean cumplidores de los Mandamientos!
¡Sean hijos fieles a la Tradición de la Iglesia! [2]
§3
Permanezcan fieles a la adoración al Santísimo Sacramento del Altar, es Nuestro Rey y Señor Jesucristo al que deben todo honor y gloria por los siglos de los siglos (I Tim. 1, 17).

En este mes (de mayo) dedicado a Nuestra Reina y Madre dediquen de forma especial el Santo Rosario por las necesidades del mundo entero y no se alejen de la Mano de Nuestra Reina y Madre.

Permanezcan en amor y fraternidad.
¿Quién es como Dios? ¡Nadie Como Dios!
Les mantengo protegidos. San Miguel Arcángel.”
Ave María Purísima,
sin pecado concebida
Ave María Purísima,
sin pecado concebida
Ave María Purísima,
sin pecado concebida
Comentario de Luz de María

“Hermanos, San Miguel Arcángel nos previene sobre los efectos de las llamaradas solares, se nos ha mencionado que la humanidad debe mantenerse preparada para cualquier evento de orden natural o generado por los países en guerra. Vivimos momentos de confusión, de grandes decisiones y de grandes cambios en la geografía de la Tierra.

Como parte de la historia de la salvación tenemos la responsabilidad de formar parte de quienes poseemos fe verdadera, activa y viva dentro del Cuerpo Místico de Cristo. Practiquemos las virtudes para que caminemos como Dios lo espera de nosotros, orando en todo momento sin descansar, porque la oración logra lo que no logra el hombre. Amén.”
Fuente: Revelaciones Marianas








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."