¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(F9-2725) – Extractos de Mensajes del Cielo a Valentina, Australia

§1. Los buenos frutos producidos por el sufrimiento
§2. Pondré el mundo patas arriba
§3. El Misterio del Cenáculo durante la Santa Misa
§4. Visión del Papa Francisco y del Papa Benedicto XVI
§1
1. Los buenos frutos producidos por el sufrimiento

Valentina: “La Santa Madre María […] me mostró unas manzanas, yo dije:
‘Oh, qué coloridas, sanas y hermosas son’.
Eran el racimo de manzanas más maduras y luminosas que he visto nunca.”
La Bienaventurada Madre (sonrió…): “Esta es la fruta de mejor calidad que has producido con tu sufrimiento. Tú has pasado por muchos sufrimientos, pero mantente valiente […].
Valentina, dile a la gente que Mi Hijo está muy ofendido por el mundo. El mundo es cada vez más pecaminoso: codicioso, corrupto y egoísta, y los pobres son cada vez más suprimidos. Muchas catástrofes están previstas y se avecinan, si la gente no cambia. Como Madre, ya no puedo retener a Mi Hijo. Pronto, Él juzgará al mundo severamente.
Valentina, hija Mía, habla a la gente, no tengas miedo. Dile a la gente que se arrepienta de sus pecados y que deje de ofender a Mi Hijo. Él ya está demasiado ofendido.”
§2
2. Pondré el mundo patas arriba
Valentina: “Por la noche, al rezar mis oraciones de acción de gracias, vino nuestro Señor Jesús…”
Jesús: “Valentina, hija Mía, vengo a hablarte al ver cómo el mundo se hunde cada vez más en el abismo del Infierno – al ver cómo los líderes obedecen al mal que les dice que mientan a la gente.

Los líderes de muchas naciones realmente niegan la guerra y los crímenes que cometen – culpan a alguien más.
Ya no hay verdad en nada de lo que hacen. Yo, su Señor y Dios, ya no puedo ver esta maldad. ¡Mi Ira es grande! Y en muy poco tiempo, pondré el mundo patas arriba, y Me desharé de todos estos tramposos y mentirosos.

¡Sucederá! Lo haré de la misma manera que volqué las mesas de los cambistas y expulsé del Templo de Dios a los que vendían y compraban y se burlaban de un lugar de culto y oración.
Pero esto no ocurrirá sólo en un lugar – Yo limpiaré todo el mundo – Me desharé de todos Mis enemigos, y crearé todo nuevo para Mi pueblo.
Advierte a la gente para que cambie y se arrepienta. Mi pueblo es tratado muy injustamente, y sufre, especialmente en Gaza y en Oriente Medio. Ellos claman a Mí y Me ruegan que les ayude.”

Valentina: “Nuestro Señor hizo una pausa de un minuto, pues estaba muy emocionado y apenas podía hablar. Luego, mirándome y señalándome con el dedo…”
Jesús: “Valentina (dijo con firmeza), hija Mía, ¡no me detengas! Si Me pides que sea misericordioso, interfieres en Mi Plan.”
Valentina: “Nunca he visto a Nuestro Señor tan enojado y tan triste – estaba tan emocionado y con los ojos llorosos, apretando Sus manos contra Su pecho, indicando el sufrimiento de un profundo dolor en Su Sagrado Corazón. Señor Jesús, que se haga Tu Santa Voluntad. Que el Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesús sea alabado, adorado y glorificado en todo el mundo.”
§3
3. El Misterio del Cenáculo durante la Santa Misa
Jesús (durante la Santa Misa): “Valentina, hija Mía, te invito a venir a Mi Cenáculo [1] – Me encanta tenerte Conmigo porque Me consuelas.

¿Has visto cuánta de Mi energía doy al mundo durante la Santa Misa?
¡Doy lo último de Mi sufrimiento por la expiación del pecado y por la salvación de las almas!
¿Pero lo saben?
La gente no lo sabe.
Tú lo sabes y eres testigo de Mi Sufrimiento. Ese es el último de Mis sufrimientos que Yo doy – Yo doy todo de Mí mismo con todo Mi poder, que nada permanece en Mí.
¿Pero qué más puedo ofrecer?
¿Saben esto los sacerdotes?
No quieren conocerme porque no profundizan en el Misterio de la Santa Misa.”
Valentina: “Mientras estaba en el Cenáculo (de arriba) con Nuestro Señor, todavía podía oír la Santa Misa que se ofrecía abajo. El agua viva brotaba del Sagrado Corazón de Jesús en expiación por nuestros pecados. Una vez que terminó la Santa Misa, el agua que fluía también se detuvo, y nuestro Señor gastó toda Su energía. Lloré y lloré por Nuestro Señor mientras lo veía entregarse completamente durante la Santa Misa. Luego, vi cómo nuestro Señor recuperaba todo su poder; la energía volvía lentamente a Él, y lo hacía todo por sí mismo…”
Jesús: “Valentina, gracias por estar presente conmigo en el Cenáculo (Upper Room) y por tu dolor. […] No muchos saben esto. Los sacerdotes que Me sirven en la Santa Misa – sólo dicen las palabras que aprendieron, pero no saben que el Cenáculo es Mi Crucifixión y sufrimiento repetidos una y otra vez en cada Misa. De lo contrario, el mundo estaría en una terrible oscuridad si Yo no hiciera eso.”
Valentina: “Señor Jesús, te doy gracias de corazón, y sé que no soy digna de estar en Tu Santa Presencia, pero te agradezco que me des la gracia para poder decírselo a la gente. Quisiera poder decirles a los sacerdotes y a los obispos, a quienes sé que Tú amas, cuánto sufres por ellos cuando celebran la Santa Misa. Señor Jesús, te damos gracias y estamos profundamente agradecidos por la Misa Sacrificial que nos das para redimirnos y salvarnos.”
§4
4. Visión del Papa Francisco y del Papa Benedicto XVI
Valentina: En las noticias de la noche, informaron sobre la evolución de la salud del Papa Francisco, que ha estado hospitalizado varias semanas. Decían que seguía enfermo y muy frágil. Me conmovió mucho oír hablar de su sufrimiento. Encendí una vela y recé por él.
Cuando terminé de rezar el Santo Rosario y las Letanías de la Virgen María (antes de irme a dormir, suelo leer un pasaje de la Sagrada Biblia, como me enseñó a hacer Nuestro Señor, y rezo algunas otras oraciones) […] apagué la luz de la mesilla de noche, pero no tenía sueño cuando, de repente, aparecieron unas luces que se agolpaban en mi habitación. En estas luces apareció una visión del Papa Francisco tumbado en la cama. Alrededor del Papa, pude ver a muchas personas santas, pero el que estaba más cerca de él era el Papa Benedicto XVI. Jadeé sorprendido y dije:
“¡Oh, el Papa Benedicto!”

El Papa Benedicto estaba radiante, llevaba una túnica dorada y una mitra en la cabeza. Estaba muy cerca del Papa Francisco, hablándole y rezando, pero yo no podía oír lo que decía…”
Jesús: “El Papa Francisco y su predecesor, el Papa Benedicto, estuvieron muy juntos mientras el Papa Benedicto vivía, así que bajó a verlo y a hablar con él.»
Valentina: “¿Vino a buscarlo?”
Jesús: “No, todavía no. Todavía estará aquí un tiempo, pero es muy frágil. Reza por él. Todos rezan por él en el Cielo.”
Fuente: Valentina Sydney seer








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."