¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
8 de febrero del 2025 – Mensaje de Dios Padre a Luz de María
§1: Compartido de Luz de María
§2: ¡El momento de gran confusión ha llegado!
§3: ¿Hacia dónde son conducidos, hijos Míos?
§4: No han creído en cuánto les he revelado
§1
Importante compartido de Luz de María

“Hermanos: Como instrumento de Dios, con humildad les comparto: Sin esperar más del Cielo, ya que vivo no para convencer, sino para compartir los llamados de mi amadísimo Señor Jesucristo, de Mi amada Madre, la Virgen María y de los Arcángeles San Miguel y San Rafael.
Dentro de un tiempo de continua prueba que la Voluntad Divina me ha permitido, llego una vez más a comprender que Dios actúa en su infinita Misericordia, en el momento más álgido en el caminar de Sus hijos. Junto al sufrimiento que vivifica y que viene de Dios Padre, de Su Infinito Amor, este 8 de febrero me da Su Palabra para confirmar que Dios es Dios; llega en el momento menos esperado, sin fechas previas, sino actuando a su manera, pero llega en el momento en que más necesito de Su gran Amor para decirme:
“hija, aquí estoy Yo, soy tu Dios y no te desamparo”.
Esta es la sutileza del Amor Divino cuando nos prueba en donde más nos duele; Dios vuelve Su Mirada y me transmite Su Palabra que es vida y vida en abundancia. Esta grandeza de Dios Padre nos deja en evidencia que Él mantiene Su Mirada sobre nosotros y que como dice en Su Palabra:
“Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de doble filo: ella penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. (Heb. 4,12).”
§2
Mensaje de Dios Padre
“Amadísimos hijos: Soy Su Padre y les amo. Les miro y les protejo cuando así Me lo permite su libre albedrío.

Mi Casa les ha convocado al cambio de vida, así inició esta misión para que se liberen del pecado y retornen a Mí.
El perdón por las ofensas cometidas debe recordarles Mi Amor por cada uno de Mis hijos. Cada absolución que reciben, hijos Míos, es a la vez un encargo que reciben para que resistan a caer nuevamente y para esto deben ser humildes cada día.
Les llamo a mirarse y a vivir el: “perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden” (Mt. 6, 12).
¡El momento de gran confusión ha llegado!
La humanidad se encuentra sin un rumbo al superar al mismo pecado. El Maligno no les da ideas para pecar, sino el hombre le propone al mal las formas de pecar.
- Mis templos son vandalizados ante la mirada de Mis hijos…
- Mis altares son profanados ante la mirada de Mis hijos…
- Mis sacerdotes son agredidos ante la mirada de Mis hijos…
- Mis religiosos y religiosas no están seguros en algunos países…
¿Hacia dónde caminan, hijos Míos, hacia dónde caminan?
Es necesario para ustedes conocerme para que tengan la certeza de que Yo soy Amor y únicamente cuando en la búsqueda Me encuentran, las inquietudes del corazón encontrarán paz y esperanza; esa que les lleva a ver en todo momento un mañana mejor.

No Me conocen debido a que no estudian la sagrada escritura (II Tim. 3,16 -17) y desechan Mis Leyes superando a Sodoma y Gomorra (Gen. 19).
Mis Legiones Celestiales luchan por sus almas, el mal las atrapa y no desea dejarles en libertad.
Soy Amor y Justicia a la vez, no lo olviden hijos Míos.
Les tengo reservado un lugar en Mi Casa; para ello deben vivir en la fe, vivir en la humildad, en la paciencia, en la esperanza y en la caridad. Vivan siendo conscientes de que “sin Mí nada pueden hacer” (Jn. 15,5).
Necesitan silencio y ser conscientes de que ya el remordimiento ante el pecado lo han dejado de lado. Esto es señal de que el Demonio ha penetrado en el pensamiento de Mis hijos y se han permitido ser seducidos.

Unas pocas criaturas humanas se han dado la libertad de decidir por el resto de la humanidad que vive en su propio yo humano, sin pensar en el momento que van a padecer ni en el momento de presentarse ante Mí.
§3
¿Hacia dónde son conducidos, hijos Míos?
Al dolor, a la hambruna [1], a las enfermedades [2], al enfrentarse unos a otros, y a vivir ante inesperadas reacciones de la naturaleza manipulada en la mayoría de los embates.
Conózcanme en la Sagrada Escritura, pero vivan un encuentro personal con este Su Padre, así vivirán en un mundo nuevo y ante sus ojos todo cambiará.
Me adelanté a cuanto padecen ya y les alerté de cuánto necesitan para superar los padecimientos con el menor sufrimiento. Lo hice para quienes deseen obedecer y ¡son tan pocos los que creen!
Mis hijos deben mantenerse en alerta espiritual y física.
Oren con el corazón; la oración es necesaria en todo momento, como es necesario que hagan vida la oración.
- Les alerté sobre el Aviso [3]para que se preparen en el espíritu y ¿cuántos creen?
- ¿Cuántos saben que luego del Aviso continuará la persecución de Mis hijos?
- ¿Cuántos saben que recibirán el auxilio permanente de Mis Legiones Celestiales luego del Aviso?
Hijos Míos, viven en momentos de grandes pruebas y no las reconocen. Estas pruebas son constantes: las guerras [4], el agua que azota, el viento que llega con fuerza [5], las enfermedades que no se detienen y cobran vidas, los alimentos que son escasos y tanto que necesitan y no van a poseer.

Las amenazas de cuerpos celestes [6] sobre la Tierra continuarán, y uno en especial que llegará antes de lo que les han mencionado…

Las variantes en el clima, del cual no podrán saber cuándo sembrar o cuándo dejar descansar la tierra…
§4
No han creído en cuánto les he revelado y cuándo la oscuridad cubra la Tierra, los lamentos también cubrirán la Tierra…
¡Cuánto padecer llega a Mis hijos! Y como Padre deseo minimizarlo, esperando el cambio espiritual de los Míos.
Les llamo a ser unidad, sean fraternos. Este momento no es para contiendas entre Mis hijos y que el Demonio se regocije. Únanse, unan fuerzas ya que de la división quien mantiene la ganancia, es el Demonio. Vivan sin contrariarse unos a otros.
Yo decido sobre Mis verdaderos instrumentos. Cada uno posee una misión particular y de esa misión, quienes deseen pueden alimentarse espiritualmente, manteniendo con claridad que ninguno se encuentra por sobre Mi Palabra ni a ninguno le doy a conocer todo.
Hijos, ¡ConózcanMe en la Sagrada Escritura! ¡Conozcan Mi Ley!

Como hijos Míos deben buscar la fraternidad y no destruirse, sino ministrarse unos a otros. No se encuentran obligados a creer en Mis verdaderos instrumentos, pero por Mi Misericordia, en todos los tiempos les he alertado por medio de Mis criaturas elegidas.
Hijos Míos, cuidado con las serpientes que, arrastrándose por el suelo, les inyectan el veneno de la envidia, de la soberbia, de la calumnia y de la injuria.
- Tengan presente que no todos pueden ser Mis instrumentos, pero Mis instrumentos no se encuentran por sobre Mí. Respétenlos, que el camino de ellos no es fácil y Yo, su Padre, les guío y les ordeno obediencia a Mí.
- Tengan presente que de una piedra tosca Yo obtengo una piedra preciosa. En todo momento algunos de Mis instrumentos, con su libre albedrío, se han alejado de Mí y solo Yo, su Padre tengo la palabra final sobre ellos.
Hijos Míos, ¡prepárense! El momento recrudece y no se encuentran totalmente preparados. Céntrense en ser mejores constantemente y dejen los juicios a este Padre que a todos miro con amor (Lc. 6, 37).
Mi bendición sea el bálsamo sobre Mis hijos para que retornen a Mí.
Mi Amor no tiene límites. Dios Padre.”
Ave María Purísima,
sin pecado concebida
Ave María Purísima,
sin pecado concebida
Ave María Purísima,
sin pecado concebida
- Sobre la hambruna: leer…
- Sobre las enfermedades: leer…
- Sobre el Aviso: leer…
- Sobre la guerra: leer…
- Sobre los Desastres Naturales: leer…
- Sobre los cuerpos celestes y los asteroides: leer…
Fuente: Revelaciones Marianas








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."