¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
16 de enero de 2025 – Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a Luz de María
§1: Todos son llamados a la oración
§2: Esta generación se encuentra descarriada
§3: El Dragón emerge y causa destrucción
§4: Mi Madre Bendita les ama

“Amadísimos hijos de Mi Corazón, les amo, les bendigo.
§1
Todos son llamados a la oración, a vivir en paz y amando al hermano.
“Yo soy la Vid”. Tengan presente que sin Mí nada pueden hacer, sin Mí no dan frutos de vida eterna (Jn. 15, 1-17). ¡Ténganlo presente, hijos Míos!
Humanidad, voltea la mirada y mírame. Transitas otros caminos escabrosos con acantilados y grandes trampas en las que caen, siendo engañados al no conocerme.
Amados hijos, Soy Misericordia infinita, Misericordia y Soy Justo Juez.
§2
Esta generación se encuentra descarriada:

- Les ofrezco Mi Amor y lo desprecian…
- Les ofrezco Mi Cuerpo y Mi Sangre y los desprecian…
- Les llamo a la fraternidad y viven en guerra…
- Les doy Mi Palabra y la desprecian…
- Mis Mandamientos son negados…
- Se burlan de Mi Madre y la ofenden…
Esta generación se ha enceguecido ante los ardides del demonio.

Esta generación se encuentra pecando y no lo reconoce, vive pendiente de lo que no le corresponde y se hunde en la vanagloria; se alimenta del yo humano al que ha engreído y saturado de soberbia.
Mis hijos son humildes, a ellos les amo con especial predilección.
Mi Justicia Misericordiosa llega al dolido que clama Mi Misericordia y a Mi Madre, Su Intercesión Materna.
- En donde Soy adorado y alabado, ahí permanezco Yo y Mi Madre les acompaña.
- En donde llaman al fuego del mal, llega el fuego del mal y Mis hijos padecen.
Hijos, hagan el bien a todos sus hermanos, en especial a los hermanos en la fe. Ablanden el corazón y no guarden resentimientos, ya que estos endurecen el corazón llenándolo de envidia y la envidia endurece el pensamiento. Quien vive con su corazón endurecido no habla de amor, sino de provocación, burlándose del que ora y Me ama.
§3
Hijos amados les llamo: Mi verdad es absoluta, pero continúan la vida sin enmendarse.
Por eso los vientos derribarán a su paso la altivez de algunos de Mis hijos y a la vez el fuego aparecerá en uno y otro lugar de la Tierra, dejando desolación y presagiando el fuego que caerá del Cielo.
El viento, el fuego y el agua toman un lugar preponderante en el desarrollo de los acontecimientos. Grandes cuidades serán reducidas por los elementos y por los fuertes terremotos que les llevan en camino a desaparecer.
El Dragón emerge y causa destrucción, las naciones se enfrentan sin denotar temor. Se habla de paz y en su lugar se tiende una emboscada, dejando a las naciones consumidas en su nada.
La hambruna causa tormento sobre aquellos que no han guardado provisiones.
Soy Misericordioso y doy de comer al hambriento, si este no posee alimento: Soy Padre, “Soy el que Soy” (Ex. 3, 11-14).
§4
Es el momento que tantos han anunciado.
Este es el momento en que Mis hijos, impregnados por la impiedad causan horror y espanto por donde pasan, olvidando que Soy el Dueño de Cielo y Tierra y que enviaré al hombre falto de paz, “la gran señal” que les dirá que ha llegado el momento tan esperado e ignorado por la mayoría.
Oren hijos Míos, oren, saben que no se encuentran solos, Soy fiel a los Míos y les guardo en la palma de Mi mano derecha.
Oren hijos Míos, oren, Mi Madre Bendita les ama; “la Mujer Vestida de Sol con la luna bajo Sus Pies” dirige a Mis hijos del gran Ejército Mariano.

Oren hijos Míos, oren, Mi amadísimo Ángel de Paz [1] les mira, abogando por cada uno de ustedes y por tantos que, vacíos de amor, se niegan al cambio. Mi Ángel de Paz es la humildad misma, se duele por quienes no acogen Mi Palabra y se niegan a la fraternidad y al bien común.
Oren hijos Míos, oren, el hombre de ciencia logrará un gran descubrimiento.
Oren hijos Míos, oren, llega el gran apagón; Mis hijos que permanecen en camino de conversión, Mis hijos que se arrepienten, verán la luz en medio de la oscuridad.

Amados Míos: La Mano de Mi Padre ha descendido… esta generación no pasará sin experimentar la purificación. Vendrán a Mí en busca de Mi Misericordia.
Les bendigo. Su Jesús.”
Ave María Purísima,
sin pecado concebida
Ave María Purísima,
sin pecado concebida
Ave María Purísima,
sin pecado concebida
Comentario de Luz de María

“Hermanos: de la Mano de Nuestro Señor Jesucristo somos conducidos para llegar a ser parte del amor que desborda quien es la Esencia misma del Amor. Nuestro Señor Jesucristo nos va desplegando una serie de acontecimientos, que, si los supiéramos de otra forma, quién sabe para que lo resistiéramos. Este Mensaje de Amor y Esperanza es a la vez el Mensaje del Justo Juez que nos dice:
“Aquí estoy con Mi Amor y a la vez con Mi Justicia. Les amo, son Mis hijos, sin embargo no tienen la salvación asegurada; deben esforzarse cada momento para darme a conocer a aquellos que Me aman y a aquellos que no Me aman”.
En medio de la oscuridad, con sed o con hambre, con el estruendo en el cielo o con los hermanos luchando entre ellos, la fe nos sostiene porque hemos creído y hemos permanecido fieles.
Hermanos, el Espíritu Santo nos da el discernimiento para que la fe sea tan fuerte que por más duro que sea lo que vivimos, nuestro amor y fidelidad a Nuestro Rey y Señor Jesucristo, no se extingan jamás. Amén.
- Revelaciones sobre el Ángel de Paz: leer…
Fuente: Revelaciones Marianas








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."