¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
23 de diciembre del 2024 – Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a Luz de María

«Amados hijos Míos: Les entrego Mi Sagrado Corazón para que se adentren en Él y se permitan poseer un corazón de carne.
¡Es urgente la conversión, deben comprender que para cada uno de ustedes es URGENTE el que se conviertan!
Deseo que, al acercarse Mi Nacimiento, Me ofrezcan oro, incienso y mirra (Mt. 2,11):
- El oro de la humildad.
- El incienso del amor hacia Mí y hacia el prójimo.
- La mirra del deseo de salvar el alma.
Amadísimos hijos Míos, les invito a tomar en serio Mis Llamados a un cambio radical en su obrar y actuar, de una vez por todas. Lo que van a vivir es sumamente serio y de no mantenerse en el camino de la conversión, será una oscuridad total la que enfrentarán ante cuanto se avecina.
Prepárense espiritualmente y háganse dignos de recibir los Dones que Mi Voluntad Divina desea participar a cada uno de ustedes.
Piensen Hijos Míos: manténganse atentos a cuanto sucede; nunca piensen que lo saben todo porque no es así, pero sí deben ser más observadores de los signos y señales que acontecen ante ustedes.
Amados Míos: Son Mi tesoro, por ello les busco, no deseo que se pierdan.
La preparación en todo aspecto es muy importante, por ello les llamo a mantener estos Llamados Míos impresos ante la inminente gran oscuridad que se encuentra ¡YA! ante ustedes.
La tierra continúa estremeciéndose fuertemente hasta en donde no suele estremecerse.
La guerra es la gran necedad humana, la gran necedad de quienes sienten poseer derecho, sobre todo, hasta sobre Mis hijos. Verán las novedades de las armas ocultas y la humanidad sabrá de dolor.
Siendo Navidad, debo decirles la Verdad y pedirles oración:
Oren hijos Míos, oren por ustedes para que con fe enfrenten las Profecías.
Oren hijos Míos, oren, la humanidad recibirá una Gran Señal, que a la vez será una inolvidable lección.
Oren hijos Míos, oren en esta fecha de Mi Nacimiento; den al más necesitado alimentos con una cita del Evangelio que les alimente el alma.
Oren hijos Míos, oren sin descanso amando al prójimo, cambiando de obrar y actuar: el que no ama, que ame a su hermano; el que no comparte, que comparta; el que es engreído, que sea humilde; el que no escucha, que aprenda a escuchar.
Oren hijos Míos, oren, la humanidad debe mantenerse preparada como si despertara y el cumplimiento de las Profecías estuviera ante sus ojos. Vean lo que otros no ven, sean Mis hijos, miren a lo alto, no se muevan en lo mundano.
Oren hijos Míos, oren, tantos países necesitan de sus oraciones; oren por toda la humanidad y miren los cambios que suceden ante sus ojos.
Oren hijos Míos, oren, el cumplimiento llega acompañado de Mi Amor.
Oren hijos Míos, oren, les amo y les mantengo en la Palma de Mis Manos.
- Les bendigo con Mi Amor.
- Les bendigo con Mi Corazón.
- Les bendigo para que despierten y se mantengan en fe.

Les amo. Su Jesús».
Ave María Purísima,
sin pecado concebida
Ave María Purísima,
sin pecado concebida
Ave María Purísima,
sin pecado concebida
Comentario de Luz de María

«Hermanos: Ante este Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo debemos doblar rodillas y buscar al prójimo para ayudarle, no solo con el alimento material, sino con el espiritual. Tenemos el deber de ver más allá como nos lo dice Nuestro Señor Jesucristo, no quedarnos en la periferia y que lo venidero nos encuentre desprotegidos. Seamos criaturas de paz y de respeto para con Cristo y Nuestra Santísima Madre y para con los hermanos, no todos somos iguales y tenemos que respetarnos.
En este momento debemos tener en cuenta que no es lo mismo un signo que una señal, no es lo mismo. El signo es algo que sucede ante un cambio de lo que estamos acostumbrados a vivir. Las señales nos indican que algo se aproxima, la señal es un indicador de que algo viene ya. Por tanto, mantengámonos mirando y sabiendo distinguir. Hermanos, adoremos al Niño Jesús en el Pesebre hoy, mañana y siempre. Amén».
Fuente: Revelaciones Marianas








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."