¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
19 de diciembre 2024 – Mensaje de Nuestro Señor Jesús a Ana María, Apóstol del Escapulario verde

Anna Marie: “Señor mío, oigo que me estás llamando.”
Jesús: “Querida Mía, soy yo, Tu Señor Dios y Salvador, Jesús de Nazaret.”
Anna Marie: “Por favor, habla Mi Santo Salvador Misericordioso, tu sierva pecadora te escucha ahora.”
Jesús: “Mi pequeña, sé que estás muy preocupada por la infiltración de un ejército invasor en tu país y en tus fronteras (el país del Águila). Esto ciertamente ocurrirá. Sin embargo, a través de oraciones extraordinarias de Mis amados Apóstoles alrededor del mundo, puede ser minimizado en duración y en violencia.
Deseo que todos Mis Apóstoles comiencen a rezar la Oración de la Paz de Mi Madre a partir del 1 de enero (2025) y que sea rezada durante todo el año.”
Oración del Ángel de la Paz (de Fátima)

“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes con los que Él es ofendido. Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los pecadores.”
(Nuestra Madre Amantísima, 19 de marzo de 1991: “Que esta oración tenga eco en todo el mundo.”)
Anna Marie: “Sí, querido Jesús. ¿Seguirá esto durante todo el año 2025?”
Jesús: “Sí, pequeña, debe recitarse antes de cada Rosario durante todo el año.”
Anna Marie: “Sí, querido Jesús.”
Jesús: “Yo amo a todos Mis amados Apóstoles. Tu Divino Salvador: Jesús, Salvador Misericordioso.”
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Las 5 oraciones de Fátima
Cinco oraciones enseñadas en Fátima por la Santísima Virgen María y el Ángel de la Paz.

El 13 de mayo de 1917, la Santísima Virgen María se apareció milagrosamente a tres pobres niños pastores en Fátima, Portugal. Entre mayo y octubre de 1917, Nuestra Señora se apareció cinco veces más, cada vez el día 13 del mes. Se identificó como Nuestra Señora del Rosario y dio a los niños un mensaje urgente para todo el mundo. La Madre de Jesús deseaba que las almas evitasen el Infierno y nos advertía de las tragedias que se avecinaban si no nos arrepentíamos y cambiábamos de camino. Los niños Lúcia, Francisco y Jacinta también recibieron del Ángel de la Paz y de Nuestra Señora las palabras de cinco nuevas oraciones. Hoy son conocidas como las oraciones de Fátima.
1. Oración del Perdón
En la primavera de 1916, antes de la aparición de Nuestra Señora, un Ángel enseñó a los niños de Fátima esta oración, repitiéndola tres veces:
“¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo! ¡Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan, no te aman!” (El Ángel de la Paz rezaba estas dos oraciones de rodillas y con la frente inclinada hacia el suelo).
Llamándose a sí mismo Ángel de la Paz y Ángel de Portugal, dijo a continuación:
“Oren de esta manera. Los corazones de Jesús y de María están dispuestos a escucharles. Creer, esperar, adorar y amar a Dios es practicar las virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad.”
2. Oración Trinitaria
En agosto de 1916, los niños vieron al ángel postrado ante una hostia y un cáliz que pendían del aire. Guiándoles en la adoración de la Eucaristía, les enseñó de nuevo esta oración recitándola tres veces.
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes con los que Él es ofendido. Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.”
3. Plegaria Eucarística
El día de la primera aparición de la Virgen, el 13 de mayo de 1917, Ella dijo a los niños:
“Tendréis mucho que sufrir, pero la gracia de Dios será vuestro consuelo”.
Una luz resplandeciente brilló a su alrededor, y ellos se sintieron “movidos por un impulso interior” a rezar esto.
“Santísima Trinidad, yo te adoro. Dios mío, Dios mío, Te amo en el Santísimo Sacramento.”
4. Oración del Sacrificio
El 13 de junio de 1917, la Virgen se apareció a los niños y les enseñó a rezar cuando ofrezcáis a Dios vuestros sufrimientos y sacrificios espirituales.
“Oh Jesús mío, ofrezco esto por amor a Ti, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María.”
5. La década del Rosario
La Santísima Virgen subrayó la importancia del rezo del Rosario para la conversión de los pecadores y el arrepentimiento del mundo. El mismo día de la enseñanza de la “Oración del Sacrificio”, Nuestra Señora enseñó a los niños a rezar esto después de cada decena del Rosario.
“Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu misericordia.”
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Acto de Consagración al Inmaculado Corazón de María Santísima

Oh Inmaculado Corazón de María, Reina del Cielo y de la Tierra y tierna Madre de los hombres, según tu ardiente deseo, hecho conocido en Fátima, me consagro a tu Inmaculado Corazón a mí mismo, a mis hermanos, a mi patria y a todo el género humano.
Reina sobre nosotros, Santísima Madre de Dios, y enséñanos a hacer que el Corazón de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, reine y triunfe en nosotros, como ha reinado y triunfado en Ti.
Reina sobre nosotros, Virgen Santísima, para que seamos tuyos en la prosperidad y en la adversidad, en la alegría y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad, en la vida y en la muerte.
Oh piadosísimo Corazón de María, Reina del Cielo, vela por nuestras mentes y corazones y presérvalos de la impureza que tan dolorosamente lamentaste en Fátima. Ayúdanos a imitarte en todo, especialmente en la pureza. Ayúdanos a invocar sobre nuestro país y sobre el mundo entero la paz de Dios en la justicia y la caridad.
Por eso, oh piadosísima Virgen y Madre, prometo imitar vuestras virtudes con la práctica de una verdadera vida cristiana, sin tener en cuenta el respeto humano.
Resuelvo recibir regularmente la Sagrada Comunión y ofrecerte cada día cinco decenas del Rosario, junto con mis sacrificios, en espíritu de reparación y penitencia. Amén.
Fuente: greenscapular.org








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."