¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
20 de noviembre del 2024 – Mensaje de la Santísima Virgen María a Luz de María
§1: ¡Despierten, se encuentran ante la hecatombe!
§2: Vivir en guerra…
§3: Una epidemia que avanzará hasta llegar a ser pandemia
§4: Mi amadísimo Arcángel Rafael les auxiliará…

“Amados hijos de Mi Corazón Inmaculado, son Mis hijos, a todos, amo.
§1
Amados hijos: ¡despierten, se encuentran ante la hecatombe y duermen en las telarañas del demonio!
Algunos de Mis hijos desprecian a Mi Divino Hijo y a Mí ante los límites que la Ley Divina contiene para sus verdaderos hijos. No hay un verdadero hijo de Mi Divino Hijo sin cruz (Lc. 9, 23-26).
Les digo que se encuentran ante la hecatombe de la Tercera [Locura] Mundial [1], ahora más cerca que antes y continúan sin obedecer, sin proponerse un verdadero cambio en el obrar y actuar.

§2
Miro las cadenas que arrastran cantidad de criaturas humanas, cadenas que les sujetan al hombre viejo, el que se gobierna a sí mismo.
Hijos, continúan siendo necios, desprecian lo que Mi Divino Hijo les ha otorgado sin ser merecedores.
Les ha encomendado una misión a cada uno sin merecerla y siendo arrogantes, se toman la libertad de rechazar a Mi Divino Hijo y ustedes continúan con la terrible sombra del ego que les cincela continuamente, por no ser humildes de corazón (Mt. 11, 29-30).
En este momento de dolor para toda la humanidad en donde entrarán a vivir lo que gran parte de Mis hijos no conoce: “vivir en guerra”.
Cada uno en particular si desea salvarse espiritualmente tiene que ir aceleradamente hacia Mi Divino Hijo y ser cumplidores de Su Voluntad, sin detenerse, ya que el momento apremia, prometiendo ser más de Dios que de lo mundano y rechazar cuanto les pueda llevar hacia el Demonio.
§3
No sólo en las consecuencias de la guerra deben pensar, sino a la vez en las enfermedades nuevas y en otras ya conocidas [2], que son altamente contagiosas y se encuentran en la Tierra.

Hijos de Mi Corazón Inmaculado, nuevamente se enfrentarán a lo que les llevará a vivir en una epidemia que avanzará hasta llegar a ser pandemia en muy poco tiempo [3].
El agua continúa arrasando con fuerza poblados.

Ustedes no solo deben orar por sus hermanos que padecen, sino que deben llevar alimentos, vestuario, medicinas en la medida de lo posible a sus hermanos que padecen.
Los terremotos [4] continúan, pero el terremoto más grande lo causará el hombre mediante la guerra…
Son engañados por quienes mantienen el poder en la tierra y radica en sus manos el modificar los elementos y su fuerza; pero esto no durará mucho, debido a que Mi Divino Hijo permitirá “una gran lección” para quienes utilizan la ciencia para causar el mal.
§4
Amados hijos de Mi Corazón Inmaculado, Mi amadísimo Arcángel Rafael, protector de la salud (Tobías 12, 14-17), les auxiliará ante las enfermedades que salen a la luz en la tierra, por Voluntad Divina les acompañará. Mamá María.”
***
Mensaje de San Rafael Arcángel a Luz de María

“Amados hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo:
Vengo a ustedes por la Voluntad Divina a auxiliarles en las enfermedades que emergen y son desconocidas o reaparecen con mayores daños para ustedes.
Deben continuar utilizando, en caso de enfermedad, cuanto por Voluntad Divina han recibido para disminuir o detener los efectos de las enfermedades que enfrentarán [5]..
He sido enviado a amparar a quienes padecen por la guerra, a los desvalidos para que la fe no decaiga y la salud sea recuperada, si es la Voluntad Divina.
Vengo a ampararlos en este momento tan difícil que enfrentan y enfrentarán.
Oren hijos de Nuestra Reina y Madre, oren sin detenerse ante la proximidad de la guerra.
Oren hijos de Nuestra Reina y Madre, oren, grandes sismos se dan en la Tierra. Oren por ustedes mismos y por quienes padecen.
Oren hijos de Nuestra Reina y Madre, oren, conviértanse, es necesario para la salvación del alma.
No vengo a sanar los cuerpos solamente, vengo a sanar corazones que deseen ser sanados.
Vengo a invitarlos a orar y esperar con un corazón regocijado al Ángel de Paz [6], amadísimo de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, quien se mantendrá siendo portador de la defensa de las criaturas de fe y de quienes se encuentren en proceso de conversión.
¡La salud del cuerpo y del alma permanezca en ustedes en todo momento!
San Rafael Arcángel.”
Ave María Purísima,
sin pecado concebida
Ave María Purísima,
sin pecado concebida
Ave María Purísima,
sin pecado concebida
Comentario de Luz de María

“Hermanos, Nuestra Madre Santísima nos comparte la dureza de lo venidero para la humanidad, tanto que nos alerta al decirnos, “la hecatombe”. Hermanos, la palabra hecatombe se refiere a la desgracia, a la catástrofe, a la calamidad, a la tragedia, al cataclismo, para que tengamos una idea de cuánto llega junto a la guerra. El cielo no nos asusta ni nos llena de temores, porque siempre está latente el poder de la oración en todo aspecto.
Somos testigos de una fuerza fuera de lo normal de los elementos de la naturaleza, en especial del agua; lo vemos y sabemos cuándo es permitido por Nuestro Señor y Rey Jesucristo y cuándo se suma el hombre para causar daños.
Veremos al fuego actuando en Suramérica y en otras naciones por la Tierra, como un anticipo de lo que después llega: la carestía.
Hoy hermanos, se nos ha dado la gracia sin merecerla de que San Rafael Arcángel, por Voluntad Divina nos comparta Su Palabra y nos dé la esperanza de poseer más medicamentos naturales, con los cuales podamos combatir las enfermedades; no solo del cuerpo, sino también las enfermedades que se llevan en el corazón y no nos permiten la conversión.
Oremos hermanos, oremos con fe porque Dios no deja abandonado a Su Pueblo. Dios es fiel con los suyos y nunca nos dejará abandonados. Amén.”
- Sobre la Tercera [Locura] Mundial: leer…
- Sobre las enfermedades: leer…
- Sobre las epidemias, pandemias y plagas: leer…
- Sobre los terremotos: leer…
- Sobre los Remedios del Cielo de las Plantas Medicinales: descargar…
- Sobre el Ángel de la Paz: leer…
Fuente: Revelaciones Marianas








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."