¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
6 de octubre de 2024 – Mensaje de Nuestro Señor Jesús a Ana María, Apóstol del Escapulario verde

§1
Jesús: «Hija Mía, te he llamado esta mañana para hablarte de algunos acontecimientos que pronto tendrán lugar en tu nación [1].

Hay varios ataques [del terror] planeados, pero Yo y Mi Padre Celestial los hemos estado frustrando. Es verdad que tu país ha permitido que muchos [subversivos] vengan a través de tus fronteras, debido a la avaricia y el poder, ahora tu país cosechará lo que ha sembrado.
Cuando estos ataques [del terror] comiencen, continuarán. Serán ataques urbanos y tratar de separar a los malos de los buenos no será fácil. Con las oraciones de Mis hijos, estos ataques pueden ser mitigados, pero no serán detenidos.
Tu nación ha vendido su alma por control, poder, avaricia y no ha mostrado compasión por los más pequeños de estos, Mis pequeños hijos. Muchos de los cuales han sido vendidos a una empresa de esclavitud sexual y he escuchado sus gritos de ayuda.
Yo arrojaré al infierno a cada secuestrador y a cada participante que haya jugado un papel en el secuestro y tortura de Mis pequeños. No habrá escapatoria.
Como sabes Mi querida, cuando solicitaste que el Huracán Helene fuera mitigado y redujera su fuerza antes de tocar tierra, te dije que no lo haría.

Fue por la Voluntad de Mi Santo Padre Celestial que este Huracán golpeara tu país por Sus razones y no se te permite saber por qué.
Querida Mía, pide a Mis amados Apóstoles que recen la Novena de Mi Madre diariamente.»
Anna Marie: «Querido Jesús, ¿es “Reina del Santísimo Rosario” de la Raccolta #399? [2]»
Jesús: «Sí, querida, entonces les pido a Mis Apóstoles que recen el Santo Rosario de Mi Madre para mitigar los ataques [del terror] que pronto vendrán sobre tu nación y los continuos desastres naturales relacionados con el clima que aún están por venir.»
Anna Marie: «Sí, Jesús. ¿Quieres que también ponga esa oración en este mensaje?»
Jesús: «Sí, por favor hazlo. Así Mis Apóstoles estarán seguros de entender lo que les he pedido.»
Anna Marie: «Querido Jesús, ¿cuánto tiempo quieres que recemos las oraciones y el Rosario?»
Jesús: «Diariamente durante todo este año 2024.
§2
Comenzarán a ver grandes calamidades en los cielos.

Mi Padre ha quitado Su protección sobre los planetas y las galaxias, cometas, asteroides, el sol y la luna. Observad y ved Su gran autoridad sobre todos los cielos y rezad diariamente por Su Misericordia sobre vuestras tierras.»
Anna Marie: «Querido Jesús, ¿cómo podemos todos expiar ante Tu Padre Celestial los pecados de nuestras naciones, no sólo los míos sino también los de las otras naciones?»
Jesús: «Puedes ofrecer a Mi Padre una Coronilla de la Divina Misericordia diariamente, pero luego ofrécele otra [Coronilla] y en cada cuenta di esto:
«Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, en expiación de nuestros pecados y de los del mundo entero.»
Esta oración se reza normalmente en vuestra cuenta del «Padre Nuestro», pero os pido que ofrezcáis así toda la Coronilla de la Misericordia.
Si a Mis Apóstoles les preocupa rezar todas estas oraciones, hazles saber que el tiempo que ofrezcan a Mi Padre Celestial, les será devuelto durante su día.
La oración nunca impedirá a un alma completar sus tareas diarias, eso es una mentira del maligno, y nunca debes escucharle. Querida, por favor, asegúrate de que este mensaje se publique hoy.
Tu Salvador Misericordioso, Jesús del Santísimo Sacramento de la Misericordia.»
- El País del Águila
- Reza y difunde. Protégete y protege a los tuyos: Descargar PDF
Fuente: greenscapular.org








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."