¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
De los mensajes de Nuestra Señora de Emmitsburg a Gianna Talone, E.E.U.U.
Preparación espiritual ~ 1
Curso de preparación de Nuestra Señora de Emmitsburg para fortalecer la fe de quienes tendrán que afrontar los acontecimientos de la Tribulación, que pronto sacudirán nuestro planeta.
§1: Abandonaros incondicionalmente a Dios
§2: Oren con todo su corazón
§3: Os pido paciencia
§4: Os habéis vuelto demasiado indiferentes
§5: Oren para que reciban la gracia de abandonarse a Dios
§6: Utilizad el Sacramento de la Reconciliación
§7: Por favor estén tranquilos
§8: Utilizad sabiamente este tiempo de gracia

§1
Abandonaros incondicionalmente a Dios
(N393) “Mis queridos hijitos, ¡alabado sea Jesús!
Yo soy vuestra Señora de la Alegría. Os traigo noticias de Amor y de Paz. Hijitos Míos, amad incondicionalmente. Esforzaos siempre por abandonaros incondicionalmente a Dios, para que podáis amar incondicionalmente. No permitáis que el autoengaño os aleje de Mi Hijo.
Incluso cuando piensen que están amando en pureza como Jesús quiere que amen, pueden caer en amar de acuerdo a sus estándares. Amen incondicionalmente. Amen a todos.
Es muy importante que el abandono de vosotros mismos sea una ofrenda diaria a Mi Hijo, para que podáis amar en pureza, incondicionalmente, como Jesús quiere que améis. Es amando que ustedes se unen al Dios Trino. Benditos seáis, Mis pequeños. Benditos seáis en el Nombre de Jesús. Paz.”
§2
Oren con todo su corazón
(N1093) “Hijitos Míos, recordad que he dicho que toda oración que sale del corazón es otra rosa que se entrega a Mi Hijo.
Mis pequeños, oren con todo su corazón. No recitéis solamente palabras, sino cantad con cánticos de alabanza, cada palabra de corazón.
Mi Hijo quiere vuestro corazón, no vuestras palabras. El quiere que sus acciones hablen de sus palabras. Mi Hijo os ama, Mis pequeños. Deseo que todos ustedes sepan verdaderamente cuan presente estoy para ustedes, todos ustedes.
Mi Hijo os ha dotado para que Me permitáis estar aquí con vosotros de esta manera tan especial. Por eso os pido que toméis en serio Mi llamada.
Vuelvo a pronunciar palabras de unidad y armonía. Es hora, Mis pequeños, de que empecéis a vivir en unidad.
Hay demasiada gente que vive dividida y sin misericordia por falta de bondad. Por favor, volved a Dios. Rezad con el corazón, y Él os guiará sobre cómo vivir en unidad a través del amor. Por favor, por favor, por favor amaos los unos a los otros.
¿Cómo puedo daros nuevos mensajes si no estáis viviendo los ya existentes?
Os necesito, Mis pequeños, y os bendigo en el Nombre de Mi Hijo. Bendito sea Dios.”
§3
Os pido paciencia
(N1793v) “Hijitos Míos, vengo a vosotros como un don de Dios en estos tiempos de gran necesidad, para que volváis a Dios.
He venido con tanta frecuencia porque se está prestando poca atención a Mis mensajes.
Mis pequeños, por favor presten atención a Mis palabras. Los estoy llamando a una gran oración, amor y paciencia. Deseo interceder por ustedes ante Dios, implorando Su Misericordia.
Mi Hijo os ama, Mis pequeños, y toda la atención debe centrarse en Él. Permitidme ayudaros a orar, y permitidme interceder por vosotros.
Os pido paciencia. Tomad el dolor de la paciencia al tratar con los problemas de vuestro hermano.
Recuerden, pequeños Míos, que si no pueden ser pacientes con sus propias imperfecciones, ¿cómo pueden esperar que los demás sean perfectos?
Soporten con paciencia todas las tribulaciones propias y ajenas. Centraos en Jesús. Él os ama. Hay demasiadas expectativas puestas en los hombres; y éstas resultan en impaciencia, amargura y odio.
Yo os amo y deseo enseñaros lo que Mi Hijo Me ha pedido. Os bendigo, Mis pequeños, y os doy las gracias por responder a Mi llamada.”
§4
Os habéis vuelto demasiado indiferentes
(N2493) “Hijitos Míos, ¿os dais cuenta de que debido a la condición actual del mundo, si Yo fuera a vosotros una sola vez, nadie escucharía Mis palabras de súplica?
Pero como Mi Hijo os ama tan incondicionalmente, se ha humillado para permitirme venir a vosotros de una manera muy presente, para ayudaros y pediros vuestro amor incondicional.
Como Madre vuestra, os pido que os humilléis ante Mi Hijo. Acudid ante Él en el Santísimo Sacramento y cubridle de amor, para que Él mitigue lo que está por venir.

No le pidáis que satisfaga vuestras necesidades personales. Él sabe lo que necesitáis para la felicidad eterna. Simplemente amadle y alabadle, porque Él es vuestro Dios. Él es el Hijo de Dios.
Todos os habéis vuelto demasiado indiferentes, sin daros cuenta de Quién es vuestro Dios. Vuestros caminos mortales y humanos han causado división y destrucción dispersa debido a vuestro deseo de controlar.
Ahora os suplico, en estos últimos días que se Me permite estar aquí, que améis a Jesús y sigáis Sus caminos descritos en las Escrituras.
- ¿No hay ninguno de vosotros que ame a Mi Hijo sin esperar consuelo a cambio?
- ¿Cómo puedo ayudaros si, cuando Él os pone a prueba, no Me permitís ser vuestra Mediadora de la Gracia?
Dejad a un lado vuestros deseos humanos y mirad hacia lo que es Divino. Os bendigo, Mis pequeños. Os amo y os doy las gracias por haber tomado en serio esta llamada al amor.
¡Paz a vosotros en el Nombre de Jesús! Él es vuestro Dios, queráis reconocerlo o no. Llegará el día en que todos conocerán la Verdad. Paz.”
§5
Oren para que reciban la gracia de abandonarse a Dios
(D193) “Mis pequeños, oren para que reciban la gracia de abandonarse a Dios. Es a través del abandono que ustedes se vuelven libres y son receptivos para hacer la Voluntad de Dios.
- Mi Hijo os ama, y es a través del desprendimiento del mundo y estando abiertos a Su Camino a través de la obediencia, que podéis estar en la paz, para amar y recibir grandes gracias.
- Mi Hijo desea agraciaros con muchas virtudes, pero antes hay que atemperar los vicios de la carne.
- Mi Hijo desea que todos reciban Mis virtudes de paciencia, fe, amor, dulzura, sabiduría, caridad, humildad, obediencia, esperanza y oración.
Os amo, hijitos Míos, y os pido que oréis fervientemente a Jesús. Rezad, sed pacientes y, por favor, amaos unos a otros incondicionalmente. Amen como una decisión, y su corazón vivirá Su Amor, si se abandonan a Mi Hijo.
Benditos seáis, Mis pequeños, en el Nombre de Jesús. Gracias por responder a Mi llamada en estos días que se me ha permitido estar aquí.”
§6
Utilizad el Sacramento de la Reconciliación
(D893) “Mis queridos hijos, Yo soy vuestra Madre de la Inmaculada Concepción. Soy vuestra Madre de la Alegría. Alabado sea Jesús. Alabado sea Su Santo Nombre.
Mis pequeños, todos vosotros estáis llamados a una vida de pureza, una vida libre de pecado, una vida llena de alegría, felicidad y paz.
A Satanás le gustaría que vivierais en vuestros pecados. Quiere que viváis avergonzados y culpables y que no os perdonéis a vosotros mismos ni a los demás.
En la oración os daréis cuenta de que Jesús os ama y os llama: no al pecado, a la vergüenza o a la culpa, sino a la libertad, a la alegría, a la pureza y al perdón. Recibid Su Amor.
Utilizad el Sacramento de la Reconciliación y seréis como niños recién nacidos.

Buscad ser puros. Mis pequeños. Rezad, vivid en Su fe y amaos unos a otros incondicionalmente.
Jesús os agraciará con la pureza si deseáis esta virtud. Os bendigo, Mis pequeños, y os pido que recéis por la pureza para que seáis libres de la mancha del pecado y seáis íntegros y felices. Gracias, Mis pequeños, por responder a mi llamado. Una llamada a la pureza. Paz.”
§7
Por favor estén tranquilos
(D1593) “Mis pequeños, por favor estén tranquilos. Descansen en el Sagrado Corazón de Mi Hijo. Si levantáis vuestra cabeza de Su yugo, seréis heridos. Centraos en El. Jesús es vuestra protección, amor y amigo íntimo.
Bienaventurados los que son mansos y suaves de corazón. Sencillos, pero tan consumidos por la llama de Su Sagrado Corazón, todos estáis llamados a ser bienaventurados por ser mansos y humildes de corazón.
Centraos en Mi Hijo. Él templará vuestros vicios con el amor. El amor se filtrará en vuestra alma y consumirá todo vuestro ser.
Mis pequeños, sabed que llevo vuestras peticiones a Mi Hijo. Yo siempre tomaré sus peticiones y se las presentaré como lo haría una Madre amorosa.
Nunca seréis olvidados por Jesús. Aunque todos os olviden, Jesús nunca os olvidará. Eres preciosa a Sus ojos, y El os desea tremendamente.
- Yo los bendigo con la gracia de la mansedumbre. Gracias, Mis pequeños.
- Os bendigo en el Nombre de Mi Hijo, que Me ha permitido estar aquí para vosotros.
Gracias por responder a esta llamada a la mansedumbre y a la humildad de corazón.”
§8
Utilizad sabiamente este tiempo de gracia
(D1593c) “Mis pequeños, que benditos son ustedes por conocer a Jesús. Cuán benditos sois de que Él en Su infinita Misericordia y semblante os agracie con Su Divino Amor.
Hijitos Míos, Jesús es vuestro Salvador. ¿No veis interiormente cuán libres sois por el Niño recién nacido?
Recordad siempre, hijitos Míos, que a través de Él podéis servir a este mundo, a todos Sus hijos necesitados. Pero sin Mi Hijo, no podéis servir al mundo con Amor, aunque humanamente podáis servir. Sólo a través de Jesús podéis amar, y sólo a través de Su Amor podéis servir verdaderamente a los necesitados de este mundo.
Os amo, Mis pequeños hijos, y os doy Mi mayor tesoro, Mi Hijo, Mi Corazón. Tomad este precioso regalo y cultivad el Amor que Él os ha dado amándoos los unos a los otros.
Gracias, hijitos Míos, por vuestras oraciones. Utilizad sabiamente este tiempo de gracia examinando siempre vuestras acciones. Siempre, deben ser acciones de amor por los demás, por ustedes mismos y lo más importante por Mi Hijo.
Amadle a El primero, por encima de vosotros mismos, y a vosotros mismos por El. Entonces podréis amar a los demás, y vuestras acciones serán fructíferas en Su Amor.
Bendito seas en el Nombre de Emmanuel, vuestro Dios que está con vosotros.
Gracias por vuestra respuesta a Mi llamada. Paz. Ad Deum.”

Curso de preparación completo
Fuente: Our Lady of Emmitsburg








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."