¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
21 de julio del 2024 – Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a Luz de María

«Amadísimos hijos: Les amo con amor profundo y les mantengo en Mi Sagrado Corazón.
Amados hijos: Les mantengo en la Palma de Mis Manos (Is. 49, 16), en las que ninguno se perderá.
Les mantengo en la Palma de Mis Manos y si alguno desea salirse de Mis Manos con libertad, lo hace. Son Mis hijos y por ello poseen libre albedrío para mantenerse a Mi Lado o para elegir otros caminos fuera de Mí.
- Me duele el obrar y actuar desenfrenado de esta generación…
- Me duele el verles perderse, aun así les permito elegir, ya que algunos regresarán a Mí al final del camino.
¡Sí!, les llamo continuamente a ser cumplidores de Los Mandamientos, de Los Sacramentos, de Las Obras de Misericordia [1] y sobre todo a mantenerse apegados a Mi Madre Santísima, Reina del Cielo y de la Tierra.
- Se encuentran en el despeñadero…
- Les miro caer uno a uno al no haberme sido fieles y entregarse a las ideologías que Me minimizan como Dios.
Amados hijos, esta debilidad que les lleva a alejarse de Mí y llegar a no reconocerme como Dios, es lo que les acercará más a darle al Anticristo el honor y la gloria que Me han negado a Mí.

El mirarle resucitar a los muertos, el mirarle hacer milagros y curar a enfermos les hará decirle dios y olvidarse de Mí (Apoc. 13, 3-10).
Me aborrecerán, se avergonzarán de ser llamados Mis hijos, prohibiéndoles llamarse cristianos. Cometerán graves sacrilegios para adorar al Anticristo y le seguirán por donde vaya. Se doblegarán ante Él y le darán el alma; esto es lo que les pedirán a ustedes, que le den el alma.
Así Mis hijos se entregarán a la más cruel ingratitud que puedan cometer. Se transformarán en perseguidores de sus hermanos, llegando a entregar en manos impías a los inocentes para complacer al poder del impío (Mt. 10, 21-22).
Lo anterior se encuentra orquestado ¡ya! Falta la ejecución de este macabro plan que han gestado desde tiempos atrás. Todo esto se da debido al organismo espiritual tan debilitado por el pecado, que les ha debilitado en la fe.
Amados hijitos, las contiendas continúan ante su mirada, unos a otros se culpan del desastre en que viven y que cada vez será peor y más fuerte.
Como en el pasado han construido una gran Torre de Babel y la han multiplicado por todos los países y todos los lugares con el agravante de decir que es para brindarles mejoras en las comunicaciones (Gen. 11, 1-9). Les han dañado gravemente, exponiéndoles a la radiación las veinticuatros horas del día.
El mal ha incursionado en la vida de Mis hijos con tanta naturalidad que no parece que les ha causado tanto daño. De esta forma el mal ha sido incrustado en ustedes, de una y otra forma engañándoles.
Amadísimos Míos, los elementos se encuentran desafiando a la criatura humana. La Tierra, cuna de Mis hijos, se estremece tan fuerte que algunos lugares ya no serán estables para que Mis hijos vivan.
Manténganse en paz y reconozcan que en este momento como humanidad no poseen nada seguro, únicamente yo, que “SOY EL QUE SOY” (Ex. 3,14), les da seguridad.
Hijos, han llegado a convencerse de la facilidad con la que, en un momento, ustedes llegarán a perderlo todo. Por eso les he llamado a la verdadera seguridad, siendo Mis hijos y manteniendo la fe fuerte y firme.
Oren hijos Míos, oren para que sean firmes en la fe.
Oren hijos Míos, oren y adéntrense en la Sagrada Escritura para que Me conozcan y reconozcan.
Oren hijos Míos, oren por toda la humanidad, por los que más padecerán.
Oren hijos Míos, oren, las aguas de los mares continuarán asechando a Mis hijos, manténganse con precaución.

Oren hijos Míos, oren, obedezcan y sean prudentes.
Amado Pueblo Mío, continúan padeciendo en Asia y en África debido a los fenómenos naturales.
¡Sean prudentes, hijitos Míos, sean prudentes! Este momento es muy peligroso…
Les invito a adorarme en el Santísimo Sacramento en donde les espero con amor eterno.
Los grandes conflictos que ya están sobre la humanidad necesitan la oración, la reparación y el ofrecimiento de cada uno de Mis hijos para que se mantengan firmes.
Mi deseo es que no existan divisiones entre los hermanos [2], no son momentos para las divisiones ni para las intrigas entre hermanos ni para las rivalidades ni para los orgullos ni para la soberbia.
Mis hijos son amados por mí, pero no lo saben todo, porque “YO SOY EL QUE SOY” Y no hay nadie más grande que YO.
Llega el momento en el que se encontrarán ante ustedes mismos y cada uno mirará cómo ha vivido y cómo ha sido en el Mandamiento del amor al prójimo [3].
Les bendigo hijos Míos, les llamo a mantenerse preparados; ustedes saben cómo, así no serán sorprendidos por el mal.
Son Mis hijos, a todos amo. Mi Misericordia es infinita, perdono al más grande pecador si este llega a Mí arrepentido. Deseo sus manos colmadas de obras y actos en Mi Voluntad.
Mi Corazón les espera con Amor Eterno. Su Jesús.»
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Comentario de Luz de María

«Hermanos: Con Amor Eterno nos ama Nuestro Señor Jesucristo. Esto me lleva a recordar, Jeremías 31,3:
“Yahvé se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.”
Hermanos, con ese mismo amor con que somos amados por Dios, nosotros debemos amar a Dios, en estos momentos que nos acercan también a la aparición del Anticristo. Al acelerarse tantos momentos de dolor para la humanidad, tenemos más cerca al Anticristo, del que nos habla Nuestro Señor Jesucristo. Al igual nos habla de la iluminación de las conciencias, de lo que algunos se han olvidado y que también se acerca más a nosotros.
Hermanos, la humanidad agoniza en su propio lodo, pero con ese Amor Eterno de Nuestro Señor poseemos la Divina Misericordia que siempre está abierta para nosotros. No pensemos que se puede pasar la vida pecando y al final arrepentirse porque no conocemos el día ni la hora, por ello hay que vivir cada día como si fuese el último día. Con la fuerza de ese Amor Eterno de Dios, continuemos suplicando Su Divina Misericordia. Amén.»
- Sobre los Mandamientos, Sacramentos y obras de Misericordia: leer…
- Sobre la unidad del Pueblo de Dios: leer…
- EL gran Aviso de Dios a la Humanidad: leer…
Fuente: Revelaciones Marianas








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."