¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
20 de junio del 2024 – Mensaje de la Santísima Virgen María a Luz de María

«Amados hijos de Mi Corazón Inmaculado, les amo, les bendigo.
Viven en medio de grandes confusiones. Han colocado la Ley de Dios al libre albedrío de Mis Hijos. Algunos se justifican diciendo que se cansaron de esperar a que se cumplieran los anuncios de la Casa Paterna, pero eso hijos Míos, son errores, grandes errores a los que justifican Mis hijos que no quieren obedecer los Mandatos Divinos.
La Iglesia de Mi Hijo se encuentra en confusión.
Ustedes atesoren la Palabra de Mi Hijo, prediquen la verdad, vayan por el sendero recto.
- Hijos Míos, la Iglesia de Mi Hijo llegará a encontrarse desolada y ustedes deben orar para reparar por la tibieza de sus hermanos.
- Hijos Míos, no se confundan, que los signos de los tiempos y de este en especial, les hablan claro sobre cuánto se va a cumplir en muy poco tiempo.
Las señales y signos continuarán y son para alertarles, para que despierten y miren la realidad y dejen de mirar de lejos los sucesos que se abalanzan continuamente.
Hijos Míos, la Iglesia de Mi Hijo debe mantenerse unida en oración a tiempo y destiempo porque el enemigo del alma se encuentra abalanzado sobre la humanidad y en el momento de la Purificación.
- La desesperación en que entrarán, Mis hijos que se mantienen lejanos, hará que por desesperación entren en confusión y sean llevados por el Demonio a la gran trampa de una única religión.
- Viven en el conformismo, hijos Míos, y esto no puede ser en estos momentos en que la humanidad es estremecida por una tercera guerra mundial.
Les invito a orar hijos Míos, a orar con el corazón, a orar con sus sentidos con su conciencia; con el corazón porque como hijos obedientes no pueden conformarse con vivir en la ignorancia.
Ustedes deben vivir amándose como hermanos en este momento crucial de la humanidad en el que cantidad de almas se van a perder, pero aún, hijos Míos, aún a los tibios deben tratar de hablarles en el lenguaje del amor porque el lenguaje del amor logra vencer los corazones más duros que existan.
Caminen hijos Míos, mirando cuánto acontece a su alrededor, auxiliándose unos a otros, sabiendo que grandes padecimientos vienen hacia la humanidad como consecuencia de la guerra, pero antes de llamarles a prepararse materialmente, les llamo a prepararse en el espíritu, hijos Míos. ¡Deben apresurarse, hijitos!

Sacerdote que sostiene a un soldado herido en la insurrección venezolana de 1962. El padre Luis Manuel Padilla sostiene a un fusilero gubernamental herido abatido en las calles de Puerto Cabello, Venezuela.
Les amo, no desatiendan Mis llamados, manténganse unidos y atentos a estos llamados amorosos permitidos por la Trinidad Sacrosanta antes de que a causa de la naturaleza o del hombre, no puedan escuchar Mis llamados ni los de Mi Divino Hijo.
Recuerden que su vida debe centrarse en Mi Divino Hijo, en Sus Enseñanzas, en el cumplimiento de los Mandamientos, de los Sacramentos y de las Obras de Misericordia y oren, que su alimento sea la oración.
Protejan a Mis hijos predilectos, a Mis obedientes hijos sacerdotes, protéjanlos y protejan a los instrumentos (mensajeros, videntes, profetas de los Últimos Tiempos) que, en este momento, por Voluntad Divina, ustedes gozan del poder ser alertados sobre cuánto va a suceder. Protéjanse unos a otros, hijitos Míos.
Les bendigo y bendigo en este momento los sacramentales que traen consigo.

- Los bendigo como Madre de la Humanidad, los bendigo como Madre del Verbo.
- los bendigo contra las insidias del maligno opresor de las almas.
- Los bendigo para que siendo creaturas de fe y de amor mantengan la protección de los sacramentales.
- Los bendigo a ustedes, les bendigo el cuerpo, el pensamiento, la conciencia, la mente, sus sentidos, todo su ser
en el Nombre (+) del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mamá María.»
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Fuente: Revelaciones Marianas








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."