¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
19 de junio del 2024 – Mensaje de San Miguel Arcángel a Luz de María
«Amados hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, reciban la Bendición de la Casa Paterna que traigo para cada uno de ustedes.
Son amados de la Trinidad Sacrosanta y de Nuestra Reina y Madre De Los Últimos Tiempos… [1]

Son protegidos como lo ha sido el Pueblo de Dios…
Cada criatura humana es parte del Pueblo de Dios; ninguno es excluido, sino es cada uno el que decide alejarse del redil o continuar dentro del redil.
- Mis Legiones Celestiales se encuentran en la tierra auxiliando a quienes nos invoquen y permitan nuestra ayuda, como nunca antes en la historia de la humanidad.
- Mis Legiones Celestiales les están defendiendo de los constantes ataques malignos.
Amados de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, el mal ha tomado puntos estratégicos en la Tierra y guía sigilosamente a la humanidad hacia el despeñadero, adelantando así la guerra con la aparición pública del Anticristo.
El accionar de los gobernantes de países poseedores de armas nucleares aceleran el inicio de la guerra a nivel global, adelantando lo que son los dolores de parto para la humanidad.
La Creación será dañada; los hombres perseguidos [2] por su religión son tomados como rehenes y obligados a luchar contra sus propios hermanos hasta darles muerte.

No poseen conciencia de lo que está a punto de suceder… En un abrir y cerrar de ojos el caos llega a la humanidad.
La oscuridad aparecerá sin previo aviso, aunque la Trinidad Sacrosanta se los ha anunciado, los encontrará desprevenidos.
Oren hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, oren, el gran terremoto se asoma y la tierra se estremece a gran escala en varios países.
Oren hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, oren, la Creación es atropellada por la impiedad de la criatura humana.
Oren hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, oren, las enfermedades llegan ¡YA!, una y otra a la vez. Saben cómo actuar, el Cielo se los ha adelantado [3].
Oren hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, oren para que mantengan la fe, para que sean fuertes y firmes. Oren para que no se dobleguen ante el poder del mal.
- Oren hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, arrepiéntanse, acudan al Sacramento de la Confesión con firme propósito de enmienda y reciban a Nuestro Rey y Señor Jesucristo (en la Eucaristía).
Oren hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, oren para que obedezcan y atiendan este llamado en que les prevengo de las enfermedades causadas por un mosquito.

Prepárense desde Estados Unidos, México, Centroamérica, Panamá, Sudamérica, en donde la invasión de diversos insectos llevan diferentes enfermedades a las criaturas humanas, causando graves problemas de salud. Protéjanse, cubran las ventanas que se abren para dar ventilación a sus hogares, las puertas y por donde puedan penetrar estos insectos y causar enfermedad. Utilicen el Aceite Buen Samaritano.
Les hablo con la Verdad, es el momento de hablarles y que ustedes obedezcan.
Luego de la purificación y de que la criatura humana se mire a sí misma y se arrepienta, llegará el momento en que la guerra o la lucha ya no existirá. Será el momento para quienes han creído y han permanecido fieles.
Permanezcan atentos, el agua continúa limpiando la Tierra del pecado que el hombre ha dejado caer sobre ella.

Un momento llegará en que las criaturas humanas, según su estado espiritual, verán a sus Ángeles Custodios [4], los que les guiarán para que obren y actúen en la Voluntad de Dios.
Los bendigo y los protegemos por Orden Divina. Permanezcan unidos en oración a la Trinidad Sacrosanta y en adoración.
Queden en la paz de Dios, amen a Nuestra Reina y Madre de los Últimos Tiempos.
El momento es momento… el tiempo y la hora es propiedad Divina.
Les protegemos. San Miguel Arcángel y Mis Legiones Celestiales.»
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Ave María Purísima, sin pecado concebida
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Fuente: Revelaciones Marianas








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."