¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
15 de febrero del 2024 – Mensaje de la Santísima Virgen María a Luz de María

“Amados hijos de Mi Corazón Inmaculado, les bendigo.
Les invito a la conversión, a ser más de Mi Divino Hijo. Aléjense de lo mundano y lo pecaminoso.
Saben bien hijitos, que cuanto he revelado a través de los tiempos para que se cumplan poco a poco las revelaciones y en un momento en que la humanidad esté más lejos de Mi Divino Hijo, que esas revelaciones se darán, si la creatura humana no se convierte.
Lo que esté sujeto a la respuesta del hombre, llegará a caer como purificaciones sobre la creatura humana si esta no responde a la Voluntad Divina y lo que esté sujeto a la respuesta del hombre en oración y en el bien y esté en manos del hombre y el hombre lo cumpla, la Profecía se minimizará o la Trinidad Santísima la eliminará.
Si como criaturas humanas responden convirtiéndose en este momento en el que Mis hijos, todos Mis hijos deberían orar fuertemente, los Coros Angélicos llegarán a ustedes a protegerles.
- Les invito a orar hijos Míos por los sacerdotes para que llamen fuertemente a la oración en este período de Cuaresma, que llamen a la conversión a tantos de los hijos de Mi Divino Hijo que se encuentran tan lejos de Él y lo ofenden constantemente.
Toda esa lejanía que se debe a las insidias del Demonio y sus legiones se encuentran sobre las criaturas humanas porque les tientan constantemente para que caigan y se alejen de Mi Divino Hijo.
- Hijitos Míos, el Demonio se encuentra envenenando corazones: los corazones de Mis hijos, los corazones de los hijos de Mi Divino Hijo a través de las trampas que les colocan en el camino para que se amarguen y desprecien a Mi Divino Hijo y desprecien al prójimo, y todo lo que le signifique lo Divino.
- No todas las trampas son del mal, hijos; hay trampas de los mismos hombres que utilizan la ciencia para el mal y las utilizan para destruir a la humanidad.
Deben aprender ustedes a discernir, hijos Míos, a discernir porque cada momento hay más mordaza que se coloca a lo que es Voluntad de Dios para que los hijos de Mi Divino Hijo, obren y actúen contrario a la Voluntad Divina.
Hijitos Míos: lo que viene es demasiado fuerte; ni lo imaginan ni lo piensen, déjenlo en Manos Divinas, pero ustedes preocúpense por transformar su vida, por convertirse hijos, por auxiliar a sus hermanos, por dejar el egoísmo, la vanagloria personal y acudir al prójimo sin que el prójimo lo solicite.
Amadísimos hijos Míos, reciban a Mi Divino Hijo, acudan a la celebración Eucarística y reciban a Mi Divino Hijo previamente habiendo acudido a confesar sus pecados.
- Hijitos, la problemática de los países es cada día mayor, es imparable la guerra, hijos, y por ello les llamo a orar por todos los países que en este momento se encuentren involucrados en la guerra.
Les llamo a prepararse por todo lo que les llega, pero recuerden que no se encuentran solos, hijos Míos, porque Yo les amo, porque son hijos de Mi Divino Hijo, porque Mi Hijo sabe lo que cada uno necesita, lo que cada uno solicita.
Les repito, hijos Míos, sí, hijos, adéntrense para ser santos, fíjense metas alcanzables para ustedes, que cada batalla ganada es una perla preciosa que colocan en la Corona de Mi Divino Hijo.
Sean amor, hijos Míos, sean amor y lo demás se les dará por añadidura, que todo esfuerzo de conversión sea matizado por el amor y así todo se les facilitará.
Cuarenta días de camino hacia la resurrección, caminando hacia una vida nueva, hijos, y ahí gozoso Mi Hijo y gozosa esta Madre les esperamos porque sabemos que ustedes hijos, lograrán la conversión.
Les amo hijitos, les alerto y bien conocen todo cuanto va a suceder porque conocen las Profecías, pero hay unos hijos Míos que conocen de las Profecías únicamente lo que más les interesa y quizás lo que han dejado de lado es el Gran Castigo [1] que va a caer sobre la humanidad y lo que han dejado de lado quizá es lo que están enfrentando en este momento.
Hijos Míos, tengan presente que vivirán dolores, ya que esta generación no está respondiendo en la Voluntad Divina, sino le está dando la espalda a Mi Divino Hijo y a través de la purificación es que volverán a buscar a Mi Divino Hijo y al final podrán vivir del Cielo por adelantado y gozarán del sacrificio hecho en este momento.
Oren y ofrezcan, reparen, hijos Míos.
Les amo y porque les amo les ruego que no busquen las revelaciones por curiosidad, sino para prepararse sobre todo espiritualmente.
(Habiendo 106 hermanos en oración, Nuestra Madre nos pide:)
Les ruego que pongan en alto sus sacramentales, sus rosarios, las armas de defensa espiritual. Como Madre de Mi Divino Hijo y habiéndome encomendado en este momento para transmitirles la Palabra, la Voluntad Divina, es que:
- Les bendigo sus sacramentales para que ellos sean defensa ante el enemigo del alma, para que sean defensa ante el demonio y sus secuaces, para que estos sacramentales que bendigo les alienten a continuar hacia adelante por el camino del bien e injerten en cada uno de ustedes el amor necesario y la disposición necesaria para que ustedes se mantengan dispuestos a luchar por la Vida Eterna.
- Hijos Míos, que sus rosarios en especial, tengan esa bendición que necesitan tantos hijos Míos en este momento y quién bese ese Rosario sienta la dulzura y el amor de esta Madre en todo momento y lleve paz a quienes lo porten y a quienes besen este Santo Rosario.
- Les bendigo, hijitos amados, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y que la paz de la Trinidad Sacrosanta sea en ustedes y junto a Mí pronuncien:
‘Oh Dios, crea en mi un corazón puro, renuéveme por dentro con espíritu firme. No me arrojes lejos de Tu Rostro, no me quites Tu Santo Espíritu’. (Sal. 50 (51),10-12).
Queden en la Paz de Mi Divino Hijo. Amén.
Mamá María.”
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Ave María Purísima, sin pecado concebida
- Sobre el Gran Castigo: leer…
Fuente: Revelaciones Marianas








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."