¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
13 de febrero del 2024 – Mensaje de la Santísima Virgen María a Luz de María

“Amados hijos de Mi Corazón Inmaculado, reciban Mi Bendición Materna.
Como Reina y Madre de la humanidad, es Mi deber mantenerles atentos a los Mandatos de Mi Divino Hijo.
Saben que es urgente la conversión y Mis hijos no desean convertirse. El interés humano se encuentra en lo pecaminoso que continuamente les presenta experiencias desconocidas y totalmente fuera de lo que un verdadero hijo de Dios haría.
(Esta Cuaresma es especial… quizás la última tranquila antes de los tiempos tumultuosos…)
Hijos de Mi Divino Hijo: Van a dar inicio a la Cuaresma; piensen si tendrán otro momento como el presente para que las puertas del Amor Divino se abran como ahora, luego será difícil.
Hijos el tiempo de Cuaresma es el momento para el arrepentimiento de cuanto no se ha obrado y actuado acorde a los Mandamientos de la Ley de Dios, de los Sacramentos, de las Obras de Misericordia y demás piadosos fines al que Mi Divino Hijo les ha llamado.
Esta Cuaresma en especial, deben ser criaturas dedicadas a la oración con el corazón. Deben ser criaturas nuevas, criaturas de bien, tomen consciencia de sus malos hábitos y de sus faltas hacia sus hermanos. Libérense de las insidias del demonio (Cf. Ef. 6, 11-18) y así se verán tal cual son.
Esta Cuaresma en especial, deben tener claro que el Amor a Dios y al prójimo no son dos, sino es una ley (Mt. 22, 37-40) y quien falta a esta ley está en grave pecado.
- Oren hijos, oren por aquellos que viven con rencor en el corazón, por quienes le quitan la vida a sus hermanos, por quienes difaman a sus hermanos, por quienes dan muerte a los inocentes. Estos hijos Míos se encuentran en peligro de ser atrapados por los demonios que merodean a las criaturas humanas.
- Oren hijos, oren por la juventud para que la juventud recupere la cordura y el corazón de piedra vuelva a ser de carne. El maligno desea exterminar a la juventud.
- Oren hijos, oren por los dirigentes de las naciones; la soberbia de quienes poseen armas nucleares, harán uso de ellas, destruyendo parte de la humanidad.
- Oren hijos, oren como Cuerpo Místico de la Iglesia y así continúen las enseñanzas de Mi Divino Hijo, manteniéndose fieles a las Enseñanzas del verdadero Magisterio.
- Oren y arrepiéntanse, hijos de Mi Divino Hijo, oren por quienes padecerán por los eventos fuertes de la naturaleza.
- Oren por quienes causarán atentados.
- Oren por quienes no respetan el Nacimiento, la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Mi Divino Hijo Jesucristo.
(Penitencia y caridad…)
Amados hijos, en esta Cuaresma cumplan con el ayuno de alimentos, quienes puedan ayunar; de lo contrario ofrezcan otro ayuno. Sean caritativos con quien lo necesite. ‘Amen al prójimo como a sí mismos’ (Gal. 5,14).
Amados hijos, vivan preparados espiritualmente como si cada día fuese el último. ¡Prepárense y alimenten la fe!
Inicien este ‘Miércoles de Ceniza’ con plena fe, viviendo en el Amor Divino, siendo criaturas nuevas.
Continúa la tierra estremeciéndose y la naturaleza causando estragos. La criatura humana causará gran dolor.
Sean ustedes quienes oren y reparen por quienes no aman y causan dolor a Mi Divino Hijo.
Les bendigo de forma especial al dar inicio a esta Cuaresma especial. Mi Amor es protección para cada uno de ustedes. Mamá María.”
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Fuente: Revelaciones Marianas








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."