¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
9 de febrero del 2024 – Mensaje de San Miguel Arcángel a Luz de María
“Amados de la Trinidad Sacrosanta: Soy enviado a bendecirles y a traerles paz a quienes les falta paz, a traerles amor a quienes desean poseer amor y, ¡así lo haré!
(Fe…)
La fe es indispensable (Cf. Jn. 14,1; Cf. Mt. 17,20) en la criatura humana para fortalecer estos últimos tiempos en que, como parte de la humanidad, van a vivir el período apocalíptico en manos de aquellos que desean suplantar a Nuestro Rey y Señor Jesucristo.
Llegó el momento, en que como Cuerpo Místico de Cristo (Cf. I Cor. 12,27) (1), van a padecer y a ser pulidos para luego, como las piedras más preciosas, brillar en nombre de Nuestro Rey y Señor Jesucristo y en nombre de Nuestra Reina y Madre de los Últimos Tiempos (2).
(Carestía…)
Hijos de la Trinidad Sacrosanta y de Nuestra Reina y Madre de los Últimos Tiempos, se encuentran ya en el inicio de los tiempos de carestía, por lo que les he llamado a la siembra.
(Corea del Norte…)
Oren hijos, oren, Corea del Norte esparce el dolor a la humanidad de improviso.
Como humanidad que se tambalea, son probados en todos los aspectos, son pasados por el sarán.
- Quienes tengan que pulirse, púlanse por voluntad propia. ¡Tantos de ustedes leen o escuchan este Mi Llamado sin darse por enterados, sintiéndose que este llamado no es para ustedes, actuando como los fariseos!
- ¡Cuántos creen por su orgullo que todo lo saben y al final van a ser probados en el amor (Cf. I Cor. 13,13), no en la sabiduría!
(El sol…)
Amados de la Trinidad Sacrosanta, el sol se oscurecerá y el frío en la tierra será cruel para con la humanidad; parte de ustedes no lo soportarán.
En ese momento serán iluminadas las almas de quienes han sido amor, paz, esperanza y caridad para con sus hermanos. Por ello deben crecer en el amor, en la fe y en la caridad para que el Sol Divino alumbre la vida de los que se hayan mantenido dispuestos a ser más de la Trinidad Sacrosanta y de Nuestra Reina y Madre, y menos de lo mundano.
Las noches serán largas y tortuosas para aquellos que han caminado por sí solos sin Nuestro Rey y Señor en el corazón y desobedeciendo a Nuestra Reina y Madre.
- Para el Cuerpo Místico de Cristo, el sufrimiento aumenta ante los obstáculos que les presentan en el camino, ante una renovada espiritualidad que no podrán seguir sin sentir culpa. Es el camino de la persecución, de la cruz, de las caídas, de la flagelación; es el camino hacia el dolor del Cuerpo Místico.
(La guerra…)
- Hijos de la Trinidad Sacrosanta y de Nuestra Reina y Madre, la guerra no se encuentra lejana, la guerra desata la mayor tortura para la humanidad.
Aunque no todo es dolor para el Cuerpo Místico de Cristo: les espera el Alimento bajado del Cielo, la plenitud de los Dones del Espíritu Santo, el amor incondicional de Nuestra Reina y Madre; les espera la satisfacción de haber cumplido como hijos de la Trinidad Sacrosanta, de haber creído y mantenido la fe.
Oren hijos de la Trinidad Sacrosanta, oren urgentemente, oren con perseverancia, oren con el corazón.
Oren hijos de Nuestra Reina y Madre, oren para que en la oscuridad vean sin luz por sus frutos de bien y de amor hacia el prójimo.
Oren, oren a tiempo y destiempo por la fuerza espiritual en cada uno de ustedes.
Oren hijos de la Trinidad Sacrosanta, oren por Argentina (3) padece fuertemente. Oren por Chile, oren por Japón.
Les bendigo como Defensor del Trono Paterno. San Miguel Arcángel.”
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Ave María Purísima, sin pecado concebida
- Sobre el Cuerpo Místico: leer…
- Libro de la Reina y Madre de los Últimos Tiempos: descargar…
- Sobre Argentina: leer…
Fuente: Revelaciones Marianas








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."