¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
30 de enero del 2024 – Mensaje de San Miguel Arcángel a Luz de María
“Amados hijos de la Trinidad Sacrosanta, soy enviado como Príncipe de las Legiones Celestiales. [1]
(La Tierra…)
La Tierra en su eje se moverá un poco más, algunas especies de animales desaparecerán y la criatura humana deberá adaptarse a climas nuevos en medio de la decadencia en todo aspecto de la vida.
La naturaleza abate despacio a la humanidad y los países van a ser purificados por la acción del hombre en contra de la creación de Dios y por las acciones en contra del mismo hombre.
¡Cuánta maldad, cuánta degeneración, cuánta locura, cuánta depravación, cuántas herejías pesan sobre toda la humanidad!
Yo, San Miguel Arcángel les protejo, invóquenme y a sus Ángeles Custodios. [2]
(La masonería…)
La masonería [3] al infiltrarse en la Iglesia de Nuestro Rey y Señor Jesucristo ha conducido al error a la humanidad tibia y sin deseos de Salvación.
Falta oración hijos, falta oración, falta conocimiento, falta una fe firme que no vuele de un lado hacia otro deseando conocer lo que Nuestro Rey y Señor Jesucristo mantiene reservado para otro momento.
(Oración y reparación…)
Hijos de Nuestra Reina y Madre, la criatura humana decaerá más espiritualmente, tanto que algunos Decretos Divinos son adelantados por Voluntad Divina ante otros Decretos sujetos a la respuesta de la criatura humana, que han sido anulados debido a la oración y reparación de quienes oran, se convierten y reparan por los que no creen.
Tengan presente que la soberbia hizo caer a Satanás y por la soberbia, las criaturas humanas debido al ego humano no se permiten la humildad y esto les consume hasta hacerlas caer. (Cf. Mt. 23,12; Sant. 4,6; Gal. 6, 14)
(Del Espacio… la guerra…)
Hijos de la Trinidad Sacrosanta: la humanidad se encuentra en peligro, no solo ante elementos provenientes del Espacio, sino ante los atentados que han preparado para las naciones del mundo.
El peligro ante la guerra que ha iniciado y se extiende hacia otros países es fuerte. La guerra continuará hasta que se generalice y la humanidad sea invadida por ella y por la carestía en todo aspecto.
¡Criaturas humanas despierten! No continúen durmiendo; padecen y padecerán más ante los atentados en su mayoría contra el catolicismo.
(Oren… Oren el Santo Rosario…)
- Oren hijos de la Trinidad Sacrosanta, oren fuerte por la protección de los consagrados y consagradas a Nuestro Rey y Señor Jesucristo.
- Oren hijos de la Trinidad Sacrosanta, oren por los fieles instrumentos que el Cielo ha designado para llevarles la Palabra Divina y la Palabra de Nuestra Reina y Madre.
Hijos de la Trinidad Sacrosanta aumenten la fe, confiesen sus pecados y reciban a Nuestro Rey y Señor Jesucristo en la Eucaristía.
Oren el Santo Rosario, este no es una repetición de oraciones, es la alabanza a la Madre de Nuestro Rey y Señor Jesucristo y una vivencia de la vida de Nuestro Rey.
Este calendario tan fuerte les conduce a unos a una mayor unión con la Trinidad Sacrosanta; a otras criaturas humanas por su libre albedrío les lleva a abalanzarse hacia el mal, uniéndose a las hordas del anticristo [4] que no tarda en hacerse presente.
Sin temores continúen hacia la unidad con la Trinidad Sacrosanta, aunque el futuro de la humanidad se encuentra colmado de dolor, viven con la Fe de un nuevo amanecer en donde Nuestra Reina y Madre, en unidad al Ángel de Paz y a todas las Legiones Angélicas, enviaremos por Voluntad Divina al Anticristo a los abismos infernales.
Y al final el Corazón Inmaculado de María triunfará [5].
Les bendigo, San Miguel Arcángel.”
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Ave María Purísima, sin pecado concebida
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Fuente: Revelaciones Marianas








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."