¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
02 de junio del 2023 – Mensaje de San Miguel Arcángel a Luz de María
Prepárense, lo que parecía lejano ya no es lejano
“Amados hijos de la Trinidad Sacrosanta:
POR VOLUNTAD DIVINA VENGO A USTEDES Y LOS INVITO A SER UNO CON LA VOLUNTAD DE DIOS.
SOLO Y SOLO EN DIOS VAN A ENCONTRAR LA VERDADERA VIDA.
Sean dóciles, caritativos, vivan sin perder la esperanza y anúlense para que sus hermanos resplandezcan.
Sean los que dan testimonio de fraternidad sabiendo que el que perdona es perdonado, el que ama a sus hermanos es amado por la Trinidad Sacrosanta y por Nuestra Reina y Madre de los Últimos Tiempos.
Sean más espirituales, así llevarán la Luz Divina a quienes viven en la oscuridad y a quienes se encuentran extraviados por caminos impregnados de sacrilegios contra Nuestro Rey y Señor Jesucristo y contra Nuestra Reina y Madre.
TANTO ACTO CONTRARIO AL AMOR DIVINO, ES DIRIGIDO POR LAS HORDAS DE SATANÁS.
Esta generación se ha levantado en contra de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, en contra de Nuestra Reina y Madre y de todo lo que es el orden, la moral, el respeto al Don de la vida, la fidelidad, la fraternidad y en contra de la inocencia de los niños.
HIJOS DE LA TRINIDAD SACROSANTA DEBEN REPARAR POR LAS OFENSAS DE ESTA GENERACIÓN.
Se encuentran adentrándose al momento final del preaviso y los desastres se dan por doquier sin detenerse. Cantidad de países sufren por causa de la naturaleza, de los malos actos y de las malas obras de las criaturas humanas contra sus semejantes.
Oren hijos de la Trinidad Sacrosanta, oren, la enfermedad aparece como sombra extendiéndose por la Tierra.
Oren hijos de la Trinidad Sacrosanta, oren, manténganse preparados, la tierra se estremece con fuerza.
Oren hijos de la Trinidad Sacrosanta, oren ante tanto padecer que llega a la humanidad para debilitarles como preparativo para la presentación del Anticristo. (1)
DENLE A DIOS LO QUE ES DE DIOS: EL HONOR Y LA GLORIA.
Sean agradecidos y no olviden los medicamentos dados por la Casa Paterna para combatir las enfermedades desconocidas.
En esta recta final, amados hijos de la Trinidad Sacrosanta encontrarán hermanos a la vera del camino en espera de una mano amiga que los levante del fango. Sean esa mano, que colmados de amor a Dios y al prójimo, auxilien al desvalido.
DEBEN COMPRENDER QUE EN ESTE MOMENTO LA CARIDAD ES EL ARMA DE LOS HIJOS DE DIOS.
NADA ES PROPIEDAD DE USTEDES… CUANTO ES DADO ES PROPIEDAD DE LA TRINIDAD SACROSANTA.
Las obras, las misiones, las oraciones, todo cuanto los laicos ofrezcan a la Trinidad Sacrosanta y a Nuestra Reina y Madre, lo deben ofrecer a Quien merece todo el honor y la gloria por los siglos de los siglos. Cuanto ofrecen a Nuestra Reina y Madre es un acto de amor, de devoción, de veneración a quien es la Reina del Cielo.
EN CUANTO MÁS HUMILDES SEAN, MÁS BENDICIONES RECIBIRÁN, MÁS DONES Y VIRTUDES.
Este es el momento de los corazones de carne, de los hijos de la Trinidad Sacrosanta que le mantienen en el primer lugar.
En el firmamento, los cuerpos celestes, los elementos y todo lo creado cumplen la función para la que fueron creados ¿y la criatura humana?
Hijos de la Trinidad Sacrosanta para pronunciar este Nombre deben permanecer conscientes de tan grande majestad.
¡Fe, Esperanza, Caridad se escucha en lo alto!
PREPÁRENSE, LO QUE PARECÍA LEJANO YA NO ES LEJANO.
EL ÁNGEL DE PAZ (2) LES TRAERÁ PAZ, NO LA QUE EL HOMBRE CREE QUE ES PAZ, SINO LA VERDADERA PAZ, LA QUE PROVIENE DE NUESTRO REY Y SEÑOR JESUCRISTO.
Les bendigo hijos de la Trinidad Sacrosanta.
San Miguel Arcángel.”
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA
Fuente: Revelaciones Marianas








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."