¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Marzo 03 2021 – Mensaje de María Auxiliadora al Pueblo de Dios.
Preparaos para la llegada del Aviso, porque está cerca
“Hijitos, la Paz de mi Señor esté con todos vosotros y mi Protección y Auxilio Maternal, os acompañe siempre.
Mis niños, nuevamente os recuerdo: preparaos para la llegada del Aviso, porque está cerca, más cerca de lo que pensáis. Mi Corazón de Madre Auxiliadora sufre al ver que la inmensa mayoría de la humanidad, no está preparada; este gran acontecimiento va a cambiar totalmente la concepción que muchos tienen de la vida espiritual y de la existencia del Único y Verdadero Dios, Uno y Trino. La humanidad va a quedar en un éxtasis que durará entre quince y veinte minutos de vuestro tiempo terrenal, en el cual se os mostrará el estado en que se encuentra vuestra alma con respecto a Dios y vuestros hermanos.
Todo mortal será juzgado, sólo mis pequeñitos que carecen del uso de razón, serán la excepción; todo se juzgará hasta vuestras palabras ociosas. Qué tristeza siento como Madre de la humanidad, al ver que muchas almas no regresarán y morirán eternamente por la gravedad de sus pecados. Es por esto hijitos, que os pido que estéis preparados espiritualmente y en gracia de Dios, para que podáis resistir esta prueba; prueba que os abrirá el entendimiento y conocimiento de la existencia de la eternidad y de Dios, y os preparará para que podáis enfrentar al regresar la batalla final por vuestra libertad.
Mis niños, estáis ya en tiempos de oscuridad y tinieblas, donde debéis de orar a mañana y noche, porque las fuerzas del mal os están atacando. Si vosotros mis pequeños no repeléis esos ataques, corréis el riesgo de caer en las trampas y engaños de mi adversario, que os irá debilitando espiritualmente y apartando de Dios, para luego robaros el alma. Que vuestra Armadura Espiritual la llevéis siempre puesta y aceitada con la oración, haciéndola extensiva a vuestros hijos y familiares, para que también a ellos les alcance la protección del Cielo.
Mi adversario hijitos, está ya listo para hacer su aparición, sólo falta que pase el Aviso y Milagro, para darse a conocer a la humanidad; pobres de aquellos hijitos que sigan en pecado y alejados de Dios cuando aparezca el Anticristo, porque ya no van a encontrar más Misericordia. Las Casas de mi Hijo van a estar cerradas definitivamente y el Culto diario, la Santa Misa, suspendido. Entonces, ¿qué va a ser de vosotros, hijitos rebeldes? Si no despertáis con el Aviso y Milagro, vuestra alma se perderá eternamente. Mis niños en el último reinado de mi adversario se emprenderá una persecución a nivel mundial contra la Iglesia de mi Hijo; mis pobres hijitos tendrán que huir al monte y esconderse en cuevas, cavernas o en mis refugios marianos, para escapar de los lobos; millones de hijitos, serán mártires, pero su sangre será la Sangre de mi Hijo, con la cual se levantará la Nueva Iglesia. El Pueblo de Dios caminará al destierro y será totalmente purificado, los sobrevivientes serán mañana el Pueblo elegido por Dios, que habitarán con El, la Nueva y Celestial Jerusalén.
Preparaos pues mis niños para la llegada del Aviso, que vuestras lámparas estén encendidas con la oración, para que cuando toque el Amo a la puerta de vuestra alma, estéis listos. Aprovechad estas últimas milésimas de misericordia que faltan para la llegada del Aviso para que os pongáis en paz con Dios y vuestros hermanos.
Que la Paz de mi Señor, permanezca en vosotros y mi Amor y Protección de Madre Auxiliadora, os acompañe siempre.
Vuestra Madre, María Auxiliadora.
Dad a conocer mis niños los mensajes de salvación, a toda la humanidad.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."