¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Julio 16 De 2020 – Llamado de la Virgen del Carmen a todos Sus Fieles devotos. Mensaje a Enoch.
Oración de protección de la Virgen del Carmen contra todo mal y peligro
“Mis Niños, la Paz de mi Señor esté con vosotros y mi Protección, os acompañe siempre.
Soy vuestra Madre del Carmelo la que hoy se dirige a vosotros, a través de este mi pequeño instrumento. Pequeñitos, en este día de mi fiesta quiero regalarle una Indulgencia Plenaria Especial, a mis devotos y a todos aquellos, que en Gracia de Dios y con fe, recen mi Santo Rosario y lo ofrezcan por el eterno descanso de las almas y por el Papa. Indulgencia que borrará sus pecados y acortará su estadía en el Purgatorio, cuando lleguen a la eternidad.
Hijitos, os pido que en este día recéis muchos rosarios por las almas del Purgatorio, porque hoy bajo a este lugar en compañía de Miguel, a llevar muchas almas al cielo; a subir otras al primer Purgatorio y cambiar de lugar a muchas otras para que vayan subiendo; a las almas del tercer Purgatorio, les concederé un descanso. Yo, vuestra Madre del Carmelo, pagaré con abundantes Gracias y Bendiciones en este mundo y en la eternidad, todo lo que por amor hagáis en favor de mis Amadas almas del Purgatorio.
Pequeñitos, llevad siempre con vosotros mi Escapulario, colgado en vuestro cuello, porque es poderosa Armadura de protección contra el maligno y las fuerzas del mal. Mi Escapulario bendecido y exorcizado es terror para los demonios; ningún alma se condenará, por muy grandes que sean sus pecados, si lleva consigo a la hora de la muerte mi escapulario. La protección de mi Escapulario, os protegerá en este mundo y en la eternidad, os librará de la muerte eterna; llevadlo siempre con vosotros y cuando os sintáis en peligro decid:
“Oh Virgen del Carmen, que el poder de tu Santo Escapulario aleje de mí, al enemigo de mi alma; bendíceme Madre del Carmelo y líbrame de todo mal y peligro en este mundo. Te pido oh Madre, que en la hora de mi muerte, tu Santo Escapulario me libre de la furia del demonio y en la eternidad del fuego eterno. Amén.
Mis niños, pedid mi Santa Intercesión en ésta mi advocación del Carmelo, para que seáis protegidos en este mundo de toda calamidad, enfermedad, virus, pandemias, males y peligros; y en la eternidad del fuego del infierno. En esta mi advocación del Carmelo, protejo de condenarse a todos mis devotos. Os regalo hijitos esta oración de protección, para que la hagáis con fe y seáis librados de todo mal y peligro.
ORACIÓN DE PROTECCIÓN CONTRA TODO MAL Y PELIGRO
(Dictado por la Virgen del Carmen para todos sus fieles y devotos)

Oh, Santísima Virgen del Carmen, que la protección de tu Santo Escapulario me libre de todo mal, peligro, virus, pestes, enfermedad y asechanza del maligno. Acudo a ti, oh dulcísima Madre e imploro tu Santa Protección, a través de tu Escapulario para mí, mi familia y el mundo entero. Que el poder de tu Escapulario aleje de nosotros al enemigo del alma y a la humanidad, de la maldad y el pecado. Nos consagramos y consagramos al mundo entero a tu Santa protección, Madre querida. Oh, Virgen del Carmen; líbranos, guárdanos, protégenos y protege la humanidad de perderse eternamente. Santo Escapulario de Nuestra Madre del Carmelo, protégenos de todo mal y peligro; líbranos de los virus, pestes, pandemias, calamidades, desastres y enfermedad prolongada. En la hora de la muerte tu protección nos acompañe y nos libre de morir eternamente. Virgen del Carmen, ruega por nosotros tan pecadores, a hora y en la hora de nuestra muerte. Amén (Rezar Avemaría y Gloria)
Vuestra Madre del Monte Carmelo.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, mis Amados Hijitos y Devotos.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."