
(467) Haz la Señal de la Cruz y lee todo sin prisa
§1: La vida es ante todo un don de Dios
§2: Huyan de esos pecados que les atraen al infierno
§3: No podrán evitar las trampas y tentaciones que del demonio
§4: Piensen en el Cielo, deseen el Cielo
§1
«Hijos Míos, ¡cuánto les aprecio y cuánto les amo!
Les aprecio tanto que pienso en ustedes en todo momento, de noche y de día, a cada segundo, y cuando me rezan, me conmuevo profundamente. Vuestras oraciones son para Mí como un suave susurro del viento que sopla, que refresca y que está tan vivo.
- Yo soy la Vida, les doy Mi Vida, pero ¿qué es la Vida?
- Ustedes están vivos, pero ¿qué es esta vida que les da la vida?
La vida es ante todo un don de Dios: Él crea y da aliento a la vida corporal, pero sobre todo a la vida del alma, porque el cuerpo es mortal, pero el alma no. El cuerpo nace y muere, mientras que el alma nace para la inmortalidad que desarrolla en Dios, o bien se pierde en la inmortalidad de la desesperación, de la exclusión, de la perdición.
Hijos Míos, ustedes están llamados a la inmortalidad divina, donde todo en Dios es bien, alegría, felicidad, esperanza y belleza.
Les he creado para Mí, para compartir con ustedes todo lo que no pueden tener por sí mismos, todo lo que ni siquiera pueden imaginar y que les hará los seres más felices de la tierra y del Cielo.
Cuando están en compañía de amigos, son felices; cuando están en compañía de personas queridas, son como en un principio del Cielo, pero en el Cielo estarán en compañía de lo que les llenará más allá de toda aspiración: Dios, que les colmará de Sus riquezas, de Sus bondades, de Sus presentes.
Recibirán y darán como todo ser humano bueno ama dar, y Dios les dará porque Su Bondad es de una prodigalidad infinita. Recibirán tanto más de lo que podrán devolverle, pero entre ustedes, entre los Santos del Cielo, los intercambios serán numerosos y ustedes también serán generosos, dando de sí mismos y con generosidad.
Cada hombre es lo que es, con sus particularidades, sus cualidades, sus virtudes, y en el Cielo no quedará nada de sus imperfecciones terrenales. Será perfecto con sus propias características, y cada uno encontrará en el otro lo que no tiene y admira, sin que esa carencia sea para él una debilidad. Solo Dios lo es todo, y la vida que Él derrama a Su alrededor es una fuente de agua viva que sustenta a cada ser, a cada niño, a cada santo, y les da en abundancia todo lo que necesitan o desean.
§2
El infierno es peor que lo contrario de todas las bellezas y atractivos del Cielo. [El infierno] es un lugar de perversión tan maligna que los malvados están consternados y aterrorizados.
Quisieran huir de ese lugar, de ese vacío, de esos tormentos tan abominables que nunca habían imaginado durante su estancia en la Tierra: esas matanzas, esas heridas, esas torturas físicas y morales, esos ataques temibles y monstruosos, esas crueldades e injusticias, esas mentiras y duplicidades, esas falsedades y angustias, esas trampas y engaños, nada, nunca nada consolador, nunca nada que alivie, nunca nada que apacigüe.
Huyan, hijos Míos, huyan de esos pecados que les atraen al infierno y que a veces les parecen inofensivos.
Ningún pecado es inofensivo y los demonios conocen las debilidades por las que pueden atraerles poco a poco a sus redes. El atractivo de los sentidos es a menudo una puerta abierta por la que les seducen.
Los cinco sentidos: la vista, el oído, el olfato, el tacto y el gusto, son las antenas de vuestro cuerpo que deberían estar dirigidas por vuestra alma, pero con demasiada frecuencia se sienten irresistiblemente atraídos por los excesos.
§3
Al crear a Adán y Eva, Dios puso sus sentidos en un segundo plano, mientras que el alma estaba al frente y los dirigía: el alma era la conductora del cuerpo, que estaba sometido a ella.
Por el pecado de Eva y Adán, los sentidos se despertaron y el alma sufrió su asalto, de tal manera que ya no los controlaba de forma natural, sino que dependía de la voluntad.
El hombre, ahora llevado por sus sentidos, tuvo que aprender a dominarlos, a refrenarlos, a olvidarlos. Y luego, sus principales defectos, nacidos principalmente de su voluntad de independencia y de su soberbia, se combinaron para alejarlo aún más de su estado original de creación.
Lucifer, que ya había tomado el control de la creación fuera del Jardín del Edén, se creyó vencedor por esta hazaña de someter a la creación humana, pero Dios juró «poner enemistad entre usted y la mujer, entre su descendencia y la descendencia de ella: él le aplastará la cabeza y usted le herirá en el talón» (Gn 3, 15).
Dios es el Eterno Conquistador, el Eterno Vencedor, pero la lucha no por ello es menos ardua.
El Señor Jesucristo aceptó el sufrimiento al tomar Su Santa Humanidad, y nos invita a seguirle.
Los Santos no estuvieron exentos de sufrimientos físicos y morales y ustedes, hijos Míos, si quieren seguirme hasta el Cielo, no teman los sacrificios, los tormentos, los sufrimientos, las injusticias, las humillaciones y los dolores interiores, Yo los he experimentado todos y, sin embargo, siempre he estado de buen humor.
Desde la primera caída de la primera mujer, no podrán evitar las trampas y tentaciones que el demonio siembra en su camino.
§4
Como vuestro Maestro y Señor en el camino del Calvario: flagelado, pero sin oponer resistencia, fayendo, pero levantándome con valentía, crucificado, pero rezando por Mis verdugos y por la humanidad, Yo resucité glorioso.
Me mostré a Mis Apóstoles y a Mis discípulos, pero ninguno de Mis enemigos Me vio ni pudo nada contra Mí. Tenían testimonios, sabían que estaba aquí o allá, pero su tiempo había terminado, mientras que el Mío había comenzado.
Mis muy queridos hijos, piensen en el Cielo, deseen el Cielo, vengan al Cielo, pero para ello, no duden nunca en tomar los medios necesarios: sacrificios, penitencias, dedicación, piedad, y todo lo demás les será dado por añadidura.
Os bendigo en el Nombre (+) del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Así sea.
Vuestro Señor y vuestro Maestro».
Fuente: srbeghe.blog