¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.(A2625) Mensaje del Cielo a Christine, Francia
§1. Nessuno si prende gioco di Dio impunemente
§2. Busserò alla porta di tutti; chi Mi ascolta e Mi segue si salverà.
§3. La Mia Chiesa divisa si dividerà ancora di più
§4. Pregate figli Miei, pregate, non smettete di pregare
§1
El Señor: “Vigilad, el diablo hará todo lo que esté en su poder para distraeros de Mi Presencia. Rezad y no dejéis nunca de rezar, para que vuestros pensamientos humanos no enturbien vuestro corazón y vuestra alma.
Recordad siempre que el Diablo es más astuto que el hombre, es el Maligno.
Lo que tenga que ser será, lo que tenga que venir vendrá. Porque el hombre ha abusado de Mi confianza y de Mi paciencia, pagará el precio de su apostasía.
Nadie se burla impunemente de Dios y nadie es más poderoso que Yo, Yo soy el Poder.
Los hombres han querido desobedecer y permanecer en la desobediencia, entrarán en la Gehenna, todos aquellos que se niegan a escuchar Mi voz, todos aquellos que Me niegan, que se burlan de Mi Santo Nombre y se mofan de Mis Sacramentos.
¡Nadie puede desafiar al Creador que soy Yo!
A quien mucho se le ha dado, mucho se le exigirá.
Rezad sin cesar y no dejéis que los pensamientos del mundo entren en vuestra morada.
Hijos Míos, alejaos de pantallas y mentiras, pantallas que envían mensajes subliminales para entrenaros a adheriros al mal, a la denuncia, al juicio, a todo lo que es el mal encarnado.
“Cuanto más se conectan en línea, más se conectan conmigo…”
La vigilancia es vuestra salvaguardia.
Acercaos a las Sagradas Escrituras y a las santas virtudes, que os acercan a Mí y os enseñan a amar.
§2
No esperéis lo que vendrá, lo que viene y lo que ya está aquí, sino preparad vuestros corazones, vuestras almas y vuestras mentes para Mi Venida. Preparad vuestras casas para recibirme, porque estoy llamando a la puerta de los que Me esperan, y a los que se prostituyen al mundo, los dejaré ir al mundo.
He dejado tantas llamadas, tantos mensajes, que nadie debe ignorar Mi voz y Mis llamadas.
Llamaré a la puerta de todos; el que Me oiga y Me siga se salvará; a los demás, a los que se nieguen a venir a Mí, los dejaré atrás.
Este es el tiempo del “fiat”, del sí al Amor o de la renuncia por la Eternidad.
He llamado y llamado a vuestras puertas, os lo vengo advirtiendo desde hace mucho tiempo. Ahora que ha llegado el momento, os toca actuar y elegir. Se os ha dado la libertad y, aunque Mi Corazón sufra por vuestras negativas, no puedo obligaros a seguirme.
§3
Mi Ley es una Ley de amor, a diferencia de vuestras leyes en la Tierra, que son órdenes que no siempre podéis obedecer.
Como hijos de Dios, habéis recibido el discernimiento de la vida de los santos; entrad en oración y lo encontraréis.
Por el momento, ya no tenéis protector [1] y Mi Iglesia dividida se dividirá aún más.
Habrá cisma.
No os durmáis delante de vuestras pantallas, que os adormecen, sino entrad en oración y velad en todo momento. Si aún estáis dormidos, el despertar será muy doloroso. Antes de que sea demasiado tarde, preparad vuestros corazones y vuestras almas para recibirme y Yo os traeré la salvación, pero si dormís, si os adormecéis y si os negáis a escuchar Mi voz y a seguirme, habréis hecho vuestra elección.
Yo guío a Mis hijos, que los que Me escuchan Me sigan y entren en Mis atrios, para que Yo los alimente con Mi Presencia y Mis consejos, porque a cada uno hablo y en cada uno pongo Mi Llama viva de amor.
Entrad en confianza, velad y orad, orad en toda circunstancia. Este no es el momento para la distracción, el rechazo o la negación, sino para el cumplimiento de Mi Palabra de Verdad en vuestras vidas.
Abrid vuestros corazones y seréis alimentados, abrid vuestras almas leyendo las Escrituras, abrid vuestras mentes a Mi Santa Verdad y venid a poner vuestra vida a los pies del Padre Eterno.
Pedid a la Santísima, Mi Madre, que os acompañe en el camino, tomad su mano y Ella os guiará. Pero no permanezcáis sordos o inertes, orad y actuad con confianza. Encomendaos a nuestros dos Corazones unidos y se os mostrará el camino.
El que camina en obediencia camina por el sendero, pero el que persiste en su ignorancia y elige el camino del mundo pierde el camino. A cada uno se le ha dado un camino de vida y de seguirme. Nunca olvidéis que el Adversario, el Diablo, está al acecho para llevaros a la Gehena y así perderos para la Eternidad.
§4
Orad hijos Míos, orad, no dejéis de orar y, en Mi Divino Corazón, venid a depositar el vuestro para que Yo os bendiga y os proteja con Mi Preciosa Sangre. Elegid la Voluntad del Amor, ella os salvará y os guiará. Vosotros mismos sois los vectores de vuestras vidas por vuestras elecciones; os toca enmendaros, hacer penitencia, volver atrás si os habéis equivocado o engañado y, de esta manera, entrar en el camino de Luz que os espera para conduciros a Mí.
Vigilad, rezad, ayunad. El ayuno eleva el alma, la buena comida la hunde.
No durmáis, porque el Diablo nunca duerme: no sólo vigila, ¡espía!
No dejéis que os sorprenda y os atrape, y no olvidéis que siempre hará todo lo que esté en su mano para distraeros de Mi Presencia, para alejaros de Mis preceptos, para haceros caer en sus trampas y perderos.
No dejéis que el sueño entre en vuestras moradas, sino manteneos firmes en la fe y en el cumplimiento de Mis mandamientos. En silencio estáis en el camino, el silencio os guía, os invita a la meditación y a la oración. Seguid Mi camino y viviréis, pero si entráis en mil ilusiones y distracciones, perderéis el camino.
Hijos, seguid Mi camino. Yo estoy a vuestro lado y espero vuestro “fiat”. No os dejéis perturbar por los mil rumores del mundo, sino entrad en silencio, os lo ruego, y venid a Mí, con vuestro corazón abierto al Mío, para que Yo lo alimente con Mi Palabra de Verdad, Mi Presencia y Mi Amor.
¡Id y velad, id y orad! Y caminad siempre por el camino recto que Yo os he mostrado y que se os relata en los Evangelios. Así venceréis al mundo y caminaréis por Mi camino de Luz.”
- El Papa Francisco murió el 21 de abril de 2025
Fuente: Messages du Ciel à Christine
“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”
"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)" 
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)." 
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."