¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
2 de Febrero 2015
Llamado urgente de Jesús El Buen Pastor a Su Rebaño.
Mensaje a Enoch.
Vuestro libertinaje será vuestra condenación eterna!
“Hijos míos, mi paz esté con vosotros.
Mis hijos fieles a mi Evangelio en los países del lejano oriente, están siendo torturados, encarcelados y muchos han ofrendado su vida por mi causa. Sangre de mártires que clama justicia al cielo; cada día se intensifican las matanzas y la humanidad sigue impávida ante este holocausto. Los medios de comunicación callan, los gobiernos callan, mi Iglesia tibiamente se pronuncia y todo es silencio y omisión en torno a estas masacres. ¡Oh, qué tristeza me embarga al ver la indiferencia de tantos, ante el dolor ajeno!
Todos sois hijos de un mismo Padre que os ama y fuisteis creados a imagen y semejanza Suya, ¿por qué entonces sois tan indiferentes con vuestros hermanos en desgracia? Mi Iglesia se está desangrando en estos países, la sombra de la muerte la persigue por doquier; podrán matar los cuerpos, pero nunca podrán matar las almas; la sangre de mis mártires es fortaleza para mi Iglesia, es mi sangre con la cual volveré a vencer a mi enemigo.
¡No calléis más pueblo mío, rebaño mío, no nos hagáis cómplices con vuestro silencio!; alzad vuestra voz al cielo; uníos en cadena de oración y pedidle al Padre, que su Justicia Divina restablezca el orden y el derecho en aquellos lugares donde se vierte la sangre de su pueblo.
Hijos míos, el holocausto de mis niños inocentes también clama justicia al cielo. Millones de inocentes criaturas diariamente son laceradas en los vientres de las madres desalmadas. ¡Oh hienas, la sangre inocente que hacéis derramar os juzgará mañana en la eternidad! Os digo, si no os arrepentís, reparáis, pedís perdón de corazón, y enderezáis vuestro caminar, os aseguro que ya tendréis lista una morada en el vientre del averno.
¡Oh libertinas, vuestro libertinaje será vuestra condenación eterna!
¡Malditos vuestros vientres madres desalmadas porque hacéis de ellos sepulcros vivientes…!
Si hay algo que juzgo con todo el peso de mi justicia, es la sangre de mis inocentes derramada. ¡Vacas de Basán que asesináis en vuestros vientres la esperanza!; se os está acercando el día en que pasaréis por la eternidad y será tan grande vuestra injusticia que mi justicia clamará contra vosotras: ¡condena eterna!. Y ya no regresaréis más a este mundo.
Seguid pecando y acumulando cargas a vuestra alma; tenéis oídos y no escucháis, tenéis ojos y no veis; tenéis boca pero solo proferís blasfemias y burlas y decís en vuestro perverso corazón: Dios no nos ve, ni nos hará bien o mal. ¡Oh, qué equivocadas que estáis libertinas! El que plantó la oreja, ¿no va a oír? El que formó los ojos, ¿no va a ver? El que acusa a los pueblos, ¿no va a castigar? El que enseña al hombre, ¿no va a saber? El Señor conoce los planes de los hombres que son vanidad pura. (Salmo 94, 9 al 11).
Os hago un llamado urgente a vosotras mujeres libertinas, ¡dejad de pecar! Volveos a Mí, con un corazón contricto y humillado, así como lo hizo María de Magdala y os aseguro que os perdonaré y no tendré más en cuenta vuestro pecado, y así como a María Magdalena también a vosotras os diré: ¿Dónde están los que os acusan? ¡Levantaos y no pequéis más!.
MI paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos porque el Reino de Dios está cerca.
Vuestro Maestro y Pastor, Jesús el Buen Pastor.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."