¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Enero 04 de 2018 – Llamado urgente de Jesús el Buen Pastor a Su Rebaño
No olvidéis las palabras de mi Salmo 91… Vuestra fe será puesta a prueba
“Ovejas de mi grey, mi paz sea con vosotras.
Mi pequeño Nabí, mi rebaño muy pronto comenzará a caminar por el desierto de la purificación; grandes pruebas les esperan a mis ovejas. Os digo ovejas mías, que esta purificación es necesaria para que podáis mañana habitar mi Nueva Creación.
No temáis rebaño mío, no vais a estar solos; mi Madre, mis Ángeles, muchas Almas Bienaventuradas, y mis Dos Testigos, os estarán acompañando por vuestro desierto.
Vienen los días rebaño mío, donde vuestra fe, será puesta a prueba. La conmoción del universo, el reinado del Anticristo, la implantación del Microchip, las persecuciones, la aridez espiritual, la escasez de alimentos y agua y la perdida de todos vuestros bienes, serán unas de las tantas pruebas por las que pasaréis. Pero en verdad os digo, no temáis; si estáis conmigo, nada ni nadie, podrá apartaros de mi Amor. Por muy duras que sean las pruebas, permaneced siempre firmes en la fe.
Rebaño mío, en los días de prueba, orad y confiad en Mí, acordaos que el que persevere hasta el final se salvará. La oración y confianza en Mí, será vuestra fortaleza; si queréis pasar las pruebas en nuestros Dos Corazones, debéis de confiar. El cielo os asistirá y protegerá, siempre y cuando lo tengáis en cuenta; porque bien sabéis, que respetamos vuestro libre albedrío.
Pueblo mío, no olvidéis las palabras de mi Salmo 91, porque ellas cobrarán vida en aquellos días de vuestro desierto. Acordaos de lo que dicen mis palabras: Yo enviaré a mis Ángeles, para que os protejan en todos vuestros caminos y os lleven en sus brazos y vuestro pie no tropiece con piedra alguna. (Salmo 91. 11, 12) Aprended este Salmo de memoria, para que tengáis la protección y asistencia del cielo en esos días de batalla espiritual.
Ovejas de mi Grey, no temáis por vuestro alimento y vestido en aquellos días, porque el cielo os enviará el Maná de cada día. Sólo tened fe y confianza en Mí, y todo lo demás se os dará por añadidura. Sabed también rebaño mío, que seréis tentados y puestos a prueba por mi adversario, así como lo hizo conmigo en el desierto.
Cuando lleguen las tentaciones, invocad mi Nombre y decid:
Jesús mío, por el poder de tu Sangre, sálvame. Jesús mío, en vos confío, no me dejéis perder Jesús mío, me escondo en tus llagas, fortalece mi fe.
Mirad pues que os instruyo, para que nada os coja por sorpresa; vais a estar como ovejas en medio de lobos; si acatáis mis enseñanzas y las ponéis en práctica, saldréis victoriosos en las pruebas.
Os recuerdo ovejas mías: en las pruebas de fe, el cielo estará con vosotras, si lo invocáis; más en la purificación personal, cada uno debe de asumirla y ofrecerla con amor, por su salvación. Ya os hemos enviado las armas espirituales para que os defendáis de los demonios encarnados y espirituales, que os atacarán en vuestra tribulación. Haced uso de ellas, porque son poderosas en el Espíritu para el derrumbamiento de fortalezas.
Todo lo que necesitáis, está en la Armadura Espiritual, dada a nuestro Siervo Enoch. Allí encontraréis las oraciones y rosarios que vais a necesitar para el combate espiritual. Tened muy presente este manual, para que mañana en medio de vuestra tribulación y ataques de mi adversario, podáis salir victoriosos.
Rebaño mío, estad listo y preparado para el combate espiritual que se aproxima. Acordaos, que sólo los vencedores obtendrán la corona de la Vida. Vosotros sois mi Ejército Terrenal, y de vosotros es la victoria. Confiad en Mí, porque escrito está, que la victoria es Dios y su Pueblo Fiel. No temáis, yo estaré con vosotros hasta la consumación de los tiempos.
Mi paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca.”
Vuestro Eterno Pastor, Jesús de Nazareth.”
Salmo 91
Tú que vives al amparo del Altísimo
y resides a la sombra del Todopoderoso,
di al Señor: «Mi refugio y mi baluarte,
mi Dios, en quien confío».
El te librará de la red del cazador
y de la peste perniciosa;
te cubrirá con sus plumas,
y hallarás un refugio bajo sus alas.
No temerás los terrores de la noche,
ni la flecha que vuela de día,
ni la peste que acecha en las tinieblas,
ni la plaga que devasta a pleno sol.
Aunque caigan mil a tu izquierda
diez mil a tu derecha,
tú no serás alcanzado:
su brazo es escudo y coraza.
Con sólo dirigir una mirada,
verás el castigo de los malos,
porque hiciste del Señor tu refugio
y pusiste como defensa al Altísimo.
No te alcanzará ningún mal,
ninguna plaga se acercará a tu carpa,
porque hiciste del Señor tu refugio
y pusiste como defensa al Altísimo
Ellos te llevarán en sus manos
para que no tropieces contra ninguna piedra;
caminarás sobre leones y víboras,
pisotearás cachorros de león y serpientes.
«El se entregó a mí,
por eso, yo lo glorificaré;
lo protegeré, porque conoce mi Nombre;
me invocará, y yo le responderé.
Estará con él en el peligro,
lo defenderé y lo glorificaré;
le haré gozar de una larga vida
y le haré ver mi salvación».
Fuente: mensajesdelbuenpastorenoc.org








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."