¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Octubre 25 de 2018
Llamado Urgente de Jesús Sacramentado a Su Pueblo fiel.
Mensaje A Enoch.
Sellad con mi Gloriosa Sangre, vuestro cuerpo, mente y espíritu a mañana y noche
“Hijos míos, mi Paz sea con vosotros.
Hijos míos, espíritus de intolerancia, división, violencia, contienda y altercados, se están tomando la humanidad. El menor desacuerdo está generando peleas, riñas, que terminan en derramamientos de sangre y en muchos casos en muertes; por nimiedades se está llegando a las vías del hecho. La intolerancia, la falta de respeto, unida a la agresividad de muchos, es lo que está llevando a ésta humanidad a perder el control.
Toda la violencia e intolerancia, es el producto del alejamiento de Dios; si esta humanidad volviera sus ojos a Mí, y diera cumplimiento a mis Preceptos, os aseguro que viviría en paz y armonía. Pero no, la soberbia, el egoísmo, la envidia, el deseo de tener y poseer de muchos a como dé lugar, unido a la carencia de valores morales y espirituales, está llevando a una inmensa mayoría de la humanidad a ser intolerante. La intolerancia se está apoderando de la humanidad y a muchos los está haciendo perder la cabeza.
El diálogo como mecanismo de conciliación para resolver diferencias personales y de opinión, ya no hace parte del lenguaje de muchos de los hombres; son muy pocos los que utilizan la razón y resuelven sus diferencias por la vía del diálogo. La intolerancia está desencadenando violencia, que en muchos casos termina en muertes innecesarias. El antídoto contra la intolerancia es el diálogo y el respeto, y ante todo el cumplimiento de mis Preceptos Divinos.
La falta de amor genera rechazo, el rechazo genera poca autoestima y la poca autoestima, hace que los hombres sean acomplejados; unos con complejos de superioridad y otros con complejos de inferioridad; que los lleva a ponerse máscaras y barreras para defenderse de los ataques de sus semejantes. La humanidad está lisiada de amor por haberle dado la espalda a Dios, que es el perfecto amor. Esta falta de amor, respeto e incomprensión entre los hombres, está generando intolerancia que está llevando a la inmensa mayoría de la humanidad a enloquecerse y a caer en los más bajos instintos. Si esta humanidad no recapacita y vuelve a Dios de corazón, os aseguro que el mundo se convertirá en una jungla, donde la violencia y la ley del más fuerte imperarán.
Hijos míos, sellad con el poder de mi Gloriosa Sangre, vuestro cuerpo, mente y espíritu a mañana y noche; sellad también con mi sangre a vuestros hijos y familiares y a las personas con las cuales vais a tratar; para que el poder del sellamiento de mi Sangre, os mantenga en paz y aleje de vosotros a las personas ruidosas, violentas e intolerantes. Volved oh humanidad al amor de Dios, cumplid mis Santos preceptos y enseñádselos a vuestros hijos; porque mis Preceptos son las normas del amor y del respeto, necesarios para la sana convivencia y armonía entre Dios y los hombres. Nuevamente os digo, mi Paz esté con vosotros y permanezca siempre.
Vuestro Maestro, Jesús Sacramentado.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, mis amados hijos.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."