¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Diciembre 19 2016
Llamado urgente de Jesús el Buen Pastor a la humanidad
Se acercan los días de tribulación. Muchos se van a perder
“Paz a vosotras ovejas de mi rebaño.
Los días de paz están terminando, se acercan los días de tribulación donde la humanidad ya no estará tranquila; muchos por no estar preparados espiritualmente se van a perder.
¡Cuánto quisiera yo que esta humanidad se acogiera a Mi Misericordia, pero no, la inmensa mayoría continúa dándome la espalda y no la cara! Otros son tibios y Me alaban de labios y oídos, pero su corazón está apartado de Mí. Sólo una pequeña minoría pone en práctica mis palabras y me busca con sincero corazón.
¡Oh humanidad ingrata y pecadora, si no despertáis de vuestro letargo y os arrepentís, de seguro os vais a perder eternamente! Sigo esperando pacientemente al pecador a ver si en el último segundo se arrepiente y salva su vida. Sigo buscándolo y llamándolo como el pastor a sus ovejas; no quiero su muerte, ni me complace verlo sufrir.
Como buen pastor seguiré buscando a la oveja perdida y cuando la encuentre, la cargaré en mis hombros y me alegraré por su regreso. ¡Me duele tanto la ingratitud y el olvido de esta generación de estos últimos tiempos!; ¿por qué os comportáis tan indiferentes y distantes con el que tanto os ama y dio la vida por vosotros?
Yo soy fiel a mi palabra y os esperaré ovejas rebeldes hasta que se consuma el último segundo de misericordia. Mis Palabras son Palabras de Vida Eterna y no busco con ellas asustaros, ni crear temor; mi deseo es haceros un llamado para que os convirtáis y volváis de nuevo a mi redil.
Atended a mi llamado ovejas descarriadas, quiero que volváis a mis apriscos; lloro y sufro por vuestra perdida y no descansaré hasta encontraros. Yo soy vuestro Eterno Pastor que os espera, para llevaros a los verdes prados y frescas aguas, donde os saciaréis y calmaréis vuestra sed. Acordaos que la noche está cerca y los lobos rondan, buscando mis ovejas para devorarlas. Si os apartáis de MI, pereceréis.
Preparaos rebaño mío, porque los días que están por llegar son de combate espiritual. Cuando menos lo penséis, todo se descontrolará y la vida en la tierra ya no será la misma. Las malas noticias y las tragedias van a ser parte de vuestra cotidianidad; sólo los que perseveren, oren y confíen, podrán alcanzar la Gloria Eterna.
Se está acercando el tiempo de las tinieblas y ya no habrá más paz en la tierra, ni espacios de convivencia. La humanidad muy pronto sentirá en el alma y en la carne, el dolor que produce mi partida. Vienen los días en que apartaré mi Espíritu de vosotros y la inmensa mayoría quedará en tinieblas y sabrá que es vivir sin el Espíritu de Dios.
Todos aquellos que no estén preparados espiritualmente se van a perder; la humanidad caminará por el desierto espiritual, muchos enloquecerán, otros se quitarán la vida y el espíritu del mal pondrá a prueba la humanidad.
La fe, la oración, el ayuno y la confianza en Dios, será la fortaleza de mi Pueblo.
Vuestra fe, será puesta a prueba y los demonios os tentarán, buscando por todos los medios de haceros perder. No temáis, si permanecéis unidos a Mí y perseveráis hasta el final, os aseguro que saldréis victoriosos.
Estad pues listo y preparado rebaño mío, porque se acercan los días de la prueba.
Mi Madre será el Sagrario donde permaneceré. Ella os guiará y será vuestro consuelo y amparo en los días de oscuridad que se aproximan.
Mi paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca.
Vuestro Maestro, Jesús el Buen Pastor de todos los tiempos.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, ovejas de mi rebaño.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."