¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Octubre 02 2019
Llamado urgente de Jesús Sacramentado a Su pueblo fiel.
Mensaje a Enoch.
Se acerca el Calvario para mi Iglesia
“Hijos míos, mi Paz sea con vosotros.
Pequeños míos, la tierra y la humanidad muy pronto van a ser purificadas con fuego que caerá del cielo; fuego que limpiará vuestro mundo de toda cizaña de pecado y maldad. ¡Ay de las Naciones impías, porque van a conocer el poder del Brazo Justiciero de mi Padre que se descargará contra ellas! Cuando más segura se sienta la humanidad, llegarán los días de angustia y tribulación; en fracciones de segundo todo cambiará y lo que hoy conocéis dejará de existir; esta humanidad no alcanzará a levantarse, cuando ya le estará llegando otra calamidad.
Se acercan los días de la gran prueba, días de escasez, hambruna y tribulación, como nunca antes se habían visto en la tierra. ¡Qué tristeza que sea a través del dolor, el sufrimiento y la purificación, como despierte esta humanidad! El Cisma marcará el comienzo de los dolores y, ¡ay de aquellos que continúen adormecidos por el pecado, porque en verdad os digo, que no habrá más amanecer para ellos!
Hijos míos, muy pronto mis Casas serán cerradas, mi Culto diario suspendido y mis Tabernáculos profanados; muchos me buscarán y no me encontrarán, sólo me dejaré hallar por mi Pueblo Fiel. La angustia y la desesperación se apoderarán de la humanidad tibia y pecadora; mi Espíritu apartaré de la inmensa mayoría que camina en el pecado y la tibieza espiritual. Entonces, sabréis humanidad ingrata, qué es vivir sin el Espíritu de Dios que da la vida. Las tinieblas y su amo se apoderarán del mundo y será tanta la oscuridad que sólo brillarán como cocuyos las lámparas encendidas con la oración de mi Pueblo Fiel.
Rebaño mío, se acerca el calvario para mi Iglesia, los escándalos en su interior y la mala interpretación de las nuevas reformas, harán que estalle el Cisma; el cual será el más destructivo en toda la historia de mi Iglesia. Mi Iglesia será flagelada por el azote de la división, los rebeldes se apartarán de ella y arrastrarán consigo un gran número de almas. Una nueva Iglesia fundarán y ésta le servirá totalmente a mi adversario; otro Papa será nombrado, Roma perderá la fe y arderá en sus siete colinas. La nueva iglesia será la cloaca de los demonios, donde no habrá moral, sino libertinaje y pecado; todo está listo para dar comienzo a la Iglesia de la Nueva Era, dirigida por la masonería eclesiástica y orientada por mi adversario.
Millones de almas van a perder la fe y se apartarán de mi Iglesia y muchos por falta de conocimiento se unirán a los rebeldes. La iglesia de la nueva era adorará a Satanás y le rendirá culto; será la iglesia del libertinaje y pecado, donde no habrá compromiso ni cruces, ni camino angosto ni estrecho. Todo será permitido, ninguno será pecador; bajo el lema del Amor todos serán absueltos de sus pecados. ¡Oh Judas, vestidos de púrpura, muchos de vosotros seréis mis verdugos; nuevamente entregaréis al Hijo del Hombre, representado en su Iglesia a manos de mi adversario! Vuestra hora se acerca, lo que tenéis que hacer, hazlo pronto. ¡Ay de aquellos que entregarán a mi Iglesia que soy Yo, porque en verdad os digo, que vuestra paga será la muerte eterna!
Discípulos míos, venid a consolarme, me embarga la soledad y la tristeza al ver la traición que sufriré de parte de aquellos que dicen ser mis familiares y que juraron serme fieles. Mi dolor es grande al recibir los azotes de la traición, las espinas de la ingratitud y la Cruz de la división de mi Iglesia; mi calvario se aproxima, no me dejéis solo; soy el Prisionero de Amor que mendiga vuestra compañía, tengo sed de almas consoladoras que vengan a mis Sagrarios a mitigar mi sufrimiento. No paséis de largo por mis Casas, entrad a visitarme; soy el Amado que no es Amado que os pide como un mendigo una limosna de amor y compañía. Os estoy esperando no tardéis.
Vuestro Amado, Jesús Sacramentado.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, Hijos míos.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."