¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
30 Marzo 2015
Llamado urgente de Dios Padre a Su Heredad.
Mensaje a Enoch.
Que mi Aviso no os coja en pecado mortal
“Pueblo mío, Heredad mía, mi paz y mi bendición permanezca en vosotros.
Arrepentíos y convertíos, para que mi Aviso no os coja en pecado mortal. Mi Aviso está cerca y muchos por la gravedad de sus pecados no regresarán más a este mundo; pobre humanidad corre de allá para acá, preocupada sólo por las cosas de este mundo; no tiene tiempo para pensar por un momento en las obras que me presentarán cuando pasen por la eternidad. ¡Oh, humanidad hacia dónde queréis llegar?; os digo como Padre, si continuáis rechazando a mi Hijo y quebrantando mis Preceptos, lo que os esperará en la eternidad no será vida, sino muerte eterna.
Mi Hijo es el Camino para llegar a Mí, es la Verdad que andáis buscando; mi Hijo es la Vida Eterna. Mi Hijo está en Mí y Yo en Él, y todo cuanto os ha dicho procede de Mí, porque yo soy Veraz y la Verdad está en Mí. Yo estoy en mi Hijo y mi Hijo en Mí. Si lo rechazáis lo hacéis también conmigo y al hacerlo estáis también rechazando el Espíritu de Amor que nos une. Padre, Hijo y Espíritu Santo; Trilogía de Amor, Verdad inmutable, vida en esencia, que rige la Creación con amor, sabiduría y justicia.
Hijos míos, cuando pecáis estáis destruyendo el amor y la vida, que proceden de Mí; estáis ofendiendo a Dios y si no pedís perdón y os arrepentís de corazón, cargaréis con ese pecado; mancharéis vuestro espíritu y apartaréis el Espíritu de Dios que habita en vosotros por la vida que se os dio. Dios es Vida y Espíritu que por amor os creo. Todo en la eternidad será juzgado en el Amor, porque por amor fuisteis creados junto con todo lo que existe; por eso al pecar, rompéis el código del Amor y todo el universo sufre, porque el Amor es unidad, es Vida que procede de Dios.
El tiempo de mi Misericordia se está agotando y se marchará con mi Aviso; pacientemente esperaré a que se agote el último segundo de mi Misericordia en este mundo, para luego esperaros en la eternidad, donde os haré un pequeño juicio personal y cada cual será llevado al lugar que le corresponde ir, según sus faltas y pecados. Muchos no regresarán a este mundo por la gravedad de sus pecados, la muerte eterna los sorprenderá y será su paga por toda la maldad con que han obrado en esta vida. Como Padre esperaré que los que regresen a este mundo tomen conciencia de una vez de que el pecado sólo conduce a la muerte; confío y espero que después de mi Aviso, se entreguen totalmente a buscar su salvación.
La humanidad no cree si no ve signos, mi Aviso los despertará y sabrán de Mí, para que no vuelvan a poner en duda mi Existencia. El paso por la eternidad será de purificación para muchos y para la inmensa mayoría su peor pesadilla. La inmensa mayoría de esta humanidad pecadora va a sentir en el espíritu el dolor que produce el pecado y gran cantidad irá a parar al averno, allí sentirán el llanto y crujir de dientes de las almas condenadas; sentirán el fuego del infierno que quema y no se extingue y a muchos no se les permitirá regresar y allá se quedarán para siempre.
Espero como Padre que este último acto de Misericordia que será mi Aviso, le sirva a la humanidad para que recapacite y vuelva a Mí, porque me duele y entristece ver cómo se están perdiendo tantas almas. Estad pues preparados porque vuestro paso por la eternidad se acerca.
Vuestro Padre, Yhave, Señor de las Naciones.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."