¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Octubre 15 2018
Llamado de Jesús de la Misericordia a su pueblo fiel.
Mensaje a Enoch.
Preparaos para la llegada de mis dos Testigos
“Hijos míos, mi Paz sea con vosotros.
Mi pequeño instrumento, soy Jesús de la Infinita Misericordia, quien hoy le habla a ésta humanidad ingrata y pecadora. Soy el Dios de la Misericordia que está esperando con los brazos abiertos a todos los pecadores, sin distinción de razas, credos, ni religiones, para perdonarlos si se arrepienten y vienen a Mí, con corazones contritos y humillados. Una vez más os digo: fuera de Mí, no hay más dioses. Yo soy el Alfa y la Omega, el Dios Uno y Trino, que se manifiesta a vosotros como Padre y como Juez.
Yo estoy en mi Padre y mi Padre en Mí, quien me ve a Mí, ve a Mi Padre. Somos un sólo Dios en Unidad Trinitaria, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, que nos une en el Amor. Soy Jesús de la Misericordia quien os habla a través de éste nuestro mensajero; escuchad a mi Profeta, él es mi Voz, que le habla al desierto de vuestros corazones. Enoch, os guiará por el desierto de la purificación, escuchadlo y seguid las instrucciones que os enviaremos a través de nuestro mensajero, para que mañana podáis llegar seguros a las puertas de la Nueva Creación.
Mis mensajes de salvación de estos últimos tiempos, son alimento espiritual para mi rebaño, mis mensajes son la brújula que os guiará por el desierto de la purificación; son la esperanza que os mantendrá firmes en la fe, en aquellos días de lucha espiritual. Las Palabras de mis mensajes de salvación son: Camino, Verdad y Vida, que debéis seguir y poner en práctica para que salvéis mañana vuestra vida. Escuchad pues a mí Mensajero de Albricias, porque el trae la esperanza y la salvación para mi Pueblo. Alegraos, montes y collados, Alegraos, rebaño mío, porque los pies del Mensajero de Albricias, muy pronto caminarán por naciones, ciudades, valles y senderos, trayendo la Buena Nueva a un Pueblo que caminará por el desierto, perseguido y acosado.
Mi mensajero hablará al corazón de los gentiles y los afianzará en la fe, y mi Pueblo Israel por su predicación se convertirá. Hijos míos, así como Jonás fue un signo para los Ninivitas, así también Enoch, lo será para mi Pueblo de estos últimos tiempos. Mi mensajero ha sido pasado por el horno de la tribulación y lo estoy moldeando como arcilla entre mis manos, para que junto a Elías, puedan llevar a mi Pueblo a la victoria final. Así como Moisés, ya casi está lista la piedra, el espíritu de mi Testigo muy pronto caminará entre vosotros. Alegraos Pueblo mío, y prestadle toda vuestra asistencia y colaboración a mis dos Testigos, porque ellos son los candelabros que os guiarán por el desierto, alumbrando el camino de vuestras vidas con la Palabra de Dios.
Muy pronto mis Naciones Elegidas los conocerán, ellos, darán testimonio de Dios y sabréis Pueblo mío, que son mis mensajeros por las obras y prodigios que en mi Nombre harán. La Misericordia y la Justicia los acompañaran, serán bendición para mi Pueblo y Justicia y castigo para los malvados. Preparaos pues Pueblo mío, para la llegada de mis dos Testigos, después de mi Aviso los conoceréis.
Mi Paz os dejo, mi Paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca.
Soy vuestro Amado, Jesús de la Infinita Misericordia.
Dad a conocer mis mensajes en todos los confines de la tierra.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."