¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Anno Domini 2016, 9 de Marzo – Llamado angustioso de Dios Padre a la humanidad
Preparaos, los días de guerra están llegando
“Mi paz sea con vosotros. Pueblo mío, Heredad mía.
Estáis viviendo los últimos días de paz; aprovechadlos y tratad de vivir en comunión con Dios y vuestros hermanos.
Muy pronto llega la guerra y en vez de paz y alegría, lo que vendrá será llanto y dolor. La mecha ya está encendida, sólo falta que los reyes de este mundo fijen la fecha y la hora; la guerra es inminente y va a involucrar a todas las naciones pasiva o activamente.
Orad, ayunad y haced penitencia, pueblo mío; porque muy pronto mi creación se vestirá de luto y habrá llanto y dolor por doquier.
Pueblo mío, las armas de destrucción masiva de las grandes potencias de este mundo, tienen la capacidad de destruir mi creación en fracciones de minutos.
Por eso, os pido que oréis, ayunéis y hagáis penitencia, pidiéndole a vuestro Padre que detenga la expansión y alargue de la guerra; de vuestras oraciones y súplicas dependerá que los días de guerra se alarguen o se acorten.
No soy Yo, vuestro Padre, quien os enviará el flagelo de la guerra; son los reyes de este mundo los que quieren expandir sus dominios y disminuir gran parte de la población mundial. La guerra la aprovecharán para fumigar el cielo de muchas naciones con la muerte silenciosa.
Gases letales, virus de enfermedades y otros gases nocivos para la salud, serán esparcidos en el aire de muchas naciones tercermundistas y su objetivo será disminuir la población de estas naciones. Todo esto se llevará a cabo bajo la complacencia de sus gobernantes.
Hay millones de vacunas letales listas para ser aplicadas en la población de estas naciones en vía de desarrollo. Enfermarse en aquellos días es correr el riesgo de morir.
¡Pueblo mío, se acerca la hora de la desolación! ¡Entonad cánticos plañideros, porque el jinete de la hambruna, la peste y la muerte, muy pronto enlutará mi creación!
La guerra despertará la furia de mi creación y ésta dejará escuchar su grito lastimero.
Muchas naciones van a desaparecer de la faz de la tierra, cuando despierten de las entrañas de mi creación, los dragones de fuego.
La guerra estremecerá mi creación y ésta gemirá con sus últimos dolores de parto; de oriente a occidente, de norte a sur. Sus dolores desplazarán los continentes y todo estará listo para que dé a luz una nueva tierra.
¡Ay de vosotros mortales, porque el día grande y terrible del Señor se acerca!
¡Despertad y vestíos de sayal; echaos cenizas en la cabeza y haced penitencia; para que esos días de dolor, desolación y muerte, pasen lo más pronto posible!.
Preparaos Pueblo mío, porque los días de guerra están llegando. Permaneced firmes en la fe; orad y confiad en vuestro Dios, para que podáis superar esta prueba.
Si así lo hiciereis, os aseguro que estos días pasarán para vosotros como un sueño.
Vuestro Padre, Yhavé, Señor de las Naciones.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.”
Fuente: mensajesdelbuenpastorenoc.org








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."