¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Septiembre 27 2020 – Llamado angustioso de Jesús Sacramentado a los Pastores de Su Iglesia. Mensaje a Enoch.
¡Pastores infieles! ¿Por qué me flageláis, dándome a mi Rebaño tan indignamente?
“Pastores de mi Rebaño, mi Paz sea con vosotros.
Hijos predilectos, me siento muy triste y acongojado por el desprecio y la ingratitud que vengo recibiendo de parte de muchos de vosotros, que decís ser mis familiares. ¡Cuánto me duele ver a mi rebaño disperso como ovejas sin pastor por la negligencia y apatía de muchos de vosotros, que andáis más preocupados por el pastoreo de sí mismos que por guiar y pastorear a mi rebaño! El pretexto de la pandemia que es más ya un ataque directo a mi Iglesia, está llevando a muchos de mis pastores a profanarme, dándome a mi Rebaño en la mano como si se tratara de un pedazo de pan cualquiera. Mis ojos derraman lágrimas de sangre, viendo como soy ultrajado y pisoteado en cada partícula de mi Divinidad que cae al suelo, por el vil sacrilegio que se viene cometiendo en muchas de mis Casas al darme mis pastores en la mano.
Millones de partículas de mi Sagrada Hostia diariamente caen al suelo cuando soy recibido por mis hijos en la mano. ¡Qué sacrilegio tan grande se está cometiendo contra mi Divinidad, bajo el pretexto de una pandemia que es ya más una conspiración y un ataque a mi Santo Sacrificio! A muchos de mis pastores se les está olvidando que en cada Hostia Consagrada estoy Yo, Vivo y Real, haciéndome Vida en medio de mi Pueblo y dándome como Cordero Inmolado. ¡Pastores infieles! ¿Por qué me flageláis, dándome a mi Rebaño tan indignamente? ¿No sabéis qué soy Yo, en Espíritu quien se encuentra en la sencillez y humildad de cada Hostia Consagrada? Ayer fueron los Sumos Sacerdotes y los Escribas, los que me condenaron a muerte, y hoy sois vosotros Mayorales y Pastores de mi Rebaño, los que nuevamente me crucificáis cuando tan indignamente me repartís a mi Rebaño, dándome en la mano.
He ungido vuestro Ministerio Sacerdotal con el fuego de mi Espíritu Santo, para que seáis vosotros mis representantes aquí en la tierra. En cada Consagración que hacéis dignamente y con fervor, Yo, Jesús Sacramentado, bajo del Cielo para hacerme Vida en medio de vosotros; es tan Grande el Ministerio Sacerdotal que os he encomendado que a través de vuestras manos ungidas, bajo en Espíritu para darme como alimento a mi Pueblo. En cada Consagración que por Amor hacéis se revive incruentamente mi sacrificio y Yo, me doy como Pan de Vida, para alimentar a mi Rebaño. Entonces, os pregunto Pastores de mi Rebaño: ¿si merezco tan vil atropello a mi Divinidad de parte vuestra, cuando me dais a mi Pueblo no como Jesús Sacramentado, sino como un pedazo de pan cualquiera? Soy Yo, vuestro Dios el que repartís a mi Pueblo, y merezco Adoración, Alabanza y Respeto, de parte vuestra y de mi rebaño. Mi Sagrado Cuerpo y Sangre, debéis de repartirlo a mi Rebaño de rodillas y en la boca, con el debido Respeto y Adoración que se merece el Rey de reyes y Señor de señores.
¡Pastores infieles, si no cambiáis vuestra actitud y corregís vuestro proceder para conmigo, os aseguro que seréis tratados como Reos de Culpa, cuando os presentéis mañana ante Mí! Miles de Sacerdotes, Obispos, Cardenales e incluso Papas, yacen hoy unos, en las profundidades del abismo y otros, en el fuego purificador del Tercer Purgatorio, por tratarme indignamente al repartirme en la mano cuando ejercieron su ministerio sacerdotal en este mundo. Otros miles se perdieron porque se dejaron seducir por los placeres de este mundo y descuidaron el pastoreo de mi rebaño, y una inmensa mayoría se perdió y yace hoy en el infierno por los pecados de la carne.
Recapacitad Pastores de mi Rebaño, porque de seguir repartiéndome indignamente a mi Pueblo, mi Santo Espíritu apartaré de vuestras Consagraciones; entonces, el pan que repartiréis, ya no será más mi Cuerpo y mi Sangre; acordaos, de la forma como me tratéis, así también vosotros seréis tratados cuando os presentéis ante Mí.
Mi Paz os dejo, mi Paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca.
Vuestro Maestro, Jesús Sacramentado, el Amado que no es, Amado.
Dad a conocer mis mensajes de salvación a toda la humanidad, Rebaño mío.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."