¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Junio 17 de 2018
Santuario de Nuestra Señora de Fátima – Cali – Colombia. Mensaje a Enoch
Llamado urgente de Nuestra Señora de Fátima a la Humanidad
Orad por los Cardenales, Obispos y Teólogos Bávaros
“Mis amados niños, la Paz de mi Señor, estén con todos vosotros
Hijitos, grandes pruebas han comenzado a llegarle a la humanidad y ésta, sigue aletargada por el pecado.
El espíritu de apostasía, perdida de la fe, cada día es más fuerte y está llevando a muchos a apartarse de Dios.
La confusión espiritual por el racionalismo mundano, las malas lecturas, las ideologías y enseñanzas heréticas, es lo que está llevando a perder la fe, aquellos que andan en tibieza espiritual.
La Iglesia está siendo atacada desde el interior por un gran número de purpurados que buscan reformarla con ideologías contrarias al Evangelio de mi Hijo. Orad hijitos por los Cardenales, Obispos y Teólogos Bávaros, porque muchos quieren que se acabe el celibato y se establezca el sacerdocio para las mujeres y la comunión para los protestantes casados con católicos.
Piden reformas que van en contra de la moral de la Iglesia y si esto se llega a dar, se crearía una gran división en su interior. El cisma mis pequeños está por comenzar, ya la chispa está encendida; todo terminará en una gran división que hará perder la fe a millones de almas.
Mi Ejército Mariano, acompañadme con el rezo de mi Santo Rosario ;, haced oración, ayuno y penitencia, porque la hora de las tinieblas ha comenzado. La batalla espiritual entre las fuerzas del bien y del mal, ya está en vuestro mundo y ha comenzado a intensificarse.
Los ataques mentales al Pueblo de Dios cada vez son más fuertes y están haciendo que muchos pierdan la cabeza.
Pequeñitos, acudid a Mí, vuestra Madre, cuando os sintáis atacados; invocadme y Yo, vendré en vuestra ayuda para protegeros y ampararos. No permitiré que ninguno de mis hijitos fieles y sus familias, se pierdan. Intensificad la oración, es tiempo de orar con mayor intensidad, porque las fuerzas del mal están activas y no descansan buscando la forma de hacer perder el mayor número de almas.
Orad por los pecadores del mundo entero, especialmente por aquellos que están más apartados de Dios, para que la Misericordia Divina los libre de perderse.
Visitad a Jesús Sacramentado, para que os fortalezca en la batalla espiritual de cada día. Acordaos mis niños que muy pronto comenzará la gran abominación y mi Hijo será profanado y ultrajado en sus Sagrarios y ya no vais a poder encontrarlo en los Tabernáculos.
Aprovechad pues ahora y no lo dejéis solo. El, os está esperando y desea ser vuestro alimento, vuestra fortaleza y seguridad. Venid pues y alimentaos lo más que podáis del Cordero de Dios, para que estéis fortalecidos espiritualmente y salgáis victoriosos en la batalla espiritual de cada día.
Mis niños, en los tiempos de la gran abominación, yo seré el Sagrario donde encontraréis a mi Hijo. El rezo de mi Santo Rosario, os abrirá la puerta de mi Tabernáculo, para que lo adoréis. Yo soy el Sagrario Viviente, acudid a Mí, mis pequeños y después del rezo de mi Santo Rosario, haced la comunión espiritual y decid así:
Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra, Sagrario Viviente del Dios Uno Y Trino. Dadnos a tu Hijo Jesús , el Fruto Bendito y ruega por nosotros tan pecadores…
Ángeles de la Eucaristía bajarán del Cielo y os darán espiritualmente la comunión, para que estéis fortalecidos en el Espíritu y podáis sobrellevar esos días de aflicción.
Sabed pues mis niños que el Cielo no os abandonará. Yo, vuestra Madre, seré el Puente que os comunicará con mi Hijo; el Sagrario de mi vientre os abriré, para que espiritualmente lo adoréis. Mi presencia en aquellos días será más notoria, me dejaré ver por muchos de mis hijitos, para que vuestra fe se fortalezca y así juntos demos inicio al Triunfo de mi Inmaculado Corazón.
Que la Paz de mi Señor, permanezca en vosotros, mis amados hijitos.
Os ama vuestra Madre, María de Fátima.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, hijitos de mi Corazón.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."