¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Diciembre 20 2017 – Llamado urgente de Dios Padre a su pueblo fiel
Los reyes de las grandes naciones ya están listos para dar comienzo a la guerra
“Mi paz sea con vosotros, Pueblo mío, Heredad mía.
Están llegando a su fin, los últimos instantes de Misericordia, siento gran tristeza al saber que la inmensa mayoría de la humanidad, no ha querido acogerse a ellos.
Grandes señales en el cielo se os dará, antes de la llegada de mi Aviso, para que estéis preparados.
El mundo está a punto de entrar en caos, la guerra, el cisma y la caída de la economía, están próximos a desatarse; sólo espero pacientemente a que se agote en su totalidad mi Misericordia, para dar paso a los días de vuestra purificación.
¡Pueblo mío, preparaos porque los reyes de las grandes naciones ya están listos para dar comienzo a la guerra!
Gran parte de la humanidad va a ser diezmada con la guerra y la muerte silenciosa. Millones de virus de enfermedades y bacterias, van a ser esparcidos en los aires y la población de muchas naciones, será diezmada.
Ninguna droga química servirá para controlar y detener las pandemias, sólo los remedios naturales que os envió vuestra Madre, os servirán para detener los virus y enfermedades.
Tened pues muy presente esto pueblo mío, para que podáis vivir en aquellos días.
El jinete de la hambruna, la guerra despertará y otros miles de hambre y sed morirán. Sólo mi pueblo fiel que acata las instrucciones del cielo, sobrevivirá a esos días de caos, muerte y desolación.
Pueblo mío, heredad mía, las trompetas celestiales nuevamente sonarán, os anunciarán la llegada de mi Aviso y el comienzo de los días de vuestra gran purificación.
¡Corred insensatos a poner vuestras cuentas en orden, porque muy pronto mis Casas van a estar cerradas y profanadas, por la abominación que se aproxima!
¡Oh humanidad, despertad, porque los días de la gran tribulación están cerca!
¿Qué será de vosotros los que andáis todavía afanados y preocupados, sólo por las cosas de este mundo?
¡Pobres almas, los va a coger mi Justicia sin estar preparados y se van a perder eternamente!.
Os digo insensatos, la salvación de vuestra alma debe ser vuestra mayor prioridad; ¿de qué os sirve ganar el mundo, si estáis perdiendo vuestra alma?
Necios, sabed que la vida en este mundo pende de un hilo, millones de vosotros no vais a resistir lo que está por venir; la muerte os va llegar de repente y no vais a tener tiempo para arrepentiros.
Enderezad vuestro caminar y acogeos lo más pronto posible a los últimos instantes de mi Misericordia; no los dejéis agotar, porque de ellos depende que viváis o muráis eternamente.
Pueblo mío, heredad mía, los instrumentos de mi Justicia se acercan a la tierra, fuego purificador del cielo muy pronto caerá, con el cual purificaré mi creación de la injusticia, la maldad y el pecado.
¡Oh naciones impías, vuestros días están contados! Del cielo os lloverá fuego como en Sodoma y Gomorra y de vosotras no volverá a quedar recuerdo alguno.
Pueblo mío, alistaos y vestíos de sayal, entonad cánticos plañideros, porque el día grande y terrible del Señor se acerca.
Vuestro Padre, Yahveh, Señor de las Naciones.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, pueblo mío, heredad mía.”
Fuente: mensajesdelbuenpastorenoc.org








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."