¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Noviembre 29 de 2013 – Llamado urgente de Jesús Sacramentado al mundo católico
Noli Me Tangere, ¡no me toques!
“Mis hijos, que mi paz esté con vosotros.
Todo está llegando a su límite, así mi Padre lo ha dispuesto. El tiempo de la misericordia se está agotando, falta muy poco para que se consuma en su totalidad. Muy pronto vendrá el tiempo de la justicia y todo cuanto veis en la creación será transformado; con el Aviso y Milagro terminará el tiempo de la misericordia.
El cielo sigue advirtiéndole a la humanidad para que se prepare a este gran acontecimiento que transformará sus vidas. Qué tristeza que muchos no quieren creer y continúan en su cotidianidad haciendo caso omiso a nuestros llamados; hijos de poca fe, si los acontecimientos descritos en la Santa Palabra y en los mensajes que venimos dándole a la humanidad a través de los profetas de estos últimos tiempos no se han cumplido, es por misericordia de mi Padre que se ha abstenido por la intercesión de mi Madre, a que todo se cumpla.
El cielo junto con mi Madre intercede por esta humanidad, pero cuando se agote el último segundo de misericordia, todo se desatará. Entended que mi Padre no se complace con la muerte del pecador.
Orad en cadena hijos míos, para que sea abolida en mi iglesia la comunión en la mano y los laicos dando comunión, porque este sacrilegio hace llorar al cielo y entristece a mi Padre. Acordaos que el poder de la oración en cadena, el ayuno y la penitencia, todo lo derrumba.
Me duele y entristece ver cómo muchos laicos y religiosas profanan Mi Divinidad, tomándome en la mano y otros dándome, como si yo fuera un objeto material o un pedazo de pan; no se dan cuenta que soy yo vivo y real quien se hace vida en vosotros en la sencillez de una historia consagrada. Mirad cómo me ultrajáis, ¿este es el pago que recibo por mi amor?
Muchas almas están en las profundidades del purgatorio y otras se han condenado por esta vil profanación.
Noli Me Tangere, ¡no me toques!
Porque vuestras manos no son dignas de recibirme y de darme, este ministerio sagrado solo lo he conferido a mis Sacerdotes, Obispos, Cardenales y el Papa, sólo manos consagradas por la unción sacerdotal pueden tocarme.
Haced buenas confesiones, mortificad vuestros sentidos y orad con el salmo 51, que le di a mi siervo David antes de recibirme; si no participáis de mi cena pascual, no podéis alimentaros de mi Cuerpo y de mi Sangre; os digo esto, porque muchos llegan al final del Santo Sacrificio a recibirme como si fuera algo mundano lo que reciben. Otros me reciben en pecado mortal, no sabiendo que con esto se están bebiendo el cáliz de su propia condenación.
Debéis de confesaros mínimo cada mes, pero si cometéis faltas graves debéis de hacerlo de inmediato; muchos llevan meses sin confesarse, porque según ellos no tienen pecados; os digo, que todos sois pecadores, solo Dios es Santo.
¡Oh qué engañados que estáis y qué falta de evangelización en mi Iglesia! Os recuerdo las palabras de mi salmo 51 cuando dice: en maldad yo fui formado y en pecado me concibió mi madre (Salmo 51, 7).
Qué tristeza siento al ver a muchos de mis hijos, recibiendo mi Cuerpo y mi Sangre, sin haberse confesado primero. La apostasía ha entrado a mi Casa, muchas de mis Casas permanecen vacías y otras en museos se han convertido y yo, permanezco olvidado en el silencio de sus sagrarios.
¡Oh, qué ingratitud, la soledad y la tristeza me embargan! ¡Qué dolor siento al ver a la inmensa mayoría de la humanidad tan perdida! Cuando lleguen los días de oscuridad, ya no vais a tener mis casas abiertas, entonces, clamaréis: Señor, Señor, dónde estáis, ven sálvanos y ya no habrá quien os escuche.
Venid a visitarme, no me dejéis solo, es vuestro Padre y vuestro Salvador quien os espera; no desaprovechéis la fuente de mi misericordia que os estoy brindando; venid a calmar vuestra hambre y a saciar vuestra sed; os estoy esperando con los brazos abiertos, para daros mi amor, mi perdón y mi vida en abundancia.
Vuestro Amado, Jesús Sacramentado.
Dad a conocer este mensaje a toda la humanidad.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."