¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(CEV) “El Evangelio como me ha sido revelado” Vol. II, p. 243
No te harás dioses en mi presencia
Jesús dice: “Está escrito: “No te harás dioses en mi presencia. No te harás ninguna escultura, ni representación de lo que hay arriba en el cielo o aquí, abajo, en la tierra o en las aguas que están bajo ella. No adorarás tales cosas, ni les prestarás culto. Yo soy el Seňor tu Dios, fuerte y celoso, que visita la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de aquellos que me “odian, y concede misericordia hasta la milésima de aquellos que le aman y observan sus mandamientos.”
“No te harás dioses en mi presencia”.
Habéis oído cómo Dios está en todas partes con su mirada y con su voz. Verdaderamente siempre estamos en su presencia. Cerrados dentro de una estancia, o entre el público del Templo, estamos igualmente en su presencia. Ya seamos ocultos benefactores que hasta a quien recibe el favor le celamos nuestro rostro, ya seamos asesinos que asaltan y asesinan bárbaramente al viandante en un desfiladero solitario, estamos igualmente en su presencia.
En su presencia está el rey rodeado de su corte, el soldado en el campo de batalla, el levita en el Templo, el sabio encorvado sobre los libros, el campesino en el surco, el mercader en su banco, la madre inclinada hacia la cuna, la esposa en la cámara nupcial, la virgen en el secreto de la paterna morada, el niño pequeño estudiando en la escuela, el anciano cuando se echa para morir.
Todos en su presencia, todas las acciones, igualmente, en su presencia.
¡Todas las acciones del hombre!
¡Tremenda palabra, pero, al mismo tiempo, consoladora!: tremenda si las acciones son pecaminosas; consoladora, si son santas. Saber que Dios ve: impedimento para obrar mal;, estimulo para obrar bien. Dios ve que me comporto bien. Yo sé que El no olvida lo que ve. Yo creo que Él premia las buenas accionen.
Por tanto, estoy seguro de obtener ente premio, y en esta seguridad descanso. Ella me dará una vida serena y una plácida muerte, porque, ya en vida, ya en muerte, mi alma se verá consolada por el rayo estelar de la amistad de Dios. Así razona quien obra bien.
Pero, quien obra mal ¿por qué no piensa que entre las accionen prohibidas se encuentran los cultos idolátricos?
¿Por qué no dice: “Dios ve que mientras finjo un culto santo adoro a un dios o dioses engañadores a quienes he erigido un altar, secreto ante- los ojos de los hombres, pero que Dios conoce’? ¿Qué dioses, diréis, ni ni siquiera en el Templo hay figuran de Dios?
¿Qué rostro tienen estos dioses, ni non ha resultado imponible atribuirle un rostro al verdadero Dios? Sí, imponible atribuirle un rostro, porque el Perfecto y el Purísimo no puede ser dignamente representado por el hombre.
Sólo el espíritu vislumbra su incorpórea y sublime belleza, y oye su voz, y saborea su caricia cuanto Él se efunde sobre un santo merecedor de estos contactos divinos.
Mas el ojo, el oído, la mano del hombre no pueden ni ver ni oír, ni representar con el sonido en la cítara, o con el martillo y el cincel en el mármol, lo que en el Señor. ¡Oh, felicidad sin fin cuando, oh espíritus de los justos, veáis a Dios!
La primera mirada será la aurora de la beatitud que por los siglos de los siglos será compañera vuestra.
Y, no obstante, lo que no pudimos hacer respecto al verdadero Dios, el hombre lo hace respecto a los dioses engañadores.
Y así uno erige el altar a la mujer; el otro, al oro; el otro, al poder; el otro, a la ciencia; el otro, a los triunfos militaren; uno adora al hombre que, tiene poder, semejante a él por naturaleza, superior sólo en ímpetu avasallador o en dinero; otro se adora a sí mismo diciendo: “No hay quien se me iguale”. Éstos non los dioses de quienes pertenecen al pueblo de Dios.
No os asombréis de los paganos que adoran animales, reptiles y astros. ¡Cuántos reptiles! ¡Cuántos animales! ¡Cuántos astros apagados adoráis en vuestros corazones! Los labios pronuncian palabras mentirosas, para .adular, para poseer, para corromper. ¿No non, acaso, éstas las oraciones de Ion secretos idólatras?
Los corazones nutren pensamientos de venganza, de tráficos ilícitos, de prostitución. ¿Y no non, acaso, éstos los cultos a .los dioses inmundos del placer, de la codicia, del mal? “Está escrito: “No adorarán nada que no sea tu Dios verdadero, único, eterno”. Está escrito: “Yo soy el Dios fuerte y celoso”.
Fuerte: Ninguna otra fuerza en más fuerte que la suya.
El hombre en libre de actuar, Satanás en libre de tentar. Pero cuando Dios dice: “¡Basta!”, el hombre no puede ya actuar mal, y Satanás ya no puede tentar – repelido y arrojado éste a su infierno, abatido aquél por el abuso en su mala. conducta, porque ésta tiene un límite más allá del cual Dios no permite que se vaya.
Celoso. ¿De qué? ¿Con qué celos?
¿Los celos mezquinos de los pequeños hombres? No. Los santos celos de Dios respecto a sus hijos. Los justos celos. Los amorosos celos. Os ha creado. Os ama. Os desea para sí. Sabe lo que os perjudica.
Conoce lo que puede separaros de EL Se siente celoso de ente “que” que se mete entre el Padre y los hijos y los desvía del único amor que en salvación y paz: Dios. Entended estos sublimes celos; no mezquinos, ni crueles ni carceleros, sino amor infinito, infinita bondad, libertad sin límites, celen que se ofrecen a la criatura finita para aspirarla perdurablemente hacia Dios, hacia dentro de Dios, y hacerla copartícipe de su infinitud.
Un padre bueno no quiere gozar solo sus riquezas, sino que. quiere que sus hijos las disfruten con él – en el fondo las ha acumulado más para sus hijos que para sí. Pues así Dios; pero llevando en ente amor y deseo la perfección que reside en toda acción suya.
No defraudéis al Señor. Hay promesa suya de castigo sobre los culpables y sobre len hijos de los hijos culpables; y Dios no miente nunca en sus promesas.
¡Mas no se deprima vuestro ánimo, hijos del hombre y de Dios! Oíd la otra promesa y exultad: “Y concede misericordia hasta la milésima de aquellos .que le aman y observan sus mandamientos”.
Hasta la milésima generación de los buenos, y hasta la milésima debilidad de los pobres hijos del hombre, que caen no por malicia sino por irreflexividad y por las celadas tendidas por Satanás.-Más aún: os digo que Él os abre los brazos, ni, con el corazón contrito y el rostro lavado por el llanto, decís: “Padre, he pecado, lo sé, me humillo por ello y a ti me confieso; perdóname. Tu perdón será mi fuerza para volver a “vivir” la verdadera vida”.
No temáis. Antes de que vosotros pecarais por debilidad, Él sabía que pecaríais. Mas su corazón se cierra sólo cuando persistís en el pecado queriendo pecar, haciendo de un pecado en concreto, o de muchos pecados, vuestros dioses de horror Abatid todo ídolo, haced sitio al Dios verdadero; Él descenderá con su gloria a consagrar vuestro corazón, cuando se vea Él solo en vosotros.
Maria Valtorta
El Evangelio como me ha sido revelado

Evaluación de la Obra de María Valtorta por el padre Livio Fanzaga, sacerdote católico (Radio Maria): “Así que yo diría eso, queridos amigos, porque he leído “El Evangelio como me ha sido revelado”, tres veces, 10 volúmenes (CEV), y luego soy capaz de evaluar en toda su complejidad y su valor, me dan ganas de decir, queridos amigos, yo no conozco a ningún comentario sobre el Evangelio más ortodoxo, más edificante, más estimulante que esto, y me gustaría, queridos amigos, que todos ustedes aceptaría la invitación de la Virgen María para leer estos libros, porque todo es verdad (y no contienen errores contra la fe y la moral de la Iglesia Católica …). A continuación, lea estos libros, mis queridos amigos, porque sin duda ganaras grandes beneficios para sus almas. No es difícil conseguirlos, y no cuestan mucho, 10 libros que pueden ser para usted un alimento espiritual indispensable “








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."