¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Octubre 30 2016 – Llamado urgente de Dios Padre a la humanidad
Naciones impías, ¿pensasteis qué podíais burlaros de Mi?
“Mi paz esté con vosotros Pueblo mío, Heredad mía
Muy pronto comenzarán los días de justicia y con ella, la Justa Ira de Dios que restablecerá el orden y el derecho en todos los confines de la tierra.
Nada de lo que está por venir tendrá marcha atrás; todos los acontecimientos se desatarán como están descritos; un acontecimiento seguirá al otro y esta humanidad caminará por el desierto de la purificación.
Entonces, sabrán que Yo Soy El Regente del Universo que vengo con mi justicia a poner orden en mi creación.
El instrumento de mi justicia se está acercando a la tierra y nada ni nadie podrán detenerlo. Ni la ciencia, ni la tecnología de este mundo, podrán detener o desviar el fuego de mi justicia. Voy a castigar a las naciones impías y a borrar de la faz de la tierra la maldad, el pecado y la injusticia. ¡Naciones impías, vuestros días están contados, pesados y medidos!
Naciones impías, ¿pensasteis qué podíais burlaros de Mi?
¿Qué podíais pecar y pecar, sin recibir castigo?
¡Oh, qué equivocadas que estáis, vendré a vosotras como Yhavé sebaot, Señor de los Ejércitos y la Justicia y os pediré cuentas de vuestras detestables acciones!
El caos y la desesperación muy pronto se apoderará de vosotras naciones impías y ya no habrá quien os escuche. Convertiré en desierto estas naciones, en lugares desolados, donde sólo morarán las bestias salvajes.
La espalda os daré y no la cara cuando pase con el fuego de mi justicia sobre vosotras.
Os aseguro que tuve más consideración con Sodoma y Gomorra, que la que tendré con vosotras Estas aún son recordadas, pero de vosotras naciones impías de estos últimos tiempos, no quedará ni el recuerdo.
Terminando el año de mi Misericordia, comenzarán mis días de Justicia. ¿Quién podrá resistir a mi Justicia?
Los hombres de sincero corazón y recto caminar, serán los únicos qué podrán resistirla.
Mis Ángeles ya están listos para hacer sonar de nuevo las Trompetas, cuando escuchéis su sonido, sabréis que el tiempo de mi Justicia ha comenzado.
Orad, orad y clamad al cielo, para que podáis sobrellevar los días de angustia que se aproximan.
De nada os servirán vuestros refugios subterráneos, ricos y potentados, porque ningún lugar en la tierra estará seguro. Solo la oración y la alabanza que hagáis a vuestro Padre del Cielo os mantendrá seguros en aquellos días.
Mi creación está a punto de entrar en la etapa final de su purificación y la caída del fuego de mi justicia, acelerará su parto.
Todo en el universo se conmocionará y unos Nuevos Cielos y una Nueva Tierra crearé y un resto de vosotros será mañana mi Pueblo elegido.
Preparaos pues habitantes de la tierra; aprovechad al máximo estos últimos días de Misericordia que os regalo, para que estéis listos a la llegada de mi Aviso y a los días de justicia que se aproximan.
Vuestro Padre Yhavé, Señor de las Naciones
Dad a conocer mis mensajes en todos los confines de la tierra.”
Fuente: mensajesdelbuenpastorenoc.org








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."