¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Noviembre 13 2017
Llamado de María Rosa Mística al Pueblo de Dios
Mi adversario está próximo a hacer su declaración universal
“Hijitos de mi Corazón, la paz de mi Señor esté con todos vosotros
Pequeñitos, días aciagos le esperan al Pueblo de Dios, pero no temáis ni perdáis la fe, ni confianza en el Señor. Todo lo que está por llegar escrito está, más no os alarméis ni atemoricéis; si Dios está con vosotros, ¿quién podrá estar en contra de vosotros?
Hijitos, mi adversario está próximo a hacer su declaración universal, acordaos que no podéis verlo ni escucharlo, porque es el hijo de la perdición y tiene poder para seduciros y hacer que lo améis.
De nuevo os digo, no temáis, mi Padre no os va a entregar como corderos al sacrificio. Antes que mi adversario comience su último reinado, pasaréis por la eternidad.
En la eternidad se os preparará e instruirá, para que podáis afrontar esos días del gran combate espiritual.
Todo el Pueblo de Dios luego del Aviso, tendrá como finalidad principal, buscar la salvación de su alma.
Yo vuestra Madre, a través de nuestros mensajeros, os estaré guiando e instruyendo en todo y muy especialmente en lo que concierne al combate espiritual.
Por eso hijitos, debéis de estar muy atentos a seguir las directrices e instrucciones del cielo, para que podáis sobrellevar esos días de purificación.
Todos los que son del Rebaño de mi Hijo, serán sellados en la eternidad en la frente, con la cruz de la Sangre del Cordero Divino. Así sabréis después del Aviso, quien le sirve a Dios y quien le sirve al maligno.
En la eternidad, recibiréis los dones espirituales que necesitáis y que junto a la armadura espiritual, serán las fortalezas que el cielo os dará para que enfrentéis en este mundo las fuerzas del mal. En aquellos días el Espíritu de Dios estará entre vosotros y ya no sentiréis miedo ni temor.
Hijitos, después del Aviso muchos de vosotros me vais a ver, voy a estar en este mundo en compañía de muchas almas bienaventuradas y rodeada de miríadas de Arcángeles y Ángeles; estaremos con vosotros para asistiros y daros protección.
Entonces, no temáis mis pequeños, porque no vais a estar solos, el cielo os va ayudar a combatir, para que podáis salir victoriosos en el combate espiritual de cada día.
Acordaos hijitos, que son días de purificación y eso no se puede cambiar; os asistiremos en el combate espiritual, pero vuestra purificación cada uno la debe de asumir, porque es necesaria para vuestra limpieza espiritual. Habrán días difíciles, donde seréis probados como se prueba el oro en el fuego; de vuestra fe y confianza en Dios, dependerá el éxito de la prueba.
Os recuerdo: para poder entrar en la Nueva Creación, debéis de brillar como crisoles.
En la Jerusalén Celestial, no entrará nada impuro ni pecaminoso. Todas las criaturas de la Nueva Creación, deben brillar con la luz del Espíritu.
Hijitos, permaneced unidos en la oración, porque se están acercando los días en que glorificaréis con vuestra purificación, el Santo Nombre de Dios. Alegraos, porque el tiempo de vuestra redención está llegando.
La Gloria de Dios os está esperando en los Nuevos Cielos y en la Nueva Tierra; ¡ánimo mis niños, falta poco, los que paséis la prueba, seréis mañana el Pueblo de Dios; el Israel que El, se escogió como heredad!
Permaneced en el Amor de Dios, unidos en la oración, para que podáis sobrellevar los días que se os avecinan y así alcancéis el gozo de la salvación.
Os Ama vuestra Madre, María Rosa Mística.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, hijitos de mi Corazón.”
Fuente: mensajesdelbuenpastorenoc.org








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."