¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Abril 16 2018
Llamado urgente de Jesús El Buen Pastor a Su Rebaño
Los jinetes de la peste y la hambruna se aproximan
“Ovejas de mi Grey, paz a vosotras.
Los jinetes de la peste y la hambruna se aproximan; virus de enfermedades y de pestes, están listos para ser esparcidos en el espacio aéreo de las naciones llamadas por las élites tercermundistas. Millones de seres humanos van a morir por causa de la muerte silenciosa.
Las élites iluminatis que dirigen el destino de la humanidad en sus reuniones secretas, ya tienen acordado diezmar por la guerra y por los virus de enfermedades, una tercera parte de la población mundial. Enfermedades nunca antes vistas van a aparecer, bacterias que se comen la carne y virus de toda clase ya están listos; solo se espera que se dé comienzo a la guerra, para poner en marcha este macabro plan.
¡Cuidado rebaño mío, con los alimentos transgénicos, porque estos son causantes de muchas enfermedades!
Todos los productos alimenticios manipulados genéticamente, son un mal para la salud; cuidaos de consumir alimentos modificados genéticamente, porque en el tiempo de la hambruna van a ser comercializados en cantidad y enviados a las naciones más pobres. Quieren reducir la población de estas naciones, con el fin de poder tener control sobre ellas y así poder esclavizarlas para que les sirvan a los intereses del Nuevo Orden Mundial.
Nuevamente os recuerdo rebaño mío, ¡cuidado con las vacunas!
Cuando escuchéis hablar de campañas de vacunación a nivel mundial en el tiempo del conflicto bélico, prestad atención y averiguadlo todo, porque muchas de estas campañas tendrán como finalidad diezmar la población de niños, de ancianos y de esterilizar a los hombres y mujeres para que no haya más aumento de población. Estas campañas se llevarán a cabo especialmente en las naciones llamadas tercermundistas.
Rebaño mío, os esperan días de tribulación, siento gran tristeza al saber que la inmensa mayoría de esta humanidad se va a perder, por no querer acogerse a nuestros llamados. Muchos también por falta de conocimiento se perderán; solo mi rebaño fiel que escucha mi voz y pone en práctica mis Palabras, será el único que podrá superar estas duras pruebas. Cuando la guerra se desate a nivel mundial, aparecerá la hambruna y con ella el jinete de la muerte.
Preparaos ovejas de mi Grey, porque la etapa final de vuestra purificación está por comenzar. Días aciagos están por venir, solo los que oren y confíen, podrán superar las pruebas. Acordaos: Si permanecéis unidos a Mí, como el sarmiento a la vid, no debéis porque temer.
Yo estaré con vosotros y seré vuestro alimento, vuestro pastor, nada os faltará, basta con que tengáis fe y confiéis y todo lo demás os vendrá por añadidura.
Aprendeos el Salmo 23 de memoria, para que en aquellos días de escasez y hambruna, oréis con él y así podáis recibir el Maná de cada día.
Permaneced en mi amor, rebaño mío, no temáis, yo estaré con vosotros hasta la consumación de los tiempos.
Os ama, vuestro Pastor, Jesús de Nazareth.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, ovejas de mi rebaño.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor
Salmo 23
El Señor es mi pastor,
nada me puede faltar.
El me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el recto sendero,
por amor de su Nombre.
Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza.
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo.








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."